sábado, 2 de julio de 2011

Equilibrio Emocional

Cuando te sientes por los suelos, te sientes por los suelos. El mayor problema es que las emociones negativas injustificadas limitan la percepción, significando que dejas de reconocer, recordar u observar el lado positivo de las cosas.

Tus decisiones y la marcha de tus pensamientos quedan afectados, y creas consecuencias negativas que te atascarán todavía más profundamente en el barro.

Esto crea un círculo vicioso en el que una actitud negativa crea una vivencia negativa que refuerza posteriormente la actitud negativa.

Lo que convierte en injustificada a una emoción negativa es que, o bien se prolonga más allá del suceso que la ha provocado, y no sirve más al propósito de motivarte para que resuelvas el problema, o bien que desciende sobre tí sin que exista un acontecimiento externo desencadenante.

Un ejemplo de esto último serían las influencias lunares.

Ciertos días podrías sentirte muy irritable o deprimido, pero estos sentimientos surgen por sí mismos. Sólo después de que dejas que siga la marcha de tus pensamientos parece que el sentimiento encuentre justificación. Quizás, después de que te asalte un sentimiento de melancolía, empiezas a pensar sobre todas las cosas erróneas en tu vida, lo que sirve sólo para que la melancolía se haga más profunda.

O quizá te sientes irritado sin motivo, pero a causa de esto alguien inocentemente te coge a contrapelo, y luego de que le dejes verde estalla una lucha verbal, haciendo que realmente te sientas irritado. Pero todo esto empieza con una actitud negativa injustificada, y si la cortas de raíz no crearás las consecuencias mentales y físicas que luego la reforzarán.

La única manera de romper con un estado negativo es escoger una alternativa más positiva con tu propio libre albedrío. Libre albedrío implica escoger qué es lo que prefieres como futuro, no que te sientas justificado continuando lo que está basado en el pasado. Así pues, si estás atrapado en una actitud negativa justificada por todos los pensamientos, recuerdos y consecuencias creadas por ella, podrías fácilmente pensar: ¿Por qué debería sentirme positivo?

Mira mis problemas, estoy rodeado de ellos. Esto es elegir perpetuar el pasado, no iniciar un nuevo futuro. La respuesta correcta sería: Comprendo que en este momento no estoy emociona/mente equilibrado, y por esto elijo cambiar las cosas. Cambiando tu estado emocional puedes ver las cosas con más claridad, y darte cuenta de que la única razón para que tu actitud negativa se sintiera justificada antes era porque tu conciencia estaba limitada.

El primer paso es ser consciente de ti mismo mientras todavía estás bajo el influjo de una emoción negativa. Si en vez de obedecer ciegamente a la emoción, te separas y simplemente observas tus propias sensaciones internas durante un minuto (pulso acelerado, nudo en la garganta, estremecimientos de la cara, pesadez en cabeza y hombros...), te ayudarás a desapegarte del impulso para que pueda calmarse.

Una vez consciente de la situación, entonces puedes escoger una técnica para salir de ella. Las cosas externas que actúan rápido contra emergencias incluyen realizar algunas respiraciones profundas, comer algo (especialmente chocolate), ir a dar un paseo, o descabezar un sueño. Pero esto son sólo soluciones temporales, que rozan el ser pillado.

Otra solución es hablar de ello con alguien en quien confíes; a menudo cuando una actitud negativa viene impuesta externamente por fuerzas oscuras, que buscan meterte en pelea, mencionarlo a otra persona (si está abierta a esa posibilidad), detiene el atentado, y hace que la presión negativa cese de repente.

La técnica ideal es una de interna en la que transformes tus emociones negativas en positivas, grado a grado. Un método así se denomina cuerda salvavidas. Cuando te ahogas en negatividad necesitas una cuerda de salvamento que te devuelva a la playa. Algo debe llevarte desde el estado de embriaguez hasta el de sobriedad, para que tú lo mantengas.

Sin ello, no estás equipado para hacer la transición. Durante los estados que, en definitiva, no son más que negatividad injustificada en vez de razonamientos de manera de ser, simplemente tiéndete un "cabo" que te lleve hacia un estado más equilibrado. Esta cuerda puede ser una oración, una afirmación, una meditación, un libro que te inspire, algo que te guíe internamente para que recuperes el equilibrio emocional.

Como mencioné antes, la negatividad empaña la percepción y recoloca subjetivamente, distorsiona y oculta los hechos percibidos. Pero la oración, la meditación, la secuencia de hechos espirituales que vienen de un lugar de sobriedad, y están anclados en una impresión o en la memoria, sobreviven a cualquier transición que hagas hacia la negatividad, y sirven como cuerda de salvamento hacia la claridad y el equilibrio.

Si la idea te resulta atractiva, trata de crear tu propia cuerda de salvamento para utilizar cuando la necesites. Puede ser un mensaje que te escribas a tí mismo, cuando estás en un estado positivo, para leerlo cuando más tarde estés bajo presión. Puede ser algún tipo de poema corto que reflexione, progresando de grado en grado, de lo negativo a lo positivo (pena, compasión, comprensión, aceptación, confort, esperanza, gratitud, entusiasmo, alegría y finalmente, amor). Puede ser un libro de frases de sabiduría, que te recuerden las verdades espirituales y el panorama completo.

A veces basta con enfocarse internamente, y centrarse en la palabra "paz" o "gratitud" durante un par de minutos. En realidad, con suficiente fuerza de voluntad y enfoque, puedes prescindir del instrumental mecánico y simplemente internalizarte, pensar en tu yo espiritual y en la grandeza del universo, y esto eleva tu frecuencia a un estado muy favorable.

Pero si la presión es grave, la cuerda de salvamento puede ser un don del cielo.

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