Las supuestas ampolletas de bajo consumo (CFL) (aquellas que Al Gore prometió salvarían al planeta) en realidad están llenas de mercurio toxico, que intoxican, dañan y nos enferman.
Entre sus efectos se han registrado dolores de cabeza, alteración del sueño y fatiga. Además, lo más grave, las CFL llenan nuestras casas de frecuencias electromagnéticas y cuando se rompen polucionan nuestro aire con mercurio muy por encima de los niveles permitidos.
Las ampolletas de bajo consumo se han vendido como más eficientes que las tradicionales, lo que debería compensar la diferencia de precio enorme que existe, las autoridades en salud pública y medioambiente han hecho la vista gorda ante los enormes peligros para la salud pública y el medioambiente que comportan estos nuevos “demonios” venenosos en nuestros hogares y lugares de trabajo.
Desde luego, algunas asociaciones ecologistas y medios de comunicación han alertado sobre algunos de los peligros . Las lámparas compactas fluorescentes o CFL están rellenas con mercurio tóxico que sin las convenientes medidas de seguridad dañan enormemente el medioambiente.
Un informe publicado en 2008 por el Departamento de Protección del Medioambiente de Maine reveló que la CFL cuando se rompe, libera altos niveles de mercurio al aire. Los estándares admiten generalmente 300 nanogramos de mercurio por metro cúbido en el aire, pero si una de estas ampolletas se rompe se liberan automáticamente 50.000 nanogramos por metro cúbico o más de 166 veces el nivel de seguridad.
Aunque las ampolletas CFL no están consideradas, ni son tratadas como residuos peligrosos, deberían serlo por el enorme perjuicio que conllevan para el medioambiente.
A estas alturas, me imagino que el que jamás haya oido hablar de este tema estará balbuceando atónito preguntándose “có…có…..mo….es….po…no…pu….imposible”, pensando en la enorme maquinaria de propaganda puesta en marcha para introducir ese peligro potencial en millones de hogares donde muchas personas ancianos, niños, mujeres embarazadas, no tienen la menor idea de lo que es un residuo peligroso, ni se plantean que hayan podido llegar estos “demonios” luminosos desde China al mundo entero.
Los residuos peligrosos pueden contaminar los ríos, lagos, reservas de aguas, aguas subterráneas…de manera que si las ampolletas de bajo consumo no son separadas en contenedores apropiados (y no veo mucha alarma social, ni medioambiental al respecto) las CFL podrían causar consecuencias desastrosas para el medioambiente.
Pero es que, por si todo lo anterior fuera poco, las ampolletas CFL emiten altos niveles de radiación, causando dolores de migraña, alteraciones en el sueño y fatiga, entre otros problemas.
A diferencia de las ampolletas incandescentes tradicionales, las CFL emiten “energía sucía” en exceso, o frecuencias electromagnéticas, un hecho que ha sido poco entendido por los ecologistas, o por los medios de comunicación de masas, a la hora de valorar su rosario de perjuicios para la salud, enfocados tal vez en exceso en la calentología, una pseudo-ciencia construida en base a mentiras convenientes para algunos, como muchos ya sabemos.
A diferencia de las ampolletas incandescentes tradicionales, las CFL emiten “energía sucía” en exceso, o frecuencias electromagnéticas, un hecho que ha sido poco entendido por los ecologistas, o por los medios de comunicación de masas, a la hora de valorar su rosario de perjuicios para la salud, enfocados tal vez en exceso en la calentología, una pseudo-ciencia construida en base a mentiras convenientes para algunos, como muchos ya sabemos.
Si el mercurio y sus efectos son el problema cuando las CFL se rompen y están fuera de uso, las altas cantidades de polución de FEM (Frecuencias Electro-Magnéticas) son el problema cuando las ampolletas están en funcionamiento.
Hay tecnología para tratar de protegernos de estas frecuencias tóxicas, y aparatos para medir los niveles de toxicidad pero la mayor parte de la gente, ni siquiera es consciente de sus peligros. De forma similar a las antenas de telefonía o la irradiación de los alimentos, la radiación FEM supone serias amenazas a los humanos y animales que son expuestos en exceso.
Hay tecnología para tratar de protegernos de estas frecuencias tóxicas, y aparatos para medir los niveles de toxicidad pero la mayor parte de la gente, ni siquiera es consciente de sus peligros. De forma similar a las antenas de telefonía o la irradiación de los alimentos, la radiación FEM supone serias amenazas a los humanos y animales que son expuestos en exceso.
Dicho de otro modo más directo para que no generes dudas respecto a esta información: las ampolletas “CFL de bajo consumo” llegadas de China polucionan tu casa de frecuencias electromagnéticas tóxicas para tu salud.
Según David Stetzer de Stetzer Electric, las lecturas por encima de 50 GS (Gauss) son indeseables y dañinas.
En esta página, dedicada en exclusiva a este tema, el autor asegura que después de medir los efectos de las ampolletas de CFL en casa con un contador Graham/Stetzer, siete de las 11 ampolletas testadas generaron niveles superiores a 50 GS, algunas incluso muy superiores. Este es el resultado de su test con marcas comerciales en venta en USA:
Lumacoil 15W ~700+ GS unidades
Commercial Electric 4W ~200+ GS, ~220+ GS
n:vision 14W ~200+ GS
n:vision 9W ~140+ GS
Commercial Electric 9W ~70+ GS
n:vision 9W ~70+ GS
Lights of America 13W ~70+ GS
Lights of America 20W ~35+ GS
Sylvania 13W ~ 20+ GS
Compax (GE) 15W ~0+ GS, ~0+ GS
IKEA 11W ~0+ GS
Por cierto, Greenpeace en lugar de alertar a la población, aclara que todo está de maravilla. Que no nos preocupemos.
Agente2012
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