miércoles, 15 de febrero de 2017

Cuando no se hace bien la digestión por falta de ácido en el estomago: Hipoclorhidria

Resultado de imagen de HipoclorhidriaLa Hipoclorhidria es un trastorno del estómago que se caracteriza por la falta de ácido clorhídrico en el estómago, necesario para la digestión de los alimentos y el aprovechamiento de ciertos nutrientes.

El estómago es uno de los órganos más sorprendentes de nuestro cuerpo. Es capaz de soportar niveles de pH muy bajos, que para otros tejidos serían dañinos, y realizar funciones gracias a las cuales podemos nutrir cada una de nuestras células. Sin embargo, el estómago, como otros órganos, sufre el paso del tiempo; por ello, y por otras razones, se disminuye la secreción del ácido clorhídrico (HCI).

El HCI es responsable de la digestión de las proteínas, de destruir organismos patógenos y de provocar la secreción del resto de jugos digestivos. Para muchos, el ardor de estómago es un problema, pero en esta ocasión nos dedicaremos a aquellos que no pueden aprovechar lo que comen porque no tienen suficiente ácido clorhídrico y, por ello, pueden ver mermada su salud con síntomas de debilidad, desvitalización, cansancio, digestiones lentas, debilidad muscular, o de aquellos que a pesar de entrenar bien, no ven resultados en su masa muscular. ¿Por qué?



Necesita acidez

La transformación de los hidratos de carbono comienza en la boca con la acción de la ptialina presente en la saliva. La masticación realiza una transformación mecánica que, además de disgregar los alimentos en trozos más pequeños, los mezcla con la saliva. Por ello es tan importante masticar bien. Una vez que hemos masticado y mezclado los alimentos con saliva, pasan al esófago y llegan al estómago.

El estómago es un órgano maravilloso preparado para soportar niveles de pH muy bajos y ácidos, tanto como lo crea la presencia de ácido clorhídrico en el jugo gástrico. El HCI se segrega cuando los alimentos llegan al estómago, y tiene diversas funciones:

apoya la función de la pepsina

actúa sobre las proteínas que hemos ingerido desnaturalizándolas, es decir, destruyendo su conformación para que puedan ser liberados los aminoácidos en el proceso digestivo

ayuda en la digestión de los polisacáridos o hidratos de carbono

colabora para mantener un medio lo más aséptico posible para protegernos de organismos patógenos

La pepsina segregada en el estómago actúa sobre las proteínas, pero para ello necesita un cierto nivel de acidez que genera la presencia de ácido clorhídrico; es decir, que sin ácido clorhídrico suficiente, las proteínas pasarán hacia el intestino delgado sin haber sido suficientemente transformadas, por lo que pueden generar putrefacción. Por otra parte, los hidratos de carbono que tampoco son convenientemente modificados, continúan igualmente su tránsito hacia el intestino con mayor probabilidad de fermentación.

La fermentación y la putrefacción por una inadecuada digestión de las proteínas y de los hidratos de carbono genera hinchazón, problemas de ritmo intestinal, intoxicación interna y sobrecarga hepatobiliar.

Los jugos gástricos, como en una cadena de reacciones, apoyan el inicio de liberación de bilis desde la vesícula biliar que actuará sobre los lípidos y realizará acciones antisépticas. Sin suficiente cantidad de bilis o sin una adecuada liberación de la misma, existe fisiológicamente mayor probabilidad de que se formen cálculos biliares y daño hepatobiliar en general. Por otra parte, el páncreas tampoco es estimulado, y los jugos pancreáticos son insuficientes, la amilasa pancreática no puede actuar debidamente sobre los hidratos de carbono. Por último, la asociación de jugo pancreático y de bilis no es adecuada: no se pueden digerir bien los lípidos.

Podríamos resumir diciendo que cuando falla o es insuficiente el primer eslabón esencial de la cadena digestiva, el ácido clorhídrico, el resto puede fallar y los nutrientes básicos se quedan sin ser extraídos de los alimentos; además, ciertas vitaminas como la B12 tampoco se pueden crear, no se asimilan bien los minerales como el hierro, el calcio, el zinc, el magnesio, etc.

Causas de la hipoclorhidria

Entre las causas, hoy en día encontramos como punto principal el estrés. Éste hace que los procesos digestivos no sean prioritarios, y nuestro organismo cree que estamos en una huída continua ante un terrible acontecimiento, así que no hace falta digerir… sino salir corriendo. Si alguna vez ha sufrido un “corte de digestión” por un disgusto, sabe a lo que nos referimos.

Un problema hipofisiario puede debilitar la secreción de jugos gástricos y, por tanto, minimizar la presencia de HCI en el estómago. El abuso de antiácidos convencionales e inhibidores de protones contrarrestan la acción del ácido clorhídrico que es necesario para la digestión. El hipotiroidismo, la deficiencia de vitaminas del grupo B o la ingesta excesiva de carbohidratos son otras de las causas de deficiencia de ácido clorhídrico. El envejecimiento afecta a todo el organismo y disminuye la secreción de hormonas. Asimismo, la capacidad de formar y liberar jugo gástrico que contiene HCI también disminuye, por lo que lo previsible es que las personas de edad avanzada tengan hipoclorhidria. A partir de los 35 años disminuye la secreción natural de HCI.

Consecuencias de una insuficiente cantidad de ácido clorhídrico

–> Dolor e hinchazón epigástrica, digestiones lentas, hinchazón abdominal.
–> Debilidad, cansancio.
–> Debilidad muscular.
–> Trastornos neurológicos o nerviosos debidos a la falta de vitaminas como la B12.
–> Trastornos tróficos debido a la falta de hierro y posible anemia.
–> Uñas quebradizas o estriadas, pelo débil.
–> Debilidad ósea, osteoporosis.
–> Mayor posibilidad de gastroenteritis infecciosas.
–> Intolerancias alimentarias y alergias.
–> Tasas de triglicéridos y colesterol elevadas.
–> Cálculos biliares.
–> Trastornos cardiovasculares.

Suplementación

Los especialistas y los estudios demuestran que una suplementación con 324mg de betaína-HCI durante las comidas ayuda a tener el ácido clorhídrico que nuestro organismo no segrega convenientemente. Además, si se asocia con 5mg de pepsina, emulamos el jugo gástrico. Para un mejor funcionamiento de estos suplementos y una mejor recuperación del organismo, es conveniente asociar una fórmula multivitamínica o, al menos, un suplemento con las vitaminas del grupo B. La betaína-HCI con las vitaminas del grupo B y el ácido fólico pueden ayudar a que se generen menores niveles de homocisteína, un aminoácido ligado a mayor probabilidad de afecciones cardiovasculares.
Por otra parte, se ayuda a cuidar del bienestar hepatobiliar, previniendo o disminuyendo la formación de cálculos biliares. El intestino se puede beneficiar de las acciones antisépticas conjuntas del ácido clorhídrico y de la bilis, previniendo infecciones intestinales que pueden transmitirse a otros órganos. Tejidos como las uñas, el pelo o los huesos se pueden fortalecer, y en general todas las consecuencias enumeradas anteriormente se ven beneficiadas.

Además, la suplementación ayuda a mejorar los resultados de la práctica deportiva, ya que el aprovechamiento de las proteínas y de los hidratos de carbono es mejor, lo cual significa que se extraen de forma óptima de los alimentos los aminoácidos necesarios para crear, mantener y reparar los músculos, tendones y ligamentos, y, a la par, el soporte energético del organismo está optimizado.
En conclusión, sabemos que no es lo mismo alimentarse que nutrirse, y una hipoclorhidria representa precisamente ese concepto: podemos comer los alimentos de mejor calidad, pero si no tenemos suficiente HCI en nuestro estómago, nuestras células estarán hambrientas como si no nos alimentáramos porque los nutrientes no llegan, y nuestro organismo se irá cargando de toxinas debido a los alimentos mal digeridos.

por Farmacia
Escrito en 12 febrero, 2017
http://www.blogdefarmacia.com/cuando-no-se-hace-bien-la-digestion-por-falta-de-acido-en-el-estomago-hipoclorhidria/

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