Comentario: Vuelva a leer el comentario y los enlaces de arriba. Las grasas saturadas deberían ocupar el 50 a 80 por ciento de nuestra alimentación y NO causan enfermedades cardiovasculares: 



Comida chatarra 

El doctor Mario R. Groberman, especialista en clínica médica y terapia intensiva y director de la diplomatura universitaria en Nutrición Clínica de la Universidad Abierta Interamericana, afirma que la carencia de grasas es perjudicial para la salud. Estas son componentes importantes de la alimentación y la fuente de energía más concentrada. No se disuelven en agua y transportan las vitaminas A, D, E y K y proporcionan al organismo los ácidos grasos esenciales, necesarios para la producción de otras sustancias tales como hormonas y enzimas.
"Una dieta con poca cantidad de grasa hace difícil cubrir las necesidades de energía del cuerpo humano y ocasiona una disminución de la actividad física, pérdida progresiva de peso, cambios metabólicos y alteraciones en la función reproductiva de la mujer y el crecimiento de los niños", aclara el profesional.
El asunto es que la necesidad de comer rápido muchas veces van en detrimento de lo saludable.
"La vida moderna de nuestra civilización occidental, con la entrada masiva de la mujer al mundo laboral, cambió el antiguo paradigma de la comida casera que uno recuerda de las abuelas y madres. La comida considerada chatarra, con hidratos de carbono simples (alto índice y carga glicémica), exceso de grasa saturada, grasas trans (con alto índice de alteración vascular), y gran cantidad de sodio, tiene la "ventaja" de la rapidez, el producto listo para consumir que se puede almacenar en la despensa familiar o en el frezzer. Soluciona la inmediatez pero predispone a todo el grupo familiar, independientemente de la edad, a un mayor riesgo cardiovascular", advierte Groberman.
El médico sugiere el ordenamiento de ese grupo familiar a tareas comunes, lo que aportaría una real ventaja para la alimentación con productos frescos, con bajo contenido de grasas saturadas (carnes de vaca) y más alto en poli y monoinsaturadas (como carne de pescado, aceites), vegetales y frutas e hidratos de carbono complejos (aquellos con granos). A su vez indica la reducción de sal, de los 12 o 13 grs/día actuales a no más de 5 grs/día, lo que aportaría una parte de la solución a este flagelo de la enfermedad cardiovascular.