La migraña es mucho más que un dolor de cabeza. Puede obligar a quienes la sufren (un 12% de la población) a dejar su trabajo (causa 20 millones de pérdidas de jornadas). Y tiene un tratamiento complicado y se sabe poco de su causa. O, al menos, se sabía poco.
Porque un estudio que se acaba de presentar la relaciona con el déficit en la enzima diaminoxidasaa (DAO), encargada de metabolizar (destruir) a histamina del cuerpo.
En el trabajo han participado 160 personas, divididos entre migrañosos y no migrañosos. El resultado es que un 96% de los que sufren la enfermedad tienen niveles por debajo de lo normal de la enzima. Esto, en primera lectura, apunta a que el exceso de histamina (una molécula relacionada con los procesos alérgicos y el sistema inmunitario) podría ser una de las causas de esta enfermedad neurobiológica.
El resultado apunta a dos posibles soluciones. Por un lado, en un futuro se podrán desarrollar fármacos que compensen el déficit de esta enzima, y ayuden a degradar o neutralizar la histamina. Por otro lado indica algo que muchos enfermos con cefalea ya saben: que la dieta puede ayudar. Porque la histamina, y su precursor, el aminoácido histidina, se producen en el organismo, pero también entran por los alimentos. Pescado, quesos, vinos y embutidos tienen una mayor concentración.
"Este estudio cambia radicalmente el enfoque para el futuro tratamiento de la migraña ya que revela que una causa habitual de la migraña tiene su origen en la alimentación.
Hasta ahora, la migraña ha estado clínicamente tratada con exceso de medicación y, por tanto, también con un gasto público excesivo", ha dicho Juanjo Duelo, Vicepresidente de la Fundación Migraña.