jueves, 23 de septiembre de 2010

Los Cinco Ritos Tibetanos: La Fuente de la Juventud

Rito NÚMERO UNO

“El primer rito”, continuo el coronel, “es muy sencillo”. Se realiza con el objetivo expreso de acelerar los vórtices. Los niños lo hacen constantemente cuando juegan”.

“Todo lo que tienes que hacer es pararte erguido con los brazos extendidos hacia los lados del cuerpo, de forma que los mismos queden en posición horizontal con respecto al suelo. Luego gira hasta sentirte ligeramente mareado.

Una cosa importante es que debes hacerlo de izquierda a derecha. En otras palabras, si colocaras un reloj sobre el suelo frente a ti, tu cuerpo giraría en la misma dirección que las manecillas del reloj.

“Al principio, la mayoría de los adultos podrán girar solo media docena de veces antes de sentirse muy mareados. Si consideras necesario sentarte o acostarte para recuperarte del mareo, hazlo. Yo lo hacia al principio.

Al comienzo, practica el rito solo hasta que sientas un ligero mareo. Pero con el tiempo, a medida que vayas practicando los cinco ritos, podrás hacer cada vez mas giros sintiendo menos mareo.

“También para disminuir la sensación de mareo, puedes hacer lo que hacen los bailarines y patinadores artísticos. Antes de comenzar a hacer los giros fija la vista en un punto ubicado directamente frente a ti. Cuando comiences a ejecutar los giros, continúa con la vista fija en ese punto mientras te sea posible.

Finalmente tendrás que liberar tu campo visual, de forma que la cabeza pueda girar con el resto del cuerpo. A medida que suceda esto, haz girar la cabeza muy rápido y vuelve a enfocar el punto original tan pronto como puedas. Este punto de referencia te posibilita sentirte menos desorientado y mareado.

“Cuando estaba en la india, me sorprendía ver a los maurlawiyah o derviches” (*) giratorios, como se les llama mas comúnmente, girar y girar casi incesantemente en medio de un frenesí religioso. Después de conocer el primer rito, recordé dos cosas en relación con su práctica.

Primero: los derviches giratorios giran siempre en una misma dirección, de izquierda a derecha, en el mismo sentido de las manecillas del reloj. Segundo: los derviches más viejos eran mucho más viriles, fuertes y robustos, que la mayoría de los hombres de su edad.

“cuando hable de esto con uno de los lamas, me informo que el movimiento giratorio de los derviches tenia en realidad un efecto sumamente beneficioso, aunque también podía ser devastador. Me explicó que el exceso de rotaciones sobreestimulaba algunos de los vórtices por lo que finalmente podían agotarse.

Esto tiene el efecto de acelerar primero el flujo de energía y luego de bloquearlo. Esta acción de fortalecimiento y debilitamiento hace que los derviches experimenten una especie de éxtasis psíquico, que ellos confunden con algo espiritual o religioso.

“Sin embargo”, afirmo el coronel, “los lamas no realizan rotaciones excesivas. Aunque los derviches giratorios pueden girar cientos de veces, los lamas solo lo hacen alrededor de una docena de veces, lo suficiente para estimular la acción de los vórtices”.

Rito 2
RITO NÚMERO DOS

“Después del primer rito”, prosiguió el coronel, “va el segundo, el cual estimula aun más los siete vórtices. Incluso es más fácil de realizar.

 En el segundo rito, lo primero que hay que hacer es tenderse sobre el suelo boca arriba. Es mejor acostarse sobre una alfombra gruesa o sobre algún tipo de superficie acolchonada. Los lamas realiza sus ritos sobre lo que los occidentales denominan alfombrilla parar orar.

Esta tiene alrededor de dos pies de ancho por seis de longitud. Es más bien gruesa y se hace con lana y un tipo de fibra vegetal.

Tiene como único objetivo aislar el cuerpo del suelo frío. No obstante, a todo lo que hacen los lamas se le da una connotación religiosa, de ahí el nombre de alfombrilla para orar”.

“Una vez estirado completamente sobre tu espalda, extiendes los brazos a todo lo largo del cuerpo y pones sobre el suelo las palmas de las manos, manteniendo los dedos bien unidos. Luego levantas la cabeza y aprietas la barbilla contra el pecho.

Una vez hecho esto levantas las piernas con las rodillas estiradas, hasta colocarlas en posición vertical. De ser posible deja que las piernas se extiendan sobre tu cuerpo hacia la cabeza pero no permitas que se te encorven las rodilla.

“Entonces baja lentamente la cabeza y las piernas, sin doblar las rodillas hasta tocar el suelo. Deja que, todos los músculos se te relajen, y luego repite el rito”.

“Con cada repetición se debe establecer un ritmo de respiración: aspira profundamente mientras levantas las piernas y la cabeza; expira todo el aire mientras las bajas. Entre una y otra operación, mientras dejas que se relajen los músculos, continua con el mismo ritmo de respiración. Mientras más profundamente respires mejor Serra.

“Si no puedes mantener las rodillas perfectamente derechas, entonces deja que se encorven tanto como sea necesario. Pero en la medida en que continúes realizando el rito, trata de enderezarlas lo más posible.

“Uno de los lamas me dijo que cuando trato por primera vez de practicar este sencillo rito, estaba tan viejo, débil y decrepito que no podía levantar las piernas en forma recta. De modo que comenzó levantándolas en forma encorvada, sus rodillas quedaban hacia arriba y los pies le colgaban. Poco a poco, pudo ir estirando sus piernas hasta que al cabo de tres meses las podía levantar sin flexionar con suma facilidad.

“Me maravillaba este lama en particular”, dijo el coronel, “cuando me contó esto mostraba la imagen perfecta de la salud y la juventud, aunque yo sabia que era muchos años mayor que yo. Por el mero placer de ejercitarse, acostumbraba a transportar sobre su espalda una carga de vegetales de cien libras y la llevaba del huerto al monasterio, separados entre si por varios cientos de pies.

Le tomaba tiempo pero nunca se detenía en el camino. Cuando llegaba no mostraba la más minima señal de cansancio. La primera vez que trate de seguirlo subiendo la colina, tuve que parar por lo menos doce veces para coger aliento. Después podía subir la colina con la misma facilidad que el y sin mi bastón. Pero esa es otra historia”.

Rito 3
RITO NÚMERO TRES

“El tercer rito se debe practicar inmediatamente después del segundo. También es muy sencillo. Todo lo que se necesita hacer es ponerse de rodillas sobre el piso manteniendo el cuerpo erguido. Las manos deben colocarse sobre los músculos de los muslos”.

“entonces inclinas la cabeza y el cuello hacia adelante, apretando la barbilla contra el pecho. Luego, tiras la cabeza y el cuello hacia atrás tanto como te sea posible y, al mismo tiempo, te inclinas hacia atrás arqueando la columna.

A medida que te arquees utilizaras tus brazos como puntales, manteniendo las manos sobre los muslos para buscar apoyo. Después de arquearte, retornas a la posición original, y comienzas a hacer el rito nuevamente”.

“Al igual que sucede con el rito numero dos, debes establecer un patrón rítmico de respiración. Aspirarás profundamente mientras arqueas la columna y expiraras cuando regreses a la posición erguida. La respiración profunda es la mas beneficiosa, axial que toma todo el aire que te permitan tus pulmones”.

“He visto mas de 200 lamas juntos haciendo este rito. Para mantener su concentración cierran los ojos. De esta forma apartan las distracciones y se pueden concentrar en lo que hacen”.

“Hace miles de años, los lamas descubrieron que todas las respuestas a los imponderables misterios de la vida se encuentran dentro de uno mismo. Descubrieron que todas las cosas que se unen para crear nuestras vidas se originan dentro del individuo. El hombre occidental nunca ha podido comprender este concepto.

Piensa, como pensaba yo, que nuestras vidas son conformadas por fuerzas incontrolables del mundo material. Por ejemplo, la mayoría de los occidentales considera una ley de la naturaleza que nuestros cuerpos envejezcan y se deterioren. Mirándose por dentro, los lamas llegaron a entender que esta es una ilusión que el mismo hombre hace que se cumpla”.

“Un DIA el mundo despertara asombrado al ver el resultado de las grandes obras realizadas por estos lamas y otras fuerzas inadvertidas. Se acerca rápidamente el momento del surgimiento de una nueva era y se vera un nuevo mundo. Será un momento en el que el hombre aprenda a liberar sus potentes fuerzas internas a voluntad para vencer la guerra y la peste, el odio y la amargura.

“La llamada humanidad “civilizada” vive realmente en medio de la oscuridad. Sin embargo, nos estamos preparando para cosas mejores y más gloriosas. Todos los que nos esforzamos por elevar nuestra conciencia a los mas altos niveles ayudamos a elevar la conciencia de la humanidad como un todo. De modo que la realización de los cinco ritos incide mas allá de los beneficios físicos que produce”

Rito 4
RITO NÚMERO CUATRO

“La primera vez que realice el rito numero cuatro”, dijo el coronel, “me pareció muy difícil. Pero a la semana me resulto tan sencillo como cualquiera de los otros”.

“Primero, siéntate sobre el suelo con las piernas estiradas hacia adelante, con una separación entre los pies de 12 pulgadas aproximadamente.

Con el torso erguido, coloca las palmas de las manos sobre el suelo de manera que queden al lado de tus glúteos. Posteriormente, aprieta la barbilla contra el pecho.

“Luego, echas la cabeza hacia atrás lo mas posible; a la vez, levantas el cuerpo de manera que las rodillas se doblen mientras los brazos permanecen rectos. El torso quedara en línea recta con los muslos formando un plano horizontal con respecto al suelo.

Los brazos y las piernas se mantendrán rectos, perpendiculares al suelo. Después, tensa todos los músculos del cuerpo. Finalmente, relajas los músculos mientras regresas a la posición original de sentado y descansas antes de repetir el procedimiento”.

“Una vez mas, la respiración es muy importante para este rito: aspira profundamente mientras levantes el cuerpo. Contén la respiración mientras tenses los músculos y expira completamente mientras bajas. Continua respirando con el mismo ritmo cuando descanses entre las repeticiones.

“Después de abandonar el monasterio”, continuo el coronel Bradford, “visite una serie de grandes ciudades de la india, y a manera de experimento impartí clases tanto a angloparlantes como a hindúes. Descubrí que los miembros más viejos de cada grupo pensaban que a menos que pudieran realizar perfectamente este rito desde el mismo comienzo, no se podría esperar de este ningún bien.

Me resultó muy difícil convencerlos de que estaban equivocados. Al fin, los persuadí de que lo hicieran lo mejor posible para ver que sucedía. Una vez que logre que hicieran su mayor esfuerzo en la ejecución de los ritos, los resultados al cabo de un mes fueron mas que alentadores”.

“Recuerdo que en una ciudad tuve unos cuantos ancianos en una de mis clases. Al tratar de hacer este rito en particular, el numero cuatro, apenas si podían despegar sus cuerpos del suelo; ni siguiera se aproximaban a lograr la posición horizontal con respecto al suelo. En la misma clase había muchos jóvenes que no tuvieron dificultad alguna para hacer el ejercicio bien desde el primer DIA. Esto también contribuyo a desalentar a los más viejos y me vi obligado a dividirlos en dos grupos.

Le expliqué al grupo de los mas viejos que la primera vez que hice ese rito no me fue mucho mejor de lo que les estaba yendo a ellos. Pero les dije que ahora podía hacer 50 repeticiones del rito sin sentir la más ligera sobreexcitación nerviosa o muscular y se los demostré, los hice delante de sus ojos. A partir de ese momento, el grupo de los mas viejos rompió todos los récords de progreso”.

“La única diferencia entre la juventud y el vigor y la vejez y la salud precaria, es sencillamente la velocidad a la que giran los vórtices. El viejo se sentirá otra vez como nuevo si normaliza esa velocidad”.

Rito 5
RITO NÚMERO CINCO

El coronel continuo su relato: “cuando realizas el quinto rito debes colocar el cuerpo boca abajo y sostenerlo con las palmas de las manos: los dedos de los pies déjalos flexionados. Para realizar este rito, tanto las manos como los pies los debes colocar a una distancia de dos pies entre si, y los brazos y las piernas los mantendrás rectos.

Comienza con los brazos perpendiculares al suelo y la columna vertebral arqueada. De forma que el cuerpo quede flexionado. Luego tira la cabeza hacia atrás lo más posible.

Después flexionas el cuerpo a la altura de las caderas y lo colocas en forma de “v” invertida. A la vez echa la barbilla hacia delante, oprimiéndola contra el pecho. Eso es todo lo que hay que hacer. Regresa a la posición original y empieza a hacer el rito de nuevo”.

“A finales de la primera semana, generalmente las personas consideran este rito uno de los mas fáciles de hacer. Cuando lo domines dejas caer el cuerpo desde la posición alta hasta un punto muy próximo al suelo.

Pero sin que hagan contacto uno con el otro tensa los músculos durante un momento tanto en la posición alta como en la baja.

Sigue aplicando el mismo patrón de respiración profunda utilizado en los ritos anteriores. Aspira profundo mientras levantas el cuerpo y exhala totalmente mientras lo bajas”.

“Donde quiera que voy”, continuo el coronel, “al principio la gente le llama a estos ritos “ejercicios isométricos”. Es cierto que los cinco ritos ayudan a estirar los músculos rígidos y las articulaciones y a mejorar el tono muscular. Pero no es ese su objetivo principal. Su beneficio real consiste en normalizar la velocidad de los vórtices giratorios. Los hacen girar a la velocidad adecuada para un hombre o mujer fuerte y saludable de 25 años de edad”.

“En una persona axial”, explico el coronel, “todos los vórtices giran a la misma velocidad. Por otra parte, si alguien pudiera ver los siete vórtices de un hombre o mujer promedio de mediana edad, notaria de inmediato que algunos de ellos han disminuido bastante su velocidad. Todos girarían a una velocidad diferente, y ninguno trabajara armoniosamente.

Los más lentos causarían el deterioro de esa parte del cuerpo, mientras los más rápidos causarían nerviosismo, ansiedad y agotamiento. Por tanto, es la condición anormal de los vórtices la que produce una salud anormal, el deterioro del organismo y el envejecimiento”

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