domingo, 2 de septiembre de 2012

Alimentación low cost de calidad

Propuestas saludables que no desequilibran el presupuesto familiar

Septiembre comienza con la subida del IVA, y la cesta de la compra no se queda al margen. Muchos alimentos como la carne, el pescado, el aceite y los yogures son, desde ayer, más caros. Apostar por los productos frescos de temporada y retomar los carbohidratos como la base de la dieta diaria supondrá un incremento de sólo 53 euros más al año, según la OCU.

Este año la cuesta de septiembre se presenta más empinada que nunca. Si el final de las vacaciones, inevitablemente, se vuelve un camino de piedras, desde ayer y debido a la subida del IVA, el precio de todo lo que nos rodea se encarecerá y, en algunos casos, de forma considerable. Comprar un electrodoméstico, ir al gimnasio, al cine o incluso al dentista repercutirá en el bolsillo. Incluso, nuestro paladar también va a sufrir el incremento del IVA. Muchos productos subirán dos puntos su IVA –del 8 al 10 por ciento–. En este apartado se encuentran la carne, el pescado, los aceites, el azúcar, la pasta, las galletas, los refrescos, el café, los yogures... Sin embargo, no tendrán subida los alimentos básicos gravados con el tipo superreducido –4 por ciento– como el pan blanco, harina, huevos, leche, quesos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales, tubérculos... Pese a todo, comer sano no tiene por qué salir caro.

Todo incluído
Según la cesta de la compra saludable elaborada el pasado año por expertos en nutrición de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es posible seguir una dieta completa, suficiente, variada y equilibrada incluyendo la cantidad necesaria de frutas y verduras, legumbres o cereales sin desequilibrar el presupuesto. Siguiendo estas recomendaciones, desde la organización de consumidores estiman que el impacto de la subida del IVA será sólo de 53 euros al año.


 A modo de ejemplo, y basándose en una familia con dos hijos de más de seis años, establecen cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda sólo para los niños y cena. En todas las comidas se incluye pan y verduras, cocinadas o en ensalada; tres piezas de fruta al día excepto en la cena y uno de los postres debe ser un lácteo.

Según los datos de la primera encuesta nacional de ingesta dietética en la población española existe un consumo elevado en productos cárnicos y en grasas y, por el contrario, se mantiene por debajo de las cantidades recomendadas en cuanto a hidratos de carbono, frutas y verduras. Por este motivo, quizás ahora es un buen momentos para reconducir nuestra dieta hacia hábitos más saludables y, por tanto, más económicos, ya que la gran mayoría de productos que no se consumen como corresponde cuentan con la ventaja de que no se encarecen.


La doctora Paloma Iglesias Bolaños, endocrina del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles en Madrid, sostiene que «los cereales, las patatas y las legumbres forman la base de la pirámide nutricional y son alimentos baratos que deben consumirse a diario. En concreto, las legumbres constituyen un producto completo desde el punto de vista nutricional. Ricas en hidratos de carbono, su aporte de proteínas es similar al de otras fuentes proteícas como carnes y pescados y son, además, significativamente más baratas. Es recomendable consumirlas, al menos, entre 2-3 veces por semana».

Alternativas
La carne y el pescado deben formar parte de nuestra dieta diaria y, aunque desde ayer están más caros, es posible disfrutarlos con la misma frecuencia que antes y sin que el bolsillo se resienta. Frente a la ternera, que puede resultar más costosa, existen alternativas como el cerdo, el pavo, el pollo o el conejo. A este respecto, la doctora Pilar Gómez Enterría, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), afirma que «es más aconsejable la carne de conejo frente a la de cerdo por su menor contenido en grasa. También es una buena opción el pollo o el pavo, pero con la precaución de que hay que retirar la grasa que se acumula debajo de la piel.


 Respecto a su valor nutricional, todas son similares, varía la cantidad de grasa que poseen, pero contienen proteínas de alta calidad y aportan hierro y vitamina B12». Para no caer en el aburrimiento y seguir una dieta variada, Iglesias recomienda «alternar el consumo de pollo, pavo, conejo, ternera, cerdo y cordero. Conviene ingerir carnes magras por su menor contenido en grasa y limitar el consumo de las procesadas por su elevado contenido en grasas y sal».

Algo similar sucede con el pescado. Existen variedades más allá de la merluza y el lenguado. «Desde el punto de vista económico, algunas variedades de pescado azul, como las sardinas y los boquerones presentan un precio bastante económico y comparable al de otros pescados procedentes de la acuicultura. Además son muy recomendable por su aporte de grasa rico en ácidos grasos omega-3». Optar por las variedades de temporada suele ser la mejor opción, pero como advierte Gómez, «otra alternativa válida a lo largo del año son los pescados de piscifactoría como la trucha, el salmón, la lubina o la dorada, cuyas cualidades nutricionales son similares a los pescados que podemos llamar salvajes y su coste es mucho más económico. 


Dentro de los blancos, no hay que olvidar la perca y la panga que, para el presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN), Guiseppe Russolillo, suponen «una opción nutricionalmente muy interesante, sobre todo por su precio, lo que hace que pueda estar presente en la mesa de las familias con dificultades económicas para llegar a fin de mes».

El pescado congelado supone una alternativa a tener en cuenta en estos tiempos ya que, según Iglesias, «su calidad nutricional no varía frente al fresco y abarata el precio». Tal y como afirma Julio Basulto, diplomado en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Barcelona y colaborador externo de La Sirena, «en el pescado y el marisco los precios serán más estables que con los mismos productos frescos, ya que no dependerán de las fluctuaciones del mercado». 


Asimismo, continúa, desde el punto de vista de seguridad alimentaria, «la ultracongelación (-20 grados centígrados) evita la proliferación de microorganismos y, por tanto, es capaz de matar al parásito del anisakis como a sus larvas. No hay que olvidar que el anisakis está cada vez más presente en el pescado, sobre todo en el bacalao, la sardina, el salmón, la merluza y el calamar, entre otros».

Saber elegir
Los precios de las frutas y verduras no sufrirán la subida del IVA, pero para que la inclusión de cinco raciones al día tal y como recomiendan los expertos no suponga un golpe al bolsillo conviene saber elegir entre todas las que hay. «Las frutas y hortalizas de temporada con las más económicas en cada etapa del año y, además, están en su mejor momento para tomarlas. Si en invierno son las coles, las acelgas, las naranjas o los kiwis, al verano le corresponden el tomate y las frutas de hueso. 


Tanto las que están de temporada como las que no, todas aportan una calidad y cantidad de nutrientes equivalentes», explica Manuel Moñino, secretario del comité científico de la Asociación para la Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas «5 al día». Según un estudio elaborado por esta asociación, su consumo no tiene por qué suponer una carga económica porque «el precio de las cinco raciones entre frutas y hortalizas recomendados oscila entre los 0,4 y los 0,9 euros, es decir, por menos de un euro al día es posible tomar las tres raciones de frutas y las dos de hortalizas», aclara Moñino.

Dentro de los trucos que pueden ayudar a ahorrar, desde la OCU recomiendan «comprar marcas blancas porque pueden llegar a suponer considerables ahorros, hasta un 35 por ciento de media». Sin embargo, la calidad nutricional de estos productos divide a los expertos. «Las marcas blancas no tienen por qué ofrecer las mismas ventajas nutricionales que las originales, especialmente en algunos alimentos como, por ejemplo, los yogures. Las marcas originales garantizan unos procesos de producción que confieren una mayor calidad al producto, lo que contribuye a que el precio de éste sea en muchas ocasiones mayor que la blanca. En cualquier caso, una persona que consuma marcas blancas va a poder seguir una dieta sana, variada y equilibrada», matiza Russolillo.

La picaresca de la oferta
El incremento de precios traerá, inevitablemente, descuentos, ofertas y promociones. Sin embargo, desde la organización de consumidores advierten de que «no siempre el envase más grande es la opción más económica: conviene fijarse en el precio por kilo o por litro, que obligatoriamente debe acompañar al precio de venta al público. Tampoco las promociones garantizan un ahorro para el consumidor: el mejor ahorro es no comprar más de lo que se necesita».


31 Agosto 12 - Madrid - Beatriz Muñoz 
Fuente:  http://www.larazon.es/noticia/10022-alimentacion-low-cost-de-calidad

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