viernes, 11 de noviembre de 2016

Compañeros de cama que nos quitan el sueño

Los celulares, la televisión, tablets, etc. tienen mucha culpa de que no durmamos bien. Según apuntaba el diario “El Pais”, el 95% de las personas en España pasa un mínimo de una hora frente a la pantalla antes de dormir y el 60% revisa el teléfono celular desde la cama. Otro estudio revela que 1 de cada 5 personas se considera a sí misma, insomne. Este hecho se completa con que cada día aumenta el consumo de hipnóticos (benzodiazepinas, barbitúricos, etc.) que, según indica un reciente estudio, aumenta la tasa de enfermedades y mortalidad.

Internet recogía también que el Urban Dictionary ha registrado el término “Techsomnia” como un trastorno del cerebro que no te deja dormir hasta que no completes alguna tarea relacionada con la tecnología. La palabra se vio por primera vez en Facebook en la cuenta de Kuroi Kaze, que describía así su estado durante una noche en blanco: “Iba a meterme en la cama, pero entonces la techsomnia me golpeó y ahora solo puedo seguir enganchado a mi Samsung. Lo próximo que sé es que son las 2.30 y tengo que estar despierto a las 6.00 para irme a trabajar”.

No creo que este tipo de noticias nos sorprenda mucho en la actualidad. Muchas personas viven la experiencia nocturna de estar enganchados a series de tv, videojuegos, chats, correos, etc que impiden conciliar bien el sueño, rompiendo el equilibrio natural de vigilia – descanso y ocasionando síntomas negativos en nuestro cuerpo.

Por ello, pienso que de vez en cuando, vendría bien cuestionarse: ¿Se podría ser más consciente de la confusión y el “ruido” que se llega a generar con el mal uso de los teléfonos, tv, etc. y cómo llega a afectar no solo a la relación con nuestros seres queridos, sino a nuestro propio descanso y salud?

Reconocer la dependencia a estos malos hábitos, observando cual puede ser la verdadera causa de nuestro enganche, bien sea el miedo a “perdernos algo”, evitar conectar con nosotros mismos y tener que enfrentar nuestros problemas, etc. es dar el primer paso para mejorar nuestro descanso y, por ende, nuestra salud.

Asesoró:
Dr. Adrián Jaime – Director de Dr. Adrián Jaime Orthomolecular Medical Institute

noviembre 2, 2016 
http://www.revistasaludalternativa.com/companeros-de-cama-que-nos-quitan-el-sueno/

miércoles, 9 de noviembre de 2016

La escritura terapeutica

Resultado de imagen de escritura terapéutica
En formaciones de crecimiento personal es muy habitual el uso de la escritura como herramienta terapéutica, ya que el ejercicio de escribir para expresar vivencias, emociones, conflictos, etc. nos puede servir para desahogarnos y, además, para entender cómo somos y cómo funcionamos, para aceptar lo que nos pasa, para cambiar de punto de vista... En definitiva, escribir puede servir para sentirnos mejor.

Las redes sociales y los blogs son una muestra importante del hecho de que muchas personas tienen la necesidad de escribir sus experiencias y, a posteriori, de compartirlas.

La escritura tiene, pues, un componente terapéutico: cuando escribimos, lo que hacemos es estructurar mejor los pensamientos, lo cual facilita que podamos ir identificando todas las emociones y las limitaciones que tenemos; si no las hubiéramos escrito, quizá nunca las hubiéramos pasado a la conciencia.
¿En qué se concreta el vínculo entre la escritura y la terapia Gestalt?

A lo largo de los talleres que he organizado e impartido hasta ahora, me he dado cuenta de que la escritura facilita tres actitudes que son los tres pilares o fundamentos de la terapia Gestalt: presencia, conciencia y responsabilidad. Es decir, que:

La escritura facilita estar presentes. Mientras escribimos no podemos hacer otra cosa, se hace necesario estar, ya que no podemos tener la cabeza en otro sitio que no sea en los contenidos o pensamientos que estamos escribiendo.

La escritura facilita tomar consciencia de lo que sea que estamos escribiendo. El hecho de escribirlo permite organizar y clarificar la información que a veces pulula confusa por nuestra mente; en cualquier caso, cuando escribimos nos abrimos a posibles descubrimientos íntimos, a nuevas sensaciones o sentimientos o a aspectos que estaban «aparcados» inconscientemente.

La escritura facilita responsabilizarnos de lo que descubrimos que somos, hacemos y sentimos. Si no hay conciencia, no hay responsabilidad; una vez tomamos conciencia de ello, podemos ocuparnos de ello, detenernos a encontrar de qué manera lo resolvemos, decidir cómo lo gestionamos y accionar.

Ejercicios de escritura con fines terapéuticos

A continuación, planteo algunos ejercicios de escritura con fines terapéuticos que pueden generar un material personal íntimo a partir del cual empezar a trabajar:
La simple transcripción de pensamientos, tal como nos vienen a la mente.
La escritura de sensaciones y emociones en un momento dado, por algún hecho concreto.
La escritura de un cuento, como metáfora de un hecho conflictivo propio.
La descripción de un personaje que nos atrae o con el que nos identificamos.
La escritura de una carta personal dirigida a nosotros mismos para el ejercicio de la autoconfianza, o dirigida a alguien para cerrar cualquier tema que nos preocupa.
La escritura de la posible resolución a un conflicto a partir de la ficción.

Todos ellos son ejercicios que se pueden realizar de forma individual, aunque recomiendo hacerlos en compañía de un terapeuta para así garantizar que los contenidos más relevantes de la persona puedan ser recogidos con el objetivo de integrar los aprendizajes de un modo más eficaz.

En cualquier caso, tanto realizándolos por libre como con seguimiento terapéutico, estos ejercicios son, sin lugar a dudas, una vía de descubrimiento de uno mismo.

La fusión de la escritura y la terapia es, pues, una propuesta interesante y reparadora.

por Eva Mengual Alexandri