Wikipedia: El Bisfenol A, usualmente abreviado como BPA, es un compuesto orgánico con dos grupos funcionales fenol. Es un bloque disfuncional de muchos importantes plásticos y aditivos plásticos. Sospechoso de ser dañino para los humanos desde la década del 30, los riesgos acerca del uso delBisfenol A en productos de consumo fueron regularmente resaltados en los medios de comunicación después de que varios gobiernos emitieran informes cuestionando su seguridad, esto también provocó que algunas cadenas de venta retiraran los productos que lo tuvieran de sus vitrinas.
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Virtualmente todos los occidentales tenemos Bisfenol A en nuestros organismos. Y es una sustancia que se sabe que puede causar efectos por ejemplo como alterador hormonal, a niveles bajísimos de concentración, muy por debajo con frecuencia de los niveles que han establecido como referencia “segura” las mismas vendidas administraciones de siempre que sirven a sus amos de la élite, como veremos más adelante.
Desde que fue descubierto, el Bisfenol A se encuentra en el punto de mira de los profesionales sanitarios, pero nunca tanto como ahora, los científicos se han encontrado con una gran cantidad de datos que demuestran los peligros de dicho compuesto. El Bisfenol A, como todo veneno legal está por todas partes, se encuentra en un gran número de productos que utilizamos en nuestra vida cotidiana ya que forma parte del plástico policarbonado, que conforma los envases de muchos productos alimenticios tanto de comida como de bebida, tapones, en interiores de latas, en CD´s y DVD´s, en coches, aviones, gafas, en carcasas de electrodomésticos, en utensilios médicos, en recibos de la compra de los supermercados, en los de los aparcamientos, en los de los cajeros automáticos, en barnices o, incluso, en empastes de dientes
y hasta hace poco en los biberones infantiles.
En septiembre de 2008, un estudio publicado en el Journal of the American Medical Associationseñaló que aquellas personas con un mayor nivel de BPA en el organismo tenían un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y anormalidades en las enzimas hepáticas.
En 2010, otro informe realizado por la bilderberiana Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA), que en el pasado se había mostrado escéptica respecto a los auténticos efectos del compuesto, intentó concienciar a los ciudadanos americanos y empresas productoras de los problemas asociados al BPA, después de que un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), afirmó que más del 90% de los estadounidenses tienen trazas en su organismo de esta sustancia. Es de largo el obesógeno más estudiado, sobre el que recaen más evidencias científicas y, además, el que afecta en mayor medida a la población, dado su amplio uso en productos industriales y de consumo. Se ha observado que el BPA inhibe la liberación de la adiponectina, un protector del organismo sobre muchos de los componentes del llamado síndrome metabólico. Otros estudios han demostrado que los niños expuestos a esta sustancia son más propensos a ser obesos.
Los informes más críticos, varios de ellos publicados en la prestigiosa revista científica de la American Medical Association, concluyen que, incluso a niveles muy bajos de concentración, el BPA puede estar asociado a la diabetes, la obesidad, la infertilidad, el cáncer de mama o de próstata, los problemas cardiovasculares, las alteraciones en el desarrollo neurológico y cerebral y a los trastornos del comportamiento. La Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de Francia ha publicado uno de los informes más alarmantes respecto al BPA, en el que asegura que puede ser altamente dañino para las generaciones venideras, especialmente en lo que respecta al cáncer de pecho que tan de moda ha puesto Angelina con su mastectomía. Existen numerosos estudios científicos que han mostrado la capacidad del Bisfenol A para dañar los órganos sexuales masculinos y afectar a la conducta animal. En otros espacios hablaré de diversas investigaciones que nos hablan de sus efectos. Es considerado uno de los contaminantes estrogénicos más poderosos. Es decir, uno de esos estafadores químicos que engañan a nuestros organismos haciéndose pasar por quienes no son. Se une a los receptores de estrógenos humanos casi como si fuese una hormona natural más de nuestros cuerpos. Y puede causar estragos a niveles delirantemente bajos. Por ejemplo, sus efectos sobre elcáncer de próstata podrían ser mayores a dosis menores que a mayores.
Como es de suponer, los Informes de Evaluación de Riesgo realizados por la bilderberiana Unión Europea señalaban, después de la evaluación de más de mil estudios, que no existe ninguna relación entre el compuesto y el cáncer. Siempre el mismo patrón. Sin embargo, la reciente investigación asegura que aquellos fetos que han sido expuestos en el útero a las mismas tasas de BPA que suele tener la población general tienen más posibilidades de sufrir cáncer de pecho cuando crezcan. El estudio señala que en un 23% de los casos, las mujeres embarazadas están expuestas a niveles del compuesto potencialmente peligrosos.
El 10 de octubre de 2012, el Senado francés declaró ilegal el compuesto al ser considerado como perjudicial para la salud, una medida refrendada por la Asamblea Nacional en diciembre y que tendrá que implantarse de aquí al año 2015. A la hora de prohibir el compuesto fue determinante la participación de un grupo de biólogos franceses, que comprobaron que el BPA puede tener efectos negativos en la fertilidad, así como ocasionar cáncer de mama o diabetes. Sin embargo, consideraron que algunos de los problemas que se habían localizado en animales, como los que afectaban a la próstata o al tiroides, no han gozado de suficiente evidencia científica como para asegurar dicha relación, si bien no deben descartarse aún.
Por otra parte, nuestra Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), en la que la Directora Ejecutiva también trabaja en Coca-Cola, se limitan a contar como han ido transcurriendo los acontecimientos, que si la vendida y bilderberiana EFSA no lo considera peligroso en 2010, que si en Francia está prohibido…, y que está previsto otro estudio para 2014. “Para niveles medios de exposición, el estudio refleja que para los bebés y niños pequeños (de 6 meses-3 años) la exposición media obtenida de la dieta se estima que es de 375 ng/kg peso/día, mientras que para la población mayor de 18 años de edad (incluidas las mujeres en edad fértil) la cifra es hasta 132 ng/kg peso/día. En comparación, estas estimaciones suponen menos del 1% de la ingesta tolerable diaria (TDI) de BPAestablecido por EFSA en 2006 en 0,05 mg/kg peso/día”.
El TDI, es exactamente lo mismo que la IDAcon los aditivos, algo absurdo e imposible de calcular. Se ríen de nosotros. ¿Cómo se yo el Bifenol Aque se desprende de una botella de refresco, y de un ticket del súper, y del salpicadero de mi coche, y de la pintura plástica de la pared de la oficina? Así velan por tu seguridad, no haciendo nada. Siempre los mismos organismos, siempre los mismos patrones, siempre los mismos nombres. Adjunto Informe
BPA AESAN, e informe
BPA EFSA.
La última noticia que concierne a la Unión Europea es la referida a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que la pasada semana anunció que retrasaría su pronunciamiento sobre el bisfenol A hasta este mes de noviembre, a pesar de que estaba previsto en un primer momento para mayo. El European Information Centre on Bisphenol A creó
una página destinada a aclarar algunos de los puntos sobre el BPA en los que existen mayores dudas, generalmente con el objetivo de acabar con el pánico colectivo sobre el componente y reirse más de nosotros. Por ejemplo,la organización considera que no se puede considerar el BPA como un “disruptor hormonal o endocrino”, que sólo se transfiere a los alimentos en un grado muy bajo y en pocas ocasiones y que no se ha demostrado aún nada.
Este caso me recuerda al del mercurio. Wikipedia: El mercurio o azogue o ☿ es un elemento químico de número atómico 80. Su nombre y símbolo (Hg) procede de hidrargirio, término hoy ya en desuso, que a su vez procede del latín hydrargyrum y de hydrargyrus, que a su vez proviene del griego hydrargyros (hydros = agua y argyros = plata). El nombre de Mercurio se le dio en honor al dios romano del mismo nombre, que era el mensajero de los dioses, y debido a la movilidad del mercurio se le comparó con este dios.
Más info. Actualmente el mercurio se encuentra en pescados, enchufes, espejos, rectificadores eléctricos, en los termómetros y aparatos de medición clínicos, interruptores, lámparas fluorescentes, lámparas de bajo consumo (Documental imprescindible:
DW-Luz Tóxica. El peligro de las bombillas de bajo consumo), empastes dentales, amalgamas y vacunas.
Según numerosos estudios, cuando el mercurio entra en nuestro cuerpo, se disuelve fácilmente en grasa y pasa la barrera hemato-encefálica. Alrededor del 80% de los vapores de mercurio es absorbido por la sangre a través de los pulmones. Entre los efectos sobre los humanos, están: Daño al SNC (convulsiones, cambios de personalidad, inestabilidad emocional, alucinaciones , psicosis, disminución o pérdida de visión (más de 5 años de exposición) y de la audición, pérdida de coordinación y sensibilidad muscular, temblores, pérdida de memoria, insomnio, cansancio, cefalea, dificultad para aprender); por irritación pulmonar (tos, dolor de pecho y disnea); inmunológico (reacciones alérgicas); al ADN y cromosomas (desconocido que causa mongolismo); efectos negativos en la reproducción, daño en el esperma, defectos de nacimientos y abortos; irritación y lesiones en la piel (miliaria, prurito, coloración gris.) y mucosas; inapetencia y pérdida de peso, problemas de las encías, aumento de la salivación.
En mujeres embarazadas, puede atravesar la placenta, y los bebés lo pueden recibir a través de la leche materna. En estos últimos los efectos son: Decrecimiento en la inteligencia, retrasos en el andar y el habla, retraso mental, falta de coordinación, ceguera y ataques.
La OMS indica que pueden producirse retrasos de desarrollo en el niño a niveles maternales de mercurio capilar de 10 a 20 µg/g. Los termómetros de Hg contienen entre 0.05 a 0.10 ml de Hg elemental. Cuando un termómetro de Hgse rompe en la boca de un niño, solo entre el 5-15% de este ingerido se absorbe en el tracto gastrointestinal. Representa un riesgo menor en comparación a la aspiración de los vapores de mercurio. La concentración normal de Mercurio en orina es menos de 0,02 mg/litro.
Hay datos disponibles de que el mercurio produzca cáncer, aunque inadecuados. El cloruro mercúrico produjo un aumento en varios tipos de tumores en ratas y ratones, y el metilmercurio produjo tumores del riñón en ratones machos. La Agencia de Protección del MedioAmbiente (EPA) ha determinado que el cloruro mercúrico y el metilmercurio son posiblemente carcinogénicos en seres humanos. Adjunto el video:
Mercurio, nuestra salud en peligro.
Y digo que me recuerda al Mercurio, por que al igual que ahora está pasando con el Bisfenol A, parece que no tenían ninguna prisa en retirarlo del mercado. Hay que tener en cuenta la dejadez de estas instituciones bilderberianas en decidir si un producto es o no es nocivo o perjudicial para nuestra salud, pueden pasar muchos años desde las primeras denuncias. Si al final se aprueba, como fúe el caso del Mercurio:
El 15 de noviembre de 2006, la UE aprueba la prohibición del mercurio en los termómetros, en el que argumentaron, ahora si, riesgos para los seres humanos, el ecosistema y la fauna, pero los termómetros que están en el mercado no se prohíben. La directiva comunitaria fue aprobada en julio de 2007 y concedía a los Estados Miembros de la Unión Europea un período de 18 meses para adaptar sus legislaciones nacionales.
Otra vez EFSA, OMS, EICB, AESAN, CE, FDA…, esos falsos organismos interconectados entre sí vendidos al dinero con esbirros corruptos a la cabeza. ¿No sería más fácil, simplemente retirar un producto que “pueda” dañar la salud?, ¿No es una neglicencia permitir productos que tienen que llevar una IDA, o un TDI que es además imposible de calcular?. Así es como funciona tu mundo. Vas a comprar un refresco con aspartamo, caramelo, diez cucharadas de azucar y gases nocivos en un recipiente de Bisfenol A y te comes una bolsa de snacks con cantidad de trazas de transgénicos,aditivos y su ración de Bisfenol, te haces una sopita bien coloreada con tartracina, un yogurt decochinilla y una pizza con glutamato, así hasta que un día te entra mal de muelas, vas al dentista y te mete un empaste de Bisfenol A y sino de Mercurio, y después te recomienda un dentífrico conflúor.
Y mañana a vacunarse, que este año la gripe viene fuerte. Enciendes la mesilla con una bombilla de bajo consumo por que la luz está por las nubes y así tragas un poco de Mercurio más. Tu decides, seguir pagando a los mismos de siempre por tu veneno diario y después sus medicinas para curarte o buscar alternativas, están ahí, sólo hay que abrir los ojos y romper rutinas. Quizás nada es como creías. Empieza a replanteartelo todo. De ti depende que el mañana sea diferente.
Un abrazo y mucha fuerza.
Manu Escrig.
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