domingo, 20 de noviembre de 2016

La alcalinidad como base de la salud (y III)

¿Cómo fomentar un estado alcalino?

Como se ha comentado antes hay una asociación entre acidez y un crecimiento desmesurado de microorganismos en el cuerpo. Ya se ha comentado con anterioridad que el exceso de acidez se genera no solo por las propias funciones metabólicas del cuerpo, sino por el tipo de alimentos que ingerimos, lo que bebemos, los tóxicos que tomamos (medicinas, azúcar, et.,), el estilo de vida (vida sedentaria o exceso de ejercicio), las emociones, pensamientos negativos, el estrés, la contaminación, etc. Es un ciclo de desequilibrio.

Las células del cuerpo están siempre trabajando para adaptarse al Ph que va descendiendo en un medio ácido. Se descomponen y evolucionan (involucionan) transformándose en bacterias, hongos y levaduras que a su vez, excretan sus toxinas (ácidos debilitantes), intoxicando aún más el ya contaminado medio interno. Es un desequilibrio para el sistema, y así es como se perpetúa el ciclo.

La buena noticia es que comiendo alimentos adecuados y tomando suplementos con sabiduría que alcalinicen el cuerpo, tomando la sal adecuada y un estilo de vida y ejercicio adecuado, los microorganismos dejarán de desarrollarse en exceso y las células comenzarán a evolucionar positivamente, y el cuerpo podrá eliminar las toxinas como es debido. El Ph se equilibra tomando los alimentos adecuados que tienen un efecto alcalinizarte en el organismo.

¿Qué alimentos alcalinizan el cuerpo?

Básicamente las verduras de hojas verdes, como las espinacas, rúcula, brócoli, lechuga, canónigos, etc., también las patatas, boniatos, tomates, pepinos etc., las legumbres como los garbanzos y lentejas, las semillas y las nueces, almendras y avellanas. Limón, lima y pomelo. La sal buena no refinada…. Los cereales como la quínoa, el mijo, trigo sarraceno, espelta y el arroz integral. Tofú…

Lo ideal es que un 80% de nuestro alimento sea alcalinizarte y que un 20% sea acidificante para mantener el equilibrio.

Los alimentos que básicamente nos acidifican son: proteínas de origen animal: carnes de todo tipo, huevos, lácteos. El azúcar en todas sus formas, hidratos de carbono refinados: arroz blanco, pan, pasta (trigo).

Ver esta lista de alimentos clasificados y puntuados según su nivel de acidez o alcalinidad (datos extraidos del Dr. Robert O. Young, libro: The PH Miracle).

Pendiente…

¿Hay algo más que alcalinice el cuerpo?

Excepcionalmente la sal y mejor aún, el agua de mar. Evidentemente no nos referimos a la sal refinada, sino a la Sal del Himalaya o Sal Marina evaporada.

El limón y la lima; a pesar de ser ácidos curiosamente tienen un efecto alcalinizante en el organismo. Los aceites como el de oliva, linaza, uva, aguacate también tienen un efecto alcalinizánte. Asimismo, se incluyen los omega 3 (aceite de pescado o krill).

Existen también sales minerales especialmente alcalinizantes: sodio, potasio, magnesio y calcio. Se pueden comprar juntas o por separado. Existen gotas para equilibrar el Ph, para alcalinizar el agua.

Entre los complementos que personalmente utilizo y que recomiendo son las gotas de Alkalife, para alcalinizar el agua que bebemos. Tienen un PH de 10, lo que hace que al ponerlas en el agua, el ph de ésta suba por encima de 7,5.

Las gotas Alkalife están desarrolladas por el Dr. Sang Whang. Para quienes esten interesados en conseguirlas, pueden contactar conmigo.
¿Cómo saber en qué estado estamos?

Hay una manera muy sencilla para poder comprobarlo. Evidentemente si nos encontramos mal, tenemos alguna dolencia o estamos sufriendo alguna enfermedad de cualquier tipo será evidente que estamos acidificados, pero muchas veces no tenemos ningún síntoma.

La manera más sencilla es testárselo uno mismo en casa con unas tiras de papel que son especiales para medir el nivel de Ph tanto de la Saliva como de la orina. Las tiras son fáciles de encontrar y son baratas.

El Ph de la saliva puede variar mucho más, sin embargo el de la orina es más estable, y por lo tanto es más fiable testar la orina, ya que nos indicará el nivel de Ph de nuestros tejidos. El Ph de la orina también puede variar en respuesta directa a lo que comemos y bebemos.

Lo ideal es testar la primera orina de la mañana ya que ésta nos indicará cual es nuestro estilo de vida por lo menos de las últimas 24h. También es conveniente testar el Ph de la Saliva nada más levantarnos, antes de ingerir nada.

Si vemos que sale ácido lo podemos corregir inmediatamente tomando un poquito de algunos alimentos extra alcalinizantes; almendras, brócoli, pepino, espárragos o aguacate.

El Ph debería estar idealmente en 7’2 o por encima, si está por debajo de 7, sabremos que estamos ácidos. También se puede ir comprobando nuestro estado después de cada comida para ver como estamos.

Los resultados no son definitivos.

El Ph también puede comprobarse con un análisis de sangre. El ideal será; 7’365.

¿Por qué la alimentación ecológica favorece un estado alcalino?

Favorece la alcalinidad porque no tiene pesticidas ni otros elementos químicos, y los pesticidas son tóxicos para nuestro cuerpo y por ende acidifican. Además de que la alimentación ecológica tiene muchos más nutrientes ya que la tierra dónde crecen está menos empobrecida y menos explotada que las tierras dónde se cultivan masivamente.

¿Por qué el equilibrio emocional favorece un estado alcalino?

Quienes deseen recuperar su salud o simplemente mejorarla y luego mantenerla deberán motivarse apropiadamente en todos los sentidos, en la manera de comer, beber y en especial la manera de PENSAR. El estar alcalino es un estilo de vida.


La parte del pensamiento incluye los procesos de pensamiento, sistemas de creencias, salud psicológica, bienestar emocional, nivel de conciencia personal, las actitudes, sentimientos y comportamiento.


Las emociones pueden provocar aún más acidez que lo que comes o bebes. Las emociones negativas provienen de muchos sitios y tienen muchas formas. Las emociones negativas incluyen pensamientos, sentimientos, experiencias, memorias conscientes e inconscientes, sueños. Problemas de la vida. Todos ellos causan “estrés” y el estrés genera mucho acido en el cuerpo. Por eso es importante trabajarse todos estos aspectos. Lo que ingerimos, bebemos y nuestras emociones, son importantes para recuperar nuestro equilibrio interior. Evidentemente, si no cuidamos el aspecto mental, emocional y espiritual, solucionando nuestros conflictos como la falta de autoestima, el orgullo, ira, miedos, etc, difícilmente alcanzaremos ese estado alcalino y también nos costará mantenerlo.

Además los pensamientos negativos consumen muchísima más energía que los positivos, agotando por ende, el cuerpo.

Así es como entenderíamos que las emociones negativas pueden llegar a enfermarnos, ya que provocan por sí mismas, ese estado acidificado tan negativo.

¿Por qué la práctica del deporte favorece un estado alcalino?

El ejercicio nos hace respirar y obtener oxigeno, y hace que sudemos. Moviliza el sistema linfático. Y al hacerlo nos ayuda a estar alcalinos y a mantenernos así. El ejercicio nos permite eliminar las toxinas del cuerpo, eliminar la acidez del tejido graso. También es importante para fortalecernos y ganar flexibilidad, para fortalecer el sistema cardiovascular, los huesos y las articulaciones. Mejora el metabolismo, la presión sanguínea, equilibra el nivel de triglicéridos en sangre y los niveles de insulina.

¿Por qué el contacto con la naturaleza favorece un estado alcalino?

En verdad, lo que necesitamos para vivir es sol, agua, sal y clorofila. En la naturaleza hay mucho más oxigeno y el oxigeno es necesario para la vida. En un entorno con oxigeno el ambiente está cargado de iones negativos y como decía Dan Winter, es un entorno mucho más fractalizado. En las ciudades hay menos oxigeno, y hay todo tipo de contaminación, no solo por los coches, sino por las ondas que circulan de todo tipo, de las torres de telefonía móvil, wifis, entramado eléctrico, calefacciones, etc., Todo ello contribuye a mantener un entorno cargado con iones positivos (cuando llueve es al revés, los iones son negativos). Y este entorno favorece la acidificación. Además en la naturaleza, hay menos ruido y favorece la tranquilidad. En las ciudades hay tanto ruido que es difícil no estresarnos.

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