Es el tono de voz de nuestros conocidos el que permite que los identifiquemos a través de la escucha, y es la cadencia de ese tono en un determinado momento o situación el que revela su estado anímico.
¿Pero qué sucede con el amigo más fiel del hombre?
¿Cómo los perros saben nuestro estado de ánimo?
Veamos qué es lo que nos revela una reciente investigación al respecto.
El área de la voz en el cerebro
Sin duda el sentido del oído y la posibilidad de escuchar que tenemos los humanos es una fuente de información cuantiosa; en primer lugar para identificar y luego para determinar diversos estados de ánimo. Pero el sentido de la audición debe combinarse con la acción de una zona del cerebro conocida como “área de la voz”.
Ahora, una reciente investigación concluyó que el mejor amigo del hombre, el perro, también cuenta con esta “área de la voz” en su cerebro. El magnífico descubrimiento ha permitido deducir que los perros cuentan con la misma capacidad que las personas para interpretar el estado de ánimo de aquellos con los que se relacionan.
El neurocientífico húngaro Attila Andics afirma que los seres humanos podemos distinguir con relativa facilidad los ladridos felices y tristes de los perros, pero los perros y los humanos comparten un mismo entorno social. A partir de esto, el equipo de científicos se preguntó si era posible que los perros tuviesen esa misma capacidad al escuchar nuestras voces.
Hombres y perros bajo la influencia de los sonidos
Sabiendo de antemano que ya se identificó una capacidad de identificación similar a la humana en primates, los científicos llevaron a cabo un estudio sin precedentes con los canes. Así, sometieron a un grupo de perros a escáneres cerebrales para ver sus reacciones ante diferentes tipos de sonidos (ruidos naturales del entorno común, otros ladridos, y voces humanas).
Andics expresa con satisfacción que los perros colaboraron con quietud y un muy buen comportamiento mientras se les suministraba los sonidos mediante auriculares dentro del tubo de resonancia. El equipo registró la actividad cerebral de los animales durante la escucha de otros 200 perros, sonidos humanos, gemidos, gritos, y ladridos relacionados con la diversión. Del mismo modo, 22 personas también fueron exploradas durante la escucha de los mismos sonidos que sus pares canes.
¿Un antepasado en común?
Los sorprendentes resultados que arrojaron las imágenes de escáner mostraron que tanto los cerebros humanos como los de los perros, identificaban y procesaban con las mismas reacciones las voces y sonidos.
Pero la conclusión definitiva del equipo investigador presenta dos aristas valiosas científicamente hablando. Por una parte, los expertos creen que las áreas de la voz en el cerebro humano y perruno se remontan al ancestro común del hombre y el perro, un insectívoro que tiene unos 100 millones de años, y por otra, que esta área de la voz común permite a los perros saber con exactitud cómo nos sentimos en cada momento.
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