lunes, 16 de septiembre de 2013

Cómo usar Jengibre

Cómo usar jengibre fresco


La raíz del jengibre tiene una piel marrón tierna y presenta muchos nudos. A veces al trozo entero se le llama raíz. Los trozos tienen que ser gruesos, llenos y de piel tersa, firme y sólida.

El jengibre fresco debe conservarse, envuelto holgadamente en papel de aluminio, en la parte baja de la nevera, hasta un máximo de tres semanas, o en el congelador hasta un año. Basta con rallar lo que se necesite y volver a meter la raíz en el congelador o en la nevera. Otra forma de conservarlo es cortándolo en lonchitas, colocándolas en un tarro de cristal y cubriéndolas con jerez seco o aceite de oliva. De este modo se conserva hasta un año en la nevera.

El jengibre fresco es insustituible en platos orientales. En la cocina china se pela y se corta en lonchas o tiras muy finas y se calienta en el aceite para perfumarlo, antes de rehogar el resto de ingredientes. También se distribuye sobre la carne o pescado antes de cocerlos al vapor o de rehogarlos.


Para hacer una pasta especiada para los platos indios al curry, se muele la raíz de jengibre pelada con otras especias, o se ralla con cebolla y ajo. Para dar un fino sabor a jengibre, no hay como frotar un trozo de raíz fresca en la ensaladera o sobre el pato o pollo.

También pueden meterse un par de lonchas finitas dentro de un pescado entero (trucha o caballa, por ejemplo) o remojar una o dos lonchitas en vinagre o aceite para aliñar ensaladas o en almíbar para macedonias de frutas.
Cómo usar raíz de jengibre seca


La raíz de jengibre seca sólo conserva el veinticinco por cien de su peso original, por lo que su sabor es más concentrado. Se prepara a partir de la raíz fresca de una o dos maneras: una de ellas consiste en lavarla y secarla al sol o en un horno, en cuyo caso conserva la piel, pero marrón y arrugada. También puede hervirse, pelarse y (a veces) pasarse por lejía, en cuyo caso será blanca o marfileña.

Puede comprarse suelta o en recipientes, en herbolarios y tiendas de productos orientales. Se conserva envuelta o en un tarro, en un lugar fresco y oscuro. Para que no pierda su aroma debe usarse antes de tres meses. La raíz de jengibre seca debe pelarse, si hace falta, y luego machacarse para que suelte bien su aroma. Lo ideal es darle un par de golpes con un mazo o con el rodillo para separar las fibras.

Es estupendo para adobos de carne, aves y pescado, para guisos y aliños de ensaladas. Si se deja en infusión unas horas, o incluso unos días, su sabor se suaviza. También puede dejarse en remojo en agua, en almíbar o en leche para hacer budines. O añadirse a otras especias para encurtir cebollas, lombarda, pepinillos o (sorprendentemente bueno) melocotones o albaricoques.

Se puede moler la raíz de jengibre seca para hacer jengibre molido, que tendrá un sabor menos pronunciado a nuez moscada que el producto que con ese nombre se vende en las tiendas. Para ello, se corta en trocitos y se machaca en el mortero o se muele con un molinillo de café. Si quedan algunas fibras duras lo mejor es pasar el polvo de jengibre por un tamiz fino.
Cómo usar jengibre molido


El jengibre molido se muele a partir de la raíz seca. El jengibre jamaicano, de color más claro, es el de sabor más delicado, siendo adecuado para platos al horno. El jengibre africano es, en cambio, el de sabor más fuerte y picante. Lo mejor es comprarlo en pequeñas cantidades y conservarlo en tarritos en un lugar oscuro. Debe usarse antes de tres meses.

Se compre molido o se muela en casa, el jengibre molido es muy versátil. En platos horneados combina perfectamente con otras especias: canela, clavo, pimienta o nuez moscada. Sorprendentemente, anima cualquier pasta de bollería y sirve también como condimento del melón.Tiene que usarse con moderación, porque su sabor es fuerte.

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