sábado, 9 de octubre de 2010

Los Peligros de los Plásticos en la Cocina

¿Conservar o almacenar alimentos en recipientes plásticos es seguro?  

Pues parece que no demasiado. Recientes estudios así lo demuestran.…

Existen ciertas sustancias químicas que forman parte de los recipientes, y que, al contacto con la comida o bebida que éstos contienen, pasan a formar parte de la misma.

Evidentemente, no todas las sustancias químicas que conforman el plástico son dañinas para el organismo. Pero existen algunas que sí los son, en especial para niños y ancianos.

Y entre las sustancias más peligrosas destacan dos, que han sido larga y ampliamente estudiadas:

- El bisfenol A (o BPA): por su estructura química, muy similar a ciertos estrógenos, es capaz de producir alteraciones hormonales de diversa índole, así como problemas en la esfera reproductiva.

Estudios realizados durante el National Toxicology Program también asociaron esta sustancia con manifestaciones sobre el cerebro (deterioro cognitivo, el comportamiento, y la próstata, tanto en fetos, como en niños).

- Ftalatos: Causantes de problemas en el sistema reproductivo masculino, como criptorquídea (o ausencia de descenso de los testículos a su bolsa escrotal), malformaciones del pene, semen de baja calidad (por disminución de los espermatozoides), e incluso cáncer de testículo.

También se han publicado estudios que relacionan los ftalatos con afectaciones metabólicas tales como la presencia de una perímetro abdominal mayor de lo normal (recordar que esto es considerado como un factor de riesgo cardiovascular) y alteraciones en el metabolismo de la glucosa (resistencia a la insulina).

¿Cómo podemos saber qué plásticos contienen esas sustancias?

Existe un código, generalmente localizado en el fondo del envase plástico, formado por un triángulo de flechas, con un número en su interior. Ese número va siempre entre 1 y 7 (ambos incluidos), y permite saber el tipo de plástico del que está compuesto el recipiente, así como si es seguro o no. Los códigos 1,2,4 y 5 corresponden a sustancias químicas seguras, según explica la analista del Grupo de Trabajo del Ambiente, Sonya Lunder.

Los códigos 3 y 6 corresponden a sustancias nocivas. ¿Y el código número 7? Pues, sencillamente, se trata de un tipo de plástico (policarbonato) que contienen Bisfenol A.

Además del citado triangulito, este compuesto lleva las letras PC debajo del número 7 para poderlo reconocer más fácilmente.

¿Alguna otra cosa que podamos hacer para curarnos en salud?

1. Evitar el microondas: El calor aumenta la cantidad de BPA que pasa del continente (plástico) al alimento. Evidentemente, no todos los plásticos tienen BPA. Así, aquéllos que llevan la etiqueta “microwave safe” (Seguros al microondas) han demostrado no ser nocivos en estudios llevados a cabo por la FDA (Departamento de Sanidad de EE.UU.).

De todas formas, muchos son los que no se conforman con evitar ciertos plásticos (la Doctora Lunder a la cabeza), sino que abogan por no utilizar ninguno de ellos en un microondas, y optan por utilizar recipientes de cristal o cerámica.

2. Los plásticos diseñados para un solo uso, no han de ser reutilizados. Nos referimos, por ejemplo, a las botellas de agua mineral. No están preparadas para congelarse y calentarse de forma constante, durante un largo período.

De hecho, muchos de los recipientes con código 1 están diseñados a tal efecto. Así, si se encuentra en su camino con algún plástico que lleva en su casa varios meses, hágase un favor: Tírelo a la basura.

3. Lávelos a mano. No todos los plásticos pueden ser lavados en el lavavajillas. Sólo aquéllos que lleven una etiqueta que así lo indique. ¿El motivo de esta restricción? En el lavavajillas entra en contacto con detergentes y calor, que aumentan la liberación de BPA.

4. No congele alimentos en cualquier recipiente plástico. Solo deberían entrar en el congelador aquéllos plásticos con una etiqueta que indique que pueden ser introducidos. El frío deforma los recipientes, con lo que puede aumentar la cantidad de químicos que pasan a los alimentos.


La sustancia venenosa que suelta el plástico con el calor se llama antimonio. Se ha venido denunciando desde hace mucho tiempo que si dejas tu botella plástica con agua en el automóvil durante días calurosos y luego te bebes el agua después de que ésta se haya calentado, estás aumentando las probabilidades de sufrir o desarrollar cáncer de mamas.

 Los doctores explican que el calor hace que el plástico emita un cierto residuo químico tóxico, conocido como antimonio y  que es una de las causas responsables de generar cáncer en las mamas. Este tóxico es el mismo que se ha encontrado en los tejidos de senos con cáncer.

Así que, por favor, ¡no tomes el agua de botellas de plástico que se hayan podido recalentar! Y pasa esta información a todas las mujeres en tu vida, para que estén preparadas y conozcan otra forma de prevenir esa clase de problemas.  

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