Las flores de Bach son una herramienta excelente en el tratamiento de la anorexia y la bulimia, como apoyo a una terapia psicológica y nutricional.
Se emplean estos compuestos de Flores de Bach como medicación alternativa, incluso en aquellos casos en los que l@s pacientes toman antidepresivos y ansiolíticos. Las flores de Bach no tienen efectos secundarios ni interacciones con otros fármacos. Por eso se pueden emplear en todos los casos.
Por ejemplo, la flor cerasífera reduce los impulsos, las compulsiones y los sentimientos de descontrol, por lo que se emplea en los casos de bulimia, adicciones, ataques de pánico…Así disminuyen los atracones y las autolesiones, tan comunes cuando se sufren los trastornos de alimentación.
Para el miedo a comer utilizamos la esencia de Mímulo, unida al Castaño dulce y Castaño blanco, para aliviar la ansiedad y los pensamientos repetitivos y torturantes del miedo a engordar.
Tanto en la anorexia como en la bulimia existe una imagen distorsionada del cuerpo. Sentimientos de vergüenza por nuestro físico. Para todos estos complejos: Manzano Silvestre.
Emplemos Alerce cuando sienten falta de confianza en ellas mismas, y Scleranthus para la dificultad de tomar sus propias discusiones. Ésta última, Scleranthus, es igualmente efectiva para reducir el afán de control y perfeccionismo exacerbado por buscar un ideal, un Yo Ideal que las bloquea y anula. Ese perfeccionismo se refleja sobretodo en el deseo de un cuerpo ideal, excesivamente delgado, puro. Consideran que subir cien gramos es estar gorda, puesto que emplean un pensamiento dicotómico, blanco o negro, que las encierra en esta pesadilla. Las flores de Bach, dan luz a este tormento y oscuridad.
Con las flores de Bach volvemos a contactar con nuestro Ser, oculto tras muchas capas de cebolla, tras muchas programaciones mentales y condicionamientos.
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