miércoles, 8 de febrero de 2017

Saliva protege la salud bucodental y previene la aparición de caries

Se calcula que una persona produce entre 1 y 1,5 litros de saliva al día

El cuerpo humano es una gran maquinaria. Tiene fallos sí, pero también posee sus propios métodos de defensa y una serie de sustancias que consiguen neutralizar, e incluso curar, ciertas patologías. Una de estas sustancias es la saliva.

Las funciones de la saliva son muy variadas dentro de la cavidad oral. En primer lugar, es una de las responsables de protegerla, además de controlar el pH de la boca, facilitar la creación del bolo alimenticio y ayudar en el proceso digestivo. Pero esto no es todo. La cantidad y calidad de la saliva juega un papel fundamental en el control de las infecciones orales, también puede reducir el riesgo de padecer patologías como la caries dental.

Y no sólo ayuda en la prevención de la caries, sino que también interviene durante el proceso de remineralización de la pieza afectada. Por eso, este líquido tiene una importancia vital dentro de la salud bucodental.



La falta de saliva provoca dificultades a la hora de hablar, comer, o llevar prótesis. Durante el transcurso de la noche su producción se ve reducida debido a una menor utilización de la boca, por lo que disminuye su capacidad protectora. Esto convierte la higiene oral en un aspecto imprescindible para todas las personas, de ahí la importancia de realizar uncepillado dental antes de dormir.

Se calcula que una persona normal puede llegar a producir entre 1 y 1’5 litros de saliva al día. Esta cantidad tiende a disminuir con el paso de la edad en el paciente, por lo que puede llegar a ser una causa directa para la proliferación de patologías relacionadas con la cavidad oral. Además existen una serie de situaciones fisiológicas que reducen la secreción salival como son el número de dientes, el sexo o el peso corporal.

La patología que produce una disminución en la secreción de saliva se denomina xerostomía. Esta reducción aumenta el riesgo de padecer caries, irritación de la mucosa, dificulta la deglución de los alimentos y provoca halitosis

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