Todos queremos disfrutar una salud perfecta pero a veces nos olvidamos que nuestros hábitos diarios pueden estar perjudicándonos. Por este motivo hacer algunos cambios puede suponer un cambio radical. Si elegimos minimizar los tóxicos en nuestro hogar, por ejemplo revisando los productos de higiene, cosméticos y limpieza, y optimizar nuestra alimentación a través de alimentos ecológicos y eliminando sustancias tóxicas como el azúcar o la sal refinada, podemos conseguir que nuestra salud mejore de una forma que no nos podemos ni imaginar. Esta temporada en Sopa Tóxica hemos elaborado varios artículos con consejos prácticos que pueden servir de orientación para optimizar nuestra salud y que os presentamos a continuación:
La sal refinada solo es cloruro sódico, que es el componente principal de la sal, más algunos aditivos y antiaglutinantes, como el hidróxido de aluminio, lo que aumenta nuestro riesgo de padecer Alzheimer, ya que tiene una relación probada con la intoxicación continuada por aluminio. Hoy en día la mayor parte de la sal refinada se consume con la comida procesada, por lo que tiene un efecto acumulativo que acaba afectando a nuestra salud si no lo tenemos en cuenta.
Varios estudios demuestran que la pandemia de obesidad que sufrimos hoy en día no está provocada por la ingesta de grasas, que casi no ha aumentado, sino por la ingesta de azúcares. El problema es realmente grave y según el Dr. Robert Lustig, profesor de endocrinología infantil de la Universidad de California, incluso está provocando una epidemia de obesidad en niños de 6 meses a escala mundial.
Una mala masticación, además, provoca un sobreesfuerzo del sistema digestivo, lo que nos acabara generando problemas serios con el paso de los años. Hay que tener en cuenta que el cuidado de la boca no solo se hace en la boca, sino que hay que tener una alimentación sana; por ejemplo, es importante tener en cuenta que un déficit de vitamina C o D pueden causar graves problemas bucales.
Su uso para elaborar pan lo popularizó a mediados del siglo XIX y provocó su fabricación a nivel industrial. Desde la popularización del bicarbonato se le han ido encontrando más usos, de entre los cuales destacan los siguientes:
Los construcción en las últimas décadas de edificios inteligentes, que son herméticos y en los que no hay suficiente ventilación ni renovación de aire, parece ser la causa de que algunos mohos tóxicos que siempre han existido afecten ahora a nuestra salud con más facilidad. Los materiales de construcción que utilizamos hoy en día también pueden facilitar la aparición de moho, por lo que muchos de ellos están, además, tratados con fungicidas, sustancias que son altamente tóxicas.
El modelo estético masculino que se sigue hoy en día en la cultura occidental tiene su origen en la Grecia clásica y en la Roma clásica que adopto buena parte del gusto estético de los griegos.
Hoy tenemos a nuestra disposición todo un arsenal de productos para el cuidado de nuestro aspecto, pero como pasa con la mayoría de productos convencionales, contienen una buena dosis de sustancias tóxicas en su composición que pueden perjudicarnos y que deberíamos evitar utilizando productos ecológicos.
Algunas sustancias tóxicas que podemos encontrar en espumas de afeitar o en cosméticos para hombre pueden provocar reacciones alérgicas, problemas hormonales o son cancerígenas. Algunas de ellas son isobutane, trietanolamina o incluso podemos encontrar teflón, pero la sustancia más tóxica casi siempre es la fragancia.
Hoy en día el cocotero es el tipo de palmera más cultivada y de los cocos se aprovecha todo. Las fibras para confeccionar tejidos y fertilizante ecológico, la pulpa y el agua en la industria alimentaria y cosmética y la corteza del coco para producir energía o carbón activo para plantillas antiolor y purificadores de aire. A continuación trataremos 3 de los productos alimentarios derivados del coco: el agua de coco, la leche de coco y el aceite de coco. Para que sean realmente beneficiosos, todos ellos deben proceder de cocos ecológicos certificados para asegurarnos que no se han cultivado utilizando pesticidas ni fertilizantes y además el aceite debe ser virgen.
Hoy en día existen en uso unas 100.000 sustancias químicas de las que solo del 25% se conoce algo de su toxicidad y de menos del 10% se conoce realmente su toxicidad. Parte de estas sustancias se utilizan en la industria de los cosméticos. Algunas de las que se conoce su peligrosidad son:
Uno de ellos son los malos hábitos de exposición al sol, tanto por defecto como por exceso. Otro de los factores al que no damos importancia a la hora de ponernos bajo el sol para broncearnos o para protegernos de él es nuestra alimentación. Lo que comemos incide directamente en nuestra respuesta y en la función de nuestra piel cuando está expuesta a la radiación solar y puede evitar que nos quememos y favorecer el bronceado.
Esperamos que los temas que hemos tratado e os sean de utilidad. Gracias por seguirnos y nos encontramos de nuevo en septiembre. ¡Feliz verano a todos!
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