martes, 30 de abril de 2013

¿quieres una opción poco costosa y muy efectiva para mantener lejos a los doctores?


Meditación y disciplina preventiva, un binomio que podría ahorrarte un considerable número de visitas al doctor y facturas médicas.

El vertiginoso ritmo cotidiano, la multiplicidad de roles potenciada por nuestro desdoblamiento personal en perfiles digitales, competencia masificada, exigencias sistemáticas, aparentes crisis financieras, modelos socioculturales insostenibles, narrativas desmoralizantes por parte de los medios. 

Todos estos son ingredientes que hoy caracterizan –junto con diversas bondades que por ahora no enlistare–, la actualidad humana. Y como una correspondencia a esta miríada de elementos, tenemos la consolidación del estrés, fenómeno que básicamente se refiere a la presión constante que las personas tenemos que enfrentar hoy en día.

El estrés se ha consagrado como fiel acompañante entre un buen porcentaje de las personas que hoy enfrentan una enfermedad. Los síntomas asociados con este estado, por ejemplo un cansancio crónico o un exceso de ansiedad, parecen ser detonadores ideales para desequilibrar el cuerpo humano y, eventualmente, someterlo a una enfermedad.

Entre las diversas medidas que se han experimentado para combatir la presencia cotidiana del estrés, las cuáles van desde fármacos hasta psicoterapias, existen algunas técnicas de meditación que han resultado ser particularmente eficaces, entre ellas la meditación trascendental y el budismo Zen. Jon Kabat-Zinn ha sido uno de los más prominentes promotores, desde el campo de la ciencia, del Zen en occidente. Su activo entusiasmo por está técnica le llevó a desarrollar en 1979 un programa llamado Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR).

Este protocolo, cuidadosamente configurado por Kabat-Zinn, contempla una secuencia de meditación y prácticas de yoga a lo largo de ocho semanas, bajo la premisa de colocar tu atención en el momento presente. “Me encontraba enseñando sobre la biología molecular del desarrollo muscular, y comencé a preguntar a los doctores ¿a qué porcentaje de tus pacientes ayudas? Y ellos consideraban que entre un 15 y 20%”, afirma quien obtuvo en 1971 un doctorado en biología molecular por el MIT, y que actualmente dirige el Center for Mindfulness in Medicine, Health Care, and Society de la University of Massachusetts Medical School.

¿Pero qué hay del 80-85% de los pacientes que no lograron curarse con los tratamientos de la medicina alópata –y quienes, además, obviamente no obtuvieron reembolso alguno del dinero que invirtieron en busca de su salud? Kabat-Zinn y su equipo comprobaron que existe un cierto estado mental –que repercute en todos los ámbitos de una persona, incluidos el emocional y el físico–, que es aplicable para combatir prácticamente cualquier problema de salud: la circunspección (o lo que en inglés se conoce comomindfulness). Y precisamente este estado es asequible a partir de diversas técnicas de meditación.

Actualmente el tema de salud pública representa una de las mayores amenazas para las finanzas de una nación. Al parecer el tradicional modelo de medicina alópata, complementado con el nefasto mercado que las farmacéuticas han construido para lucrar desmedidamente con la enfermedad humana, se presenta como algo insostenible. “El modelo de la medicina que consiste en localizar un problema aislado y resolverlo, ya no funciona. El sistema de salud estadounidense está provocando la bancarrota del país, financiando a las aseguradoras y dejando exhausto al personal médico. Y no obstante lo anterior, ocupamos el lugar cincuenta dentro de las expectativas de vida por país” advierte Kabat-Zinn en entrevista para el diario inglés Guardian.

La clave, evidentemente, está en rediseñar el sistema médico. Pero en un plano más profundo, existe un puntual requisito para lograrlo: re-pensar nuestra relación con nosotros mismos y, aún más allá, replantear la forma en la que nos relacionamos, mediante nuestra atención, con la realidad –favoreciendo el aquí y el ahora.

“Básicamente se trata de entrenar tu atención, y en dónde la depositas. Es sentido común. No se trata de curas, sino de dedicarnos a desarrollar una relación distinta con nuestras propias experiencias, ya sea que se trate de ansiedad, dolor, estrés o depresión. Sabemos que esto provoca cambios en la forma de nuestro cerebro e incluso afecta el comportamiento de nuestras células.”

Curiosamente, quizá honrando la perfección del diseño original de todas las cosas, en estos días encontramos decenas razones que nos invitan a renovar los paradigmas actuales. Y de acuerdo a lo anterior, la medicina es un campo en el que está urgencia “transformacional” también está presente.

Independientemente del programa MBSR, existen distintas técnicas de meditación, al alcance de todos, que proveen los beneficios necesarios para auto-regular nuestro cuerpo (incluidos mente y emociones), con lo cual evitaremos una buena porción de los males que afectan hoy a millones de personas. En este sentido es importante recalcar que tu salud está, afortunadamente, en tus propias manos –y no en la de misteriosos fármacos o costosos médicos. Imprimiendo algo de disciplina en tu vida para asegurarte ciertos hábitos preventivos, por ejemplo mantener una buena alimentación, horas de sueño adecuadas, y algo de actividad física, y complementándolo con una sesión cotidiana de unos treinta minutos de meditación, estarás ahorrándote un significativo porcentaje de las visitas al doctor.

En fin, tu salud está en tus manos, y parece que es buen momento para refrescar nuestra existencia. Recuerda que tu atención, y tu intención, definirán en gran medida tu realidad individual. 

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