La dependencia de la televisión, los teléfonos móviles y las computadoras portátiles puede estar costando mucho a la población en términos de sueño, según un nuevo sondeo realizado en Estados Unidos.
La tendencia a ver televisión cada noche antes de dormir, jugar a videojuegos o revisar correos electrónicos y mensajes de texto antes de apagar la luz podría estar interfiriendo en los hábitos de sueño de los estadounidenses.
"Desgraciadamente, los móviles y las computadoras, que hacen nuestras vidas más productivas y disfrutables, pueden ser objeto de abusos hasta el punto de contribuir a que la gente duerma menos por la noche, lo que deja a millones de estadounidenses trabajando de forma mediocre al día siguiente", dijo Russell Rosenberg, vicepresidente de la Fundación Nacional del Sueño (NSF por su sigla en inglés).
Casi el 95 por ciento de los encuestados por el estudio de la NSF dijo que usaron algún tipo de dispositivo electrónico una hora antes de irse a dormir, y aproximadamente dos tercios admitieron que no habían dormido suficiente durante la semana.
Charles Czeisler, de la Escuela de Medicina de Harvard y del Brigham and Women Hospital de Boston, dijo que la exposición a luz artificial antes de ir a dormir puede aumentar el estado de alerta y suprimir la liberación de melatonina, la hormona que induce el sueño.
"La tecnología ha invadido el dormitorio", explicó Czeisler en una entrevista. "La invasión de tales tecnologías que nos colocan alerta en el dormitorio puede contribuir a la elevada proporción de encuestados que dijeron que de forma rutinaria dormían menos de lo que necesitaban", agregó.
La población del "baby boom", quienes tienen entre 46 y 64 años, fueron los que más vieron la televisión antes de ir a dormir, mientras que más de un tercio de los que tenían entre 13 y 18 años y el 28 por ciento de los adultos jóvenes -entre 19 y 29 años- jugaron con los videojuegos antes de ir a la cama.
El 61 por ciento dijeron también que usaban la computadora varias noches cada semana.
Y la tendencia a estar conectado significa que incluso aunque alguien se duerma, luego puede despertarse por el móvil, los mensajes de texto o los correos electrónicos durante la noche.
"Uno de cada 10 niños dijeron que se despiertan por mensajes de texto después de haberse ido a la cama. La gente no apaga sus Blackberries", dijo Czeisler, añadiendo que todo esto se está cobrando horas de sueño.
La generación Z, quienes tienen entre 13 y 18 años, fueron el grupo más privado de sueño, con un 22 por ciento describiéndose como "somnolientos", frente a sólo el 9 por ciento de los "baby boomers".
Los expertos recomiendan que los adolescentes duerman nueve horas y 15 minutos por noche, pero los adolescentes tienden a hacerlo 7 horas y 26 minutos en promedio entre semana.
"Lo que más me preocupa es lo poco que duermen los jóvenes de entre 13 y 18 años", dijo Czeisler. "Los niños de hoy duermen una hora y media o dos horas menos que hace un siglo. Eso significa que pierden aproximadamente 50 horas de sueño al mes, agregó.
La falta de sueño afecta negativamente al trabajo, al humor, a la familia, a los hábitos de manejo, a las relaciones sexuales y a la salud, según la NSF.
Todos los grupos lo sobrellevan consumiendo bebidas con cafeína -aproximadamente 354 ml por persona- de forma diaria, y tomando siestas, algunas veces más de una al día.
"Los padres debería sacar estas tecnologías del dormitorio de los niños si quieren que les vaya bien (en el colegio)", dijo Czeisler.
Por Patricia Reaney NUEVA YORK (Reuters)
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