lunes, 7 de septiembre de 2015

La razón científica por la que echas (tanta) azúcar al café

¿Lo tomas solo y sin azúcar? Eres un raro espécimen porque la mayoría dudamos si añadir dos o tres cucharadas para poder disfrutar de esa humeante taza de café.

El enemigo número uno de las dietas occidentales sirve para ‘rebajar’ un poco el sabor amargo del café, pero con cada cucharada viene ese incombustible sentimiento de culpa (sobre todo en las mujeres) y la misma cantinela de siempre: “No te eches más, que engorda”. 

Con el tiempo se ha ido engrosado la lista de razones por las que no se debe consumir azúcar hasta el punto de equipararlo con el tabaquismo o, peor aún, afirmando que es tan adictiva como la cocaína. 

Aún así todavía no estamos preparados para renunciar a este suculento manjar. Nos hace falta para cocinar, para mantener en buen estado la comida y para poder concedernos todos esos caprichos que le dan sentido a un mal día, ¡qué sería de nosotros sin el chocolate, las galletas, el helado o los postres!

(Foto: Getty Images) 

El azúcar está presente en muchos más productos y alimentos de lo que crees como embutidos y quesos, algunas conservas de espárragos, pepinillos y tomate triturado, en sopas y pizzas congelada, en los lácteos, el pan de molde y hasta en los envases de salmón ahumado y las salchichas, por citar algunos.

Te suena eso del azúcar ‘oculto’, ¿verdad? Pues es que además de los refrescos, los caramelos y chucherías, la bollería y las galletas, el azúcar está presente en los zumos de fruta (naturales o envasados), en cacao soluble y hasta en los cereales de desayuno (casi todos son muy azucarados).

Pero volvamos al tema que nos ocupa, ¿por qué necesitas echar tanto azúcar en el café?

Se debe, nada más y nada menos, que a un proceso molecular conocido como ‘dimerización’ de la cafeína.

Un estudio del York Structural Biology Laboratory, llevado a cabo por el doctor Sishi Shimizu, ha conseguido demostrar que la cafeína y el azúcar se llevan muy bien a nivel molecular. 

(Foto: YelenaYemchuk/Thinkstock/Getty) 

La investigación, publicada en The Telegraph, demuestra que que al agrupar las moléculas del azúcar con las de la cafeína se consigue cambiar la estructura y reducir la superficie (de la cafeína), reduciendo el sabor amargo y estimulando las papilas gustativas.

Pero ¡ojo! No sólo mejora el sabor, el binomio azúcar-café también es bueno para la salud porque el cerebro necesita la cafeína como estimulante, y el azúcar (glucosa) como combustible. Tomados juntos, aumenta la actividad del cerebro y mejora la memoria.

https://es.vida-estilo.yahoo.com/post/128248566113/la-raz%C3%B3n-cient%C3%ADfica-por-la-que-echas-tanta

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