El Gobierno de Japón ha dado la espalda a la vacuna del papiloma. Nos preguntamos si eso tendrá algún impacto en la Unión Europea de la mano de Alicia Capilla, portavoz de la AAVP (Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma). Esta organización ha contactado con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios(AEMPS) y para conocer cuál es su postura sobre la decisión del gobierno japonés de interrumpir la vacunación del virus del papiloma humano hasta que concluyan sus investigaciones sobre la efectividad de la vacuna.
El pasado 16 de septiembre, Francisco Salmerón García, Jefe de la División de Productos Biológicos y Biotecnología del Departamento de Medicamentos de uso humano de la AEMPS, contestó a la AAVP que la comercialización de las vacunas VPH es responsabilidad de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Pese a esta respuesta, las autoridades sanitarias españolas no pueden eximirse de su responsabilidad, ya que la incorporación de la vacuna en el calendario de vacunación es responsabilidad de nuestro país, puesto que fue el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud quien decidió su inclusión en el calendario vacunal español en octubre de 2007.
Tras esta recomendación, todas las Comunidades Autónomas incluyeron la vacuna VPH en sus calendarios de vacunación.
Según nos informan, ha habido una monitorización continua de su seguridad y efectividad. Seguridad que en España no se ha puesto en entredicho, aun cuando en septiembre de 2012 se produjo la muerte de una joven asturiana de tan sólo 13 años de edad, ni tampoco tras las sospechas de los numerosos casos de reacciones adversas que se han notificado durante estos cinco últimos años, que ascienden a un número de737 hasta enero de 2012.
Indican que según los estudios en los que se basan, el balance beneficio-riesgo sigue siendo favorable. Pero desde AAVP insistimos –también lo hacen algunos expertos- que no se puede olvidar que estamos hablando de una vacuna preventiva que se administra a jóvenes sanas y que existen otros métodos de prevención como la citología que no ocasionan ningún daño. Además, este método preventivo tiene que seguir realizándose incluso en jóvenes vacunadas. Insistimos en que no informar a los ciudadanos del riesgo que se asume con la vacunación supone una violación del derecho al consentimiento informado.
Se nos informa que la EMA ha contactado con las autoridades japonesas en relación a su decisión de evaluar la eficacia de la vacuna y que si tras las investigaciones que ya se han puesto en marcha se cuestiona el balance beneficio-riesgo, se actuará en consecuencia.
No obstante, lo que debiera tenerse en cuenta y que posiblemente no puede ser obviado es que ahora se han hecho cambios en los prospectos de la vacuna en Japón, precisamente de acuerdo con las exigencias del Ministerio japonés de Salud a las compañías farmacéuticas, que tuvieron 30 días para hacer los cambios pertinentes.
Ya que las vacunas contra el VPH, Gardasil y Cervarix, son exactamente las mismas en Japón que las administradas en Europa (incluyendo, por supuesto, España), es obvio que en nuestro país tendrían que hacerse también esas mismas modificaciones en los prospectos y al mismo tiempo en todos los Estados miembros de la Unión Europea que las están administrando.
en nuestro país tendrían que hacerse también esas mismas modificaciones en los prospectos
El consentimiento informado es un derecho que todos los ciudadanos tenemos, tanto las personas que se han vacunado, como las que no lo han hecho. Los ciudadanos españoles merecen ser informados exactamente de la misma manera que lo están siendo los japoneses. Muchas chicas españolas -demasiadas para una vacuna no necesaria- han experimentado graves problemas de salud después de la vacunación contra el VPH, al igual que muchas chicas europeas y alguien tiene que dar cuenta de porqué está ocurriendo esto. Se debería actuar de la misma manera en todos los países donde se administran las mismas vacunas.
Creemos que es el momento para que las Autoridades Sanitarias de nuestro país empiecen a preguntarseporqué ha habido muertes y graves problemas de salud en países de todo el mundo después de la vacunación contra el VPH. Nuestro temor es que la Comisión Europea no tenga en cuenta los cambios en los prospectos de las vacunas y que se haga caso omisode los mismos.
Las autoridades sanitarias japonesas, aunque dicen no tener la certeza de si laencefalomielitis diseminada aguda (ADEM) y el síndrome de Guillain-Barré (GBS) son reacciones adversas a las vacunas contra el VPH, han optado por aplicar el principio de precaución y por informar a sus ciudadanos.
Como punto de referencia, se han producido 31 casos de ADEM y 121 de síndrome de Guillain-Barré, según informes presentados al sistema VAERS (sistema de notificación de eventos adversos a las vacunas) de Estados Unidos después de las vacunaciones del VPH durante los últimos siete años. Por el momento, la FDA -agencia de medicamentos de USA- no ha hecho ninguna solicitud de que se añadan estas condiciones a los prospectos.
¿Cuántos informes de ADEM o GBS se han presentado en nuestro país después de la vacunación contra el VPH? ¿Han demandado las autoridades sanitarias españolas alguna modificación en los prospectos de las vacunas contra el VPH?
El Dr. Sato, de Japón, ha analizado la documentación que las compañías Merck yGlaxoSmithKline han proporcionado a los funcionarios sanitarios y a los representantes del gobierno de Japón. No es ninguna sorpresa que su análisis de la documentación muestra que las vacunas Gardasil y Cervarix no son tan “seguras y efectivas” como anuncian.
De hecho, los propios documentos de las compañías fabricantes indican que ambas vacunas pueden inducirconvulsiones y/o daño cerebral. El Dr. Sato ha proporcionado amablemente su análisis, con estudios de casos, al grupo SaneVaxy a defensores de la seguridad por todo el mundo.
Las acciones llevadas a cabo por Japón hacen que ciudadanos de todos los países donde se administran las vacunas contra el VPH se planteen una serie de interrogantes. Aquí reunimos varios:
1) ¿Las autoridades sanitarias de tu país creen en el derecho al consentimiento informado?
2) ¿En tu país te comunican los riesgos asociados con las vacunas contra el VPH, al igual que te comunican los beneficios?
3) ¿Te comunican en tu país otras medidas de prevención del cáncer cervicouterino distintas a la vacuna? ¿Te hacen saber que esas otras medidas preventivas siguen siendo necesarias tanto con vacuna como sin ella?
4) ¿Te informan de cuáles son los factores de riesgo para desarrollar cáncer de cuello uterino?
5) ¿Conocen las autoridades sanitarias de tu país cuáles son los posibles reacciones adversas después de recibir la vacuna contra el VPH?
6) ¿Los profesionales sanitarios de tu país están capacitados para reconocer esos eventos adversos como posibles reacciones adversas a la vacuna?
7) ¿Sabes que puede ocurrir si tú o un familiar tuyo experimenta una reacción adversa a la vacuna contra el VPH?
Si las vacunas contra el VPH son tan seguras y efectivas como deberían serlo, todas estas preguntas deberían ser fácilmente contestadas.
En un país de derecho, el ciudadano tiene derecho a saber. Esto se denomina derecho al consentimiento informado.
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