La interacción medicamentos-alimentos es poco conocida y divulgada. Esto surge porque generalmente se cree que, al ser los alimentos productos que se ingieren cotidianamente, no parece probable que influyan en los efectos de los medicamentos, pero…
Determinados medicamentos deben tomarse sólo con agua, otros nunca deben mezclarse con leche o derivados lácteos, algunos tienen que ingerirse junto con la comida y hasta es preferible tomar otros en ayunas o con el estómago vacío. Conviene seguir escrupulosamente las indicaciones del prospecto, ya que se puede alterar e incluso anular al eficacia del medicamento según con qué alimentos o bebidas se acompañe.
La mejor garantía de que no se va a ver reducido el efecto del fármaco es tomarlo acompañado de un vaso de agua. No obstante, existen alimentos, como el zumo de naranja, que potencian la acción de algunos fármacos. En estos casos, sería más recomendable tomarlos con zumo que con agua.
Efectos por interacción
1) Acción de los medicamentos sobre la absorción o la utilización de los nutrientes de los alimentos.
2) Acción de los alimentos (o sus componentes) sobre la absorción o los efectos de los medicamentos.
En el primer caso, adquieren especial importancia los tratamientos prolongados con determinados medicamentos que pueden causar efectos propios de carencias de nutrientes, aún en el caso de que éstos se encuentren en los alimentos ingeridos, ya que por la acción del medicamento no se aprovechan adecuadamente. Ejemplo de ello son las posibles deficiencias en ciertas vitaminas y otros nutrientes por abuso de laxantes, que, como es sabido, estimulan la rápida evacuación intestinal, con lo que se impide la total absorción de diversos nutrientes.
Este tipo de problema puede ser considerado como un efecto secundario del medicamento, en muchos casos inevitable, pero que hay que controlar mediante una dosificación más ajustada del mismo, el recurso a otra terapéutica que no cause deficiencias nutricionales, o administración de suplementos nutritivos, siempre según las indicaciones del facultativo.
En el segundo caso, tenemos especialmente la interacción del alcohol (y, por tanto, de toda bebida alcohólica) con muchos medicamentos, en especial con la mayoría de los que actúan sobre el sistema nervioso; de hecho, el alcohol etílico interacciona con una gran parte de los medicamentos más recetados (analgésicos, anticoagulantes, antihipertensivos, antihistamínicos...).
También hay que citar el efecto que tiene la ingestión simultánea de alimentos y medicamentos, al modificar su absorción y, en consecuencia, su acción. Destaca en este sentido la leche y sus derivados, que disminuyen la absorción de ciertos antibióticos (tetraciclinas), lo que es una muestra de que tomar leche para evitar la irritación gastrointestinal debida a algunos medicamentos, no siempre es adecuado.
En otros casos hay alimentos que incrementan la absorción de medicamentos hasta niveles que pueden ser perjudiciales, si bien esto último es menos frecuente.
Indiquemos finalmente que, además de los grandes grupos de interacciones medicamentos-alimentos, también debe tenerse en cuenta que hay medicamentos que afectan a la regulación del apetito y al sentido del gusto, lo cual condiciona el régimen de alimentación del paciente. Asimismo, mezclar medicamentos con bebidas (en general, no alcohólicas) para facilitar o hacer más agradable su ingestión puede afectar, por lo menos parcialmente, su estabilidad y, en consecuencia, su acción.
En definitiva, con respecto a estas influencias y, por tanto, interacciones entre alimentos y medicamentos, hay que seguir las indicaciones de los facultativos, así como las informaciones solventes que se encuentran en los prospectos, teniendo presente, como ya se ha expuesto, que los alimentos (en correctas condiciones de preparación y consumo) no siempre son «inertes» con respecto a los medicamentos.
Medicamentos, ¿con o sin leche?
La leche y sus derivados (yogur, cuajada, queso, helados de leche) afectan al aprovechamiento de ciertos medicamentos. Es el caso de determinados antibióticos, que nunca se deben tomar conjuntamente con leche o lácteos o de forma simultánea con suplementos de sales de calcio. Este mineral altera la absorción y reduce la eficacia de, por ejemplo, las tetraciclinas, antibióticos de amplio espectro que actúan principalmente frente a infecciones bacterianas. Dichos medicamentos también forman complejos con otros minerales como el hierro y el magnesio, además del calcio, e interfieren con el efecto del antibiótico, haciéndolo menos eficaz. Por esta razón, tampoco es aconsejable tomar este tipo de medicamentos junto con suplementos dietéticos de hierro, con suplementos de vitaminas y minerales que lleven estos nutrientes o con laxantes que contengan magnesio. Para que resulte efectivo se aconseja tomar los alimentos que contengan estos nutrientes al menos dos horas antes o dos horas después a la toma del antibiótico.
No es aconsejable tomar antibióticos con suplementos dietéticos de calcio
También se ha constatado que el calcio, tomado en suplementos o como parte de los alimentos ricos en dicho mineral, inhibe la absorción del hierro si ambos se ingieren conjuntamente. Es por este motivo que, en caso de anemia, se recomienda ingerir el suplemento de hierro en ayunas y no durante el desayuno si se toma leche o derivados.
Con zumo de naranja
El zumo de naranja es un alimento rico en vitamina C, nutriente que aumenta la absorción del hierro de los complementos médicos para el tratamiento de la anemia, como el sulfato ferroso. El objetivo es tomar conjuntamente el hierro con alimentos ricos en vitamina C, que bien puede ser zumo de naranja en ayunas, kiwi, mandarinas o agua con zumo de limón. De esta manera se garantiza que las reservas de hierro del organismo se repongan más rápidamente.
Por el contrario, el té negro contiene taninos, y en mayor cantidad cuanto más se deja reposar la infusión. Los taninos forman complejos con el hierro impidiendo su absorción, por lo que es totalmente desaconsejable tomar un té justo después de haber tomado el suplemento de hierro.
Precaución
Expertos en medicina y nutrición coinciden en señalar la precaución que hay que tener al combinar alimentos y medicinas. Es el caso del zumo de pomelo, para el cual desaconsejan tajantemente tomarlo como acompañamiento de numerosos medicamentos, desde antihistamínicos hasta ciertos antihipertensivos (antagonistas del calcio) e hipocolesterolemiantes.
En 2006, la revista científica 'American Journal of Clinical Nutrition' publicó un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.). En dicha investigación se identificaron los componentes químicos del zumo de pomelo responsables de la interacción y los efectos secundarios con diversos fármacos. Estos componentes se denominan furanocoumarinos, y actúan para favorecer una mayor absorción de ciertos medicamentos en el organismo al neutralizar la enzima que los destruye a nivel intestinal. Así se explica el malestar provocado por los efectos secundarios de una mayor dosis de medicamento que circula por la sangre.
Interacciones farmacodinámicas más relevantes entre alimentos y medicamentos:
Fármaco
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Nutriente
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Efecto en el fármaco
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Recomendaciones
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Anticoagulantes orales: warfarina, acenocumarol. | Crucíferas, como coles de Bruselas, coliflor, repollo, brócoli, etc. (contenido alto de vitamina K). | Disminuye su eficacia al antagonizar el efecto. | Evitar la ingestión simultánea de grandes cantidades de crucíferas (coles de Bruselas, repollo, brécol, coliflor). |
Antihipertensivos: diuréticos tiazídicos, beta-bloqueadores. | Regaliz o su extracto | La acción mineralcorticoide del regaliz antagoniza el efecto antihipertensivo | Evitar el uso de alimentos o derivados con regaliz o su extracto en pacientes con hipertensión arterial. |
Inhibidores de la Mono-Amino-Oxidasa (MAO): tranilcipromina, selegilina, procarbazina, isoniazida. | Alimentos ricos en tiramina, como patés, arenques, quesos curados, salami, etc | Crisis hipertensivas. Desde 1964, se han publicado casos de hemorragias cerebrales con antidepresivos IMAO. | Evitar alimentos ricos en tiramina durante el tratamiento e incluso durante las 3 semanas después de concluir un tratamiento con uno de estos fármacos |
Antiestrógenos: tamoxifeno. | Soja. | Sus fitoestrógenos antagonizan la acción antiestrogénica del fármaco. | Evitar la ingestión conjunta. |
Anticoagulantes orales: warfarina, acenocumarol | Ajo en cantidades altas | Potencia el efecto anticoagulante ya que el ajo tiene efecto antiagregante. | Evitar la ingestión en pacientes anticoagulados ya que puede haber sangrados y hemorragias. |
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