El origen exacto del término Spa es aún motivo de controversias, sin que exista acuerdo sobre el tema. Sin embargo, yo he elegido la expresión latina: Salutem per aquam (salud por el agua) para definirlo, un término sencillo y con el principal ingrediente curativo, el agua, al alcance de todos.
El agua ejerce un efecto revitalizante sobre nuestro organismo, y el principal efecto terapéutico del agua (hidroterapia) se debe a su capacidad de transmitir estímulos térmicos (frío – calor). Esta cualidad es la que más nos interesa a nivel doméstico, ya que podemos realizar tratamientos desestresantes en nuestra propia bañera.
La piel, al recibir el estímulo del agua, genera una respuesta a nivel circulatorio tanto superficial como a través del sistema nervioso, llegando a los músculos, vísceras y circulación general en todo el cuerpo.
Si vamos a utilizar hidroterapia debemos respetar ciertas NORMAS BÁSICAS:
1. Nunca emplear aplicaciones frías si nuestro cuerpo está frío; debemos utilizar alguna técnica para calentarlos (fricciones, por ejemplo). Después de la aplicación fría debemos entrar en calor secándonos y abrigándonos o hacer ejercicio.
2. Nunca se realizarán antes o después de las comidas
3. Las aplicaciones calientes terminan siempre con una aplicación fría de corta duración, por ejemplo 3 minutos de caliente por un minuto de frío, lo que provoca una vasodilatación reactiva, reforzando el efecto producido por el agua caliente
4. No usar productos que contengan sustancias tóxicas (tabaco, alcohol) ya que podría ser contraproducente
5. La sensación en nuestro cuerpo luego de la hidroterapia debe ser siempre placentera y nunca acompañarse de sensaciones desagradables como palpitaciones, mareos o sensación duradera de frío. Esto sería un signo de una mala adaptación vascular, por lo cual debe interrumpirse la sesión.
6. Otra opción podría ser el clásico baño relajante: llenamos nuestra bañera y nos sumergimos en agua caliente perfumada. Las sales y los aceites esenciales tienen un efecto terapéutico, estimulante e hidratante
7. Recordar que en aromaterapia una gota NO es una gota, sino una gran cantidad de material botánico. Si se le ha recomendado una gota, use una gota y no dos
8. No utilice aceites minerales, como el aceite para bebés, puesto que éstos no penetran en la piel, es decir que quedarán en la superficie, además de que inhiben la acción de los aceites esenciales
9. Usar los aceites esenciales siempre diluidos en las proporciones indicadas
10. No aplicar estos aceites en estado puro, ya que son irritantes y dermo-cáusticos (pueden producir quemaduras). Los únicos aceites que se pueden usar puros son las lavandas
11. Si queremos aprovechar las virtudes de los aceites esenciales en la bañera debemos tener en cuenta que los aceites que echemos se absorberán al 100%. De ahí que no se debe exceder de las 12 gotas para una bañera llena. Siempre previamente disueltos en leche en polvo, leche entera, vodka, arcilla, raíz de kuzu, miel o azúcar, para evitar que queden flotando sobre el agua y pudieran provocar irritaciones en las mucosas. Además, remueva bien el agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario