Estudios sugieren que esta planta, cultivada desde hace siglos en Sudamérica, podría ayudar a prevenir la diabetes ya que es 300 veces más dulce que el azúcar y no contiene calorías.
¿Más dulce que el azúcar, de origen natural y sin calorías? Suena demasiado bueno para ser posible, pero afortunadamente, la stevia sí existe. Esta planta tropical ha sido cultivada en Sudamérica desde hace siglos y además de endulzar algunos alimentos, también se utiliza en tónicos que ayudan a mitigar algunos síntomas asociados con el reflujo, presión alta, gota y diabetes tipo 2.
Recientemente compañías locales e internacionales han comenzado a vender la stevia como un endulzante natural y lo han incluido también en una amplia gama de productos bajos en caloría.
Coca-Cola planea endulzar la versión “light” de sus refrescos con stevia, en Reino Unido ya endulzan el Sprite con la planta, aunque algunos consumidores se han quejado de un sabor extrañamente dulce permanece en la boca después de beberlo.
Además de su bajo contenido calórico, la stevia también tiene propiedades que benefician la salud, y aunque es relativamente fácil comprarla como un endulzante, cultivar la planta es mucho más natural y beneficioso para la salud. El consumo de la stevia ha sido asociado con una mejora del aparato digestivo en general, reduce la presión arterial, ayuda a las personas que sufren de ansiedad, reduce los niveles de grasa en personas con obesidad y es diurética.
Su cultivo:
Puedes comprar las semillas de la stevia o una planta en un invernadero.
La stevia requiere poco sol y mucha agua.
Si vas a plantarla al aire libre, por ejemplo en un jardín, asegúrate de que no le dé mucho viento pues este la deshidrata.
Cada otoño, cuando la planta haya floreado y ya no crezca más debes cortar las hojas y secarlas.
Si planeas secarlas al sol debes evitar que les dé directamente, para así conservar todas sus propiedades. Puedes secarlas en un espacio aireado adentro de tu casa, por ejemplo en tu cocina.
Su consumo:
Se recomienda masticar 4 hojas antes o durante el desayuno todos los días y hojas más durante la comida o la cena.
Alternativamente se puede hacer una infusión utilizando las hijas secas. Al igual que las hojas frescas una taza se debe consumir con el desayuno y otra durante la comida o la cena.
Para hacer la infusión debes hervir una cucharadita de hojas secas por cada taza de agua y dejar reposar por 10 minutos.
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