viernes, 11 de octubre de 2013

Magnesio: La Chispa de la Vida

El magnesio, como la magnetita y el manganeso, debe su nombre a la palabra griega Magnesia, un topónimo derivado de las tribus conocidas como Magnetes. Los médicos y terapeutas han prestado escasa atención a este elemento crucial, que es uno de los minerales más importantes para todos los organismos vivos. 

El magnesio tiene un efecto relajante, anti-oxidante y anti-inflamatorio en nuestro organismo. Es crítico para los procesos metabólicos, el crecimiento celular y la reproducción y está involucrado en cientos de procesos enzimáticos que afectan todos los aspectos de la vida. No sólo es esencial para mantener una buena salud, sino también para la desintoxicación y el tratamiento de numerosas enfermedades. 

Desafortunadamente, el magnesio es uno de los minerales más agotados en nuestro suelo. De hecho, un documento del Senado de los EE.UU. de 1936 declaró que las frutas y verduras que se plantaban en millones de acres de tierra ya no contenían suficientes cantidades de ciertos minerales haciendo, por lo tanto, que la población pasara hambre de sus efectos nutritivos, sin importar lo mucho que comieran. 

Mientras que algunos alimentos están enriquecidos con calcio y vitaminas, el magnesio es usualmente ignorado. Investigadores encontraron que la cantidad diaria recomendada de magnesio es insuficiente para prevenir la deficiencia de magnesio. Además, los medicamentos como los analgésicos, antibióticos, diuréticos, antidepresivos y otros, agotan todavía más el magnesio y otros nutrientes vitales para nuestro cuerpo, empeorando los síntomas por los que fueron prescritos en el primer lugar. Las situaciones de estrés como la cirugía, las lesiones, la desnutrición, las enfermedades y el estrés psicológico también aumentan nuestras necesidades diarias de este importante mineral. Esto se traduce en un problema de deficiencia de magnesio muy esparcido entre la población, lo que provoca o contribuye a numerosas enfermedades como las enfermedades degenerativas crónicas: 

Ansiedad y ataques de pánico. El magnesio ayuda a mantener las hormonas del estrés suprarrenales bajo control.

Asma. Tanto la producción de histamina y los espasmos bronquiales aumentan con la deficiencia de magnesio. 

Coágulos de sangre. El magnesio juega un papel importante en la prevención de coágulos de sangre y disminuir el espesor de la sangre sin ningún tipo de efectos secundarios. 

Enfermedades intestinales. La deficiencia de magnesio enlentece al intestino, provocando estreñimiento, lo que podría conducir a la colitis, la toxicidad y la mala absorción de nutrientes. 

Cistitis. Espasmos en la vejiga empeoran por la deficiencia de magnesio. 

Depresión. La serotonina, que eleva el estado de ánimo, es dependiente del magnesio. Un cerebro deficiente de magnesio también es más susceptible a los alérgenos, sustancias extrañas que, en casos raros puede causar síntomas similares a la enfermedad mental. 

Desintoxicación. El magnesio es crucial para la eliminación de sustancias tóxicas y metales pesados del cuerpo, ​​como el aluminio y el plomo.

Diabetes. El magnesio aumenta la secreción de insulina, lo que facilita el metabolismo del azúcar. Sin el magnesio, la insulina no es capaz de transferir la glucosa a las células. La glucosa y la insulina se acumulan en la sangre, causando diversos tipos de daños en los tejidos. 

Fatiga. Pacientes con deficiencia de magnesio comúnmente experimentan fatiga debido a que docenas de sistemas enzimáticos están en bajo funcionamiento. Un síntoma temprano de la deficiencia de magnesio es la fatiga. 

Enfermedades del corazón. La deficiencia de magnesio es común en personas con enfermedades del corazón. El magnesio se administra en los hospitales para infartos agudos del miocardio y arritmia cardiaca. Al igual que cualquier otro músculo, el corazón necesita magnesio. El magnesio también se usa para tratar la angina de pecho, o dolor en el pecho. 

Hipertensión. Con insuficiente magnesio, los vasos sanguíneos pueden ir al espasmo y el colesterol puede aumentar, los cuales llevan a problemas de presión arterial. 

Hipoglucemia. El magnesio mantiene la insulina bajo control, sin magnesio, se pueden dar episodios de baja azúcar en la sangre. 

Insomnio. La producción de melatonina, regulador del sueño, se altera con magnesio insuficiente. 

Enfermedad renal. La deficiencia de magnesio contribuye a la insuficiencia renal aterosclerótica. La deficiencia de magnesio crea niveles anormales de lípidos y el empeoramiento del control de azúcar en la sangre en pacientes con trasplante renal. 

Migraña. Equilibrio de serotonina es dependiente del magnesio. La deficiencia de la serotonina puede dar lugar a dolores de cabeza de migrañas y depresión. 

Afecciones musculoesqueléticas. La fibrositis, la fibromialgia, los espasmos musculares, las contracciones oculares, calambres y el dolor crónico de cuello y espalda, pueden ser causado por la deficiencia de magnesio y se pueden aliviar con suplementos de magnesio. 

Problemas nerviosos. El magnesio alivia trastornos nerviosos periféricos en todo el cuerpo, tales como dolores de cabeza, contracciones musculares, espasmos gastrointestinales y calambres de pantorrilla, pie y dedos del pie. También se utiliza en el tratamiento del sistema nervioso central del vértigo y confusión. 

Problemas obstétricos y ginecológicos. El magnesio ayuda a prevenir el síndrome premenstrual y la dismenorrea (dolor durante la menstruación). Es importante en el tratamiento de la infertilidad, y alivia las contracciones prematuras, preeclampsia y eclampsia durante el embarazo. El magnesio intravenoso se da en las salas de obstetricia para la hipertensión inducida por el embarazo y para disminuir el riesgo de parálisis cerebral y el síndrome de muerte súbita infantil (SIDS). El magnesio debe ser un complemento necesario para las mujeres embarazadas. 

Osteoporosis. El uso de calcio con vitamina D para mejorar la absorción de calcio, sin balancear la cantidad de magnesio, causa una deficiencia de magnesio adicional que desencadena una cascada de eventos que conducen a la pérdida ósea. 

Síndrome de Raynaud. El magnesio ayuda a relajar los vasos sanguíneos espásticos que causan dolor y entumecimiento de los dedos. 

[Carolyn Dean, M. D., N.D. El milagro del magnesio [The Magnesium Miracle]. New York: Ballantine Books, 2007]

Corregir la deficiencia de magnesio proporciona un alivio en estas y otras condiciones demasiado numerosas para enumerar en este artículo. 

Las pruebas séricas (de sangre) estándar son inútiles en la detección de deficiencia de magnesio, ya que menos del 1% del magnesio total de nuestro cuerpo se puede medir en la sangre. Desafortunadamente, los médicos confían en esta prueba a pesar de que el magnesio debe medirse en el trabajo dentro de las células y tejidos con pruebas muy específicas. Para la persona promedio, la mejor manera de diagnosticar la deficiencia de magnesio es simplemente suplementarse por lo menos un par de meses para ver si se alivian los síntomas. 


En condiciones ideales, necesitamos aproximadamente 300 mg de magnesio para compensar las pérdidas diarias. Si usted está bajo estrés suave a moderado - enfermedades físicas o psicológicas, daño físico, esfuerzo deportivo, o estrés emocional - sus requerimientos de magnesio aumentan. Los alimentos ricos en magnesio, con un perfil relativamente bajo de sensibilidad, incluyen las legumbres fermentadas (por ejemplo, frijoles) y verduras verdes orgánicas. Puesto que una buena dieta promedio puede suministrar alrededor de 250 mg, de los cuales sólo la mitad es absorbido, los investigadores creen que la mayoría de personas se beneficiarían de los suplementos de magnesio. De lo contrario, los tejidos del cuerpo se tienen que descompensar para suministrar este mineral esencial. 

Para beneficiarse de los suplementos de magnesio, tome magnesio quelado (unido a los aminoácidos orgánicos) para una máxima absorción: el citrato de magnesio, malato, orotato, taurato o glicinato de magnesio. No use óxido de magnesio, ya que es básicamente un laxante. La dosis recomendada es 6-8mg/kg de peso corporal (3 a 4.5 mg/lb), aunque 200 mg cuatro veces al día es una dosis mejor. Si esta dosis tiene un efecto laxante, reduzca de a 200 mg hasta que este efecto se detenga. Separe sus dosis de magnesio durante todo el día, porque solamente una cierta cantidad puede ser absorbida de una sola vez. A medida que corrija sus deficiencias, con el tiempo, es posible que necesite menos suplementación - sus heces le dirán. 

Algunas formas de magnesio quelado son mejores que otras para ciertas condiciones.El taurato de magnesio es mejor para enfermedades del corazón. El taurato, glicinato y orotato de magnesio son mejores para las personas que tienden a tener deposiciones líquidas[diarrea], ya que tienen menos efectos laxantes. Magnesio malato es la mejor forma de tratar la fatiga crónica, el dolor y el insomnio de la fibromialgia. 

El magnesio se puede tomar con o sin comida, pero lo mejor es tomarlo entre comidas, ya que requiere el ácido del estómago para ser absorbido. La digestión después de una comida completa puede hacer que el ácido del estómago esté menos disponible para la absorción mineral. El magnesio es un mineral alcalino que puede actuar como un antiácido, neutralizando el ácido del estómago necesario para la digestión. 

El cloruro de magnesio puede ser utilizado para hacer aceite de magnesio que puede ser absorbido fácilmente a través de la piel cuando se rocía o se frota sobre el cuerpo. Aumenta la biodisponibilidad de magnesio en el cuerpo y es la solución ideal para aquellas personas que sufren de diarrea cuando tratan de tomar el suficiente magnesio oral para satisfacer sus requerimientos. Algunos investigadores han encontrado que el uso de aceite de magnesio en una concentración de cloruro de magnesio del 25% restaura una deficiencia de magnesio en cuestión de semanas que de otro modo requeriría meses o un año para restaurar con la suplementación oral. Si usted pulveriza aproximadamente 6 rociadas de aceite de magnesio para cada pierna y brazo, está aplicando cerca de 400 mg de magnesio (una solución de cloruro de magnesio 25-35% emite de 13 a 18 mg por rocío). Rociando debajo de los brazos también funcionará como un desodorante muy eficaz. Si se produce algún enrojecimiento o picazón, use un aceite de magnesio más diluido. 

Los requisitos para una persona muy enferma son mucho mayores que para una persona sana. En general, si usted toma un baño de magnesio del cuerpo completo, pueden ser utilizadas dos onzas de cloruro de magnesio. Algunas personas prefieren un baño de cloruro de magnesio muy concentrado, con un máximo de ocho onzas de magnesio a la vez. Baños de pies usan mucho menos agua, por lo que dos onzas producirá una toma muy concentrada. Remoje el cuerpo o sólo los pies en una solución caliente durante 20-30 minutos. Lo mejor es hacerlo todos los días durante la primera semana, empezando desde las concentraciones más bajas y aumentando paulatinamente. Luego continúe de 2-3 veces por semana durante 6-8 semanas o más. 

El sulfato de magnesio, también conocido como sales de Epsom, es otra opción excelente a pesar de que se excreta rápidamente de los riñones y es más difícil de asimilar. Los efectos de los baños con sales de Epsom no duran para siempre, por lo que necesitará más sulfato de magnesio que cloruro de magnesio en un baño para obtener resultados similares. 

Para la persona promedio, las altas dosis de magnesio no tienen efectos secundarios, salvo heces blandas. Sin embargo, la terapia de magnesio está contraindicada para personas con insuficiencia renal, miastenia gravis, ritmo cardíaco lento patológico y excesivo, y obstrucción mecánica del intestino. En tales casos, se debe dar, al menos, bajo la supervisión de un médico. 

Las personas a menudo encuentran alivio de sus síntomas cuando toman magnesio, por lo que de inmediato se lo dicen a sus amigos y familiares. Esta difusión de boca en boca de la información acerca de este mineral milagroso realmente está causando una diferencia respecto a la epidemia de deficiencia de magnesio, y espero que usted se beneficie también. 

Más información: 

Carolyn Dean, M. D., N.D. "El milagro del magnesio" [The Magnesium Miracle]. New York: Ballantine Books, 2007 
Marcos Sircus, Ac., O.M.D. "Terapia transdérmica de magnesio" [Transdermal Magnesium Therapy]. Arizona: Phaelos Books, 2007

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