martes, 14 de septiembre de 2010

La Guindilla, nueva Arma contra el Dolor Neuropático


Un parche cutáneo, cuyo principio activo es un componente de los pimientos picantes, es capaz de sumir en un profundo sueño a las terminaciones nerviosas dañadas y proporcionar calidad de vida a los pacientes.

Así quedó reflejado en el XIII Congreso Internacional sobre Dolor

Punzante, ardiente, constante y continuo hormigueo son, entre otras, las palabras con las que los pacientes describen el tormento con el que conviven día a día. Entre un tres y ocho por ciento de los europeos sufre dolor neuropático, en España cerca de tres millones de personas.

Un síndrome que conlleva importantes desajustes emocionales ante la impotencia de ver cómo su vida se desmorona por culpa de una alteración del sistema nervioso.

Esta lesión orgánica se debe, sin embargo, a una respuesta inadecuada del cuerpo ante un estímulo tan leve, como por ejemplo el simple roce de la ropa, tal como explica Rolf-Detlef Treede, del Centro de Biomedicina y Tecnología Médica de Manheim de la Universidad de Heidelberg (Alemania). «Este daño en muchas ocasiones pasa desapercibido y se encuentra infradiagnosticado.

Por ello, los enfermos sufren los consecuencias que minan su calidad de vida y desarrollan crisis depresivas», apunta Treede, que además pertenece a la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés).

Un halo de esperanza

En la última reunión de esta sociedad médica, celebrada la semana pasada en Montreal, se presentó uno de los últimos y más prometedores avances para esta patología. Un parche cutáneo que asegura 12 semanas de alivio del dolor neuropático periférico, consecuencia directa de algunas lesiones de espalda, neuropatía diabéticas dolorosas, las asociadas al virus del sida y la postherpética.

David Simpson, profesor de Neurología de la Facultad de Medicina del Mount Sinai de Nueva York (EE UU), explica que «el objetivo del tratamiento no es sólo aliviar el dolor para mejorar el estado del paciente y ayudar a los enfermos a recuperar sus actividades diarias.

Los nuevos datos recogidos de los últimos estudios sugieren que la elevada concentración de capsaicina en el parche tiene el potencial suficiente para manejar satisfactoriamente la dolencia».

Esta optimista perspectiva se debe a que más de un 50 por ciento de los pacientes responde correctamente a los efectos del parche, ya que ve disminuido el dolor del todo, o casi, al menos durante doce semanas.

¿Dónde está la clave? Luis Aliaga Font, jefe de la Clínica del Dolor del Centro Médico Teknon de Barcelona, asegura que «esto se debe a la elevada concentración de capsaicina –hasta un ocho por ciento–, que en otros fármacos tópicos no supera el uno por ciento».

Pero, ¿qué es la capsaicina? Es el componente activo de los pimientos picantes, como el chile o la guindilla. Resulta interesante cómo esta sustancia, responsable de provocar el picor y el ardor en la boca tras el primer mordisco, tiene la capacidad suficiente para calmar la misma sensación en el organismo. Una forma de estimular el «sueño» o adormecer los nervios dañados durante un tiempo y evitar las incomodidades al enfermo.

Dadas las evidencias probadas de este medicamento –comercializado como Qutenza, por el laboratorio japonés Astellas Pharma–, que han visto la luz en prestigiosas revistas científicas como «Nature», las agencias reguladoras de la aprobación de nuevos fármacos europea y americana –EMEA y FDA, respectivamente– ya le dieron luz verde para que los pacientes más necesitados puedan tratarse con el parche dérmico.

Pilar Pérez La Razon

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