martes, 9 de julio de 2013

Expuestos y sin protección a las maldades de la industria

La dirección general del consumo y de la competencia francesa ordenó el pasado sábado 11 de diciembre la retirada de las alfombras puzzle. Bélgica se sumó a esta decisión prohibiendo estos juguetes de esponja. 

”Casi la totalidad de estos objetos liberan partículas nocivas para los niños”, anunció el 10 de diciembre el ministro belga encargado de la protección de los consumidores, Paul Magnette.

Los análisis han revelado que la casi totalidad de las alfombras a la venta, emiten un nivel demasiado elevado de formaldehídos (metanal), un producto industrial cancerígeno.

“Bélgica es el primer país europeo en prohibir todas las alfombras puzzles pero nos anticipamos a una decisión europea que prohibirá los formaldehídos en todos los países de la Unión a partir del 2013.” Explicó a la agencia de prensa francesa AFP la portavoz del ministro belga, Marie Isabelle Gómez. Estos puzzles, generalmente destinados a los niños pequeños, están fabricados con una especie de goma parecida a las utilizadas para las alfombras de gimnasia. 

Asociaciones de consumidores belgas, italianos, portugueses y españoles denunciaron en 2009 que algunas sustancias que ablandecen el plástico, son nocivas cuando son respiradas o ingeridas e irritantes para los ojos y la piel. Los niños son más vulnerables porque se meten todo lo que encuentran a la boca.. en Bélgica las multas por vender las alfombras-puzzle podrían ser hasta de 20000€. En el futuro para que este tipo de juguete vuelva a la venta, el fabricante deberá probar que no contiene trazas de sustancias nocivas.


Nota dezpierta: No importa que la población enferme, tampoco importa que los niveles de cáncer infantil sean alarmantes. ¿Para qué probar la inocuidad de un producto antes de sacarlo al mercado?, ¿por qué gastar millones en experimentos que podrían proteger la salud de los niños y de los adultos, si luego basta con retirar el producto del mercado?

Estamos a merced de los mercados y de la industria. Y si enfermamos, mejor para la industria farmacéutica, que verá incrementados sus beneficios con cada uno de los enfermos y cuanto peor sea la enfermedad, más beneficios (siempre y cuando no sea una enfermedad rara).

Volvamos a lo natural, a la madera, a la tierra. Alejémonos de todos aquellos que se mueven por intereses económicos.

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