Dormir es esencial para tu salud física y psicológica. Es una de las claves de tu rendimiento deportivo e imprescindible para mantenerte en forma.
Si tienes problemas para dormir, te damos algunos motivos que podrían ser la causa de tus dificultades: algunos tienen fácil solución, otros requieren el consejo de un especialista para solucionarse.
1) No dedicas el suficiente tiempo para dormir (puedes estar en la cama, pero te entretienes mirando la TV en vez de dormir).
2) Las preocupaciones: a veces son simples proyectos o tareas pendientes, que terminan por desvelarte. La hora de acostarse no es buen momento para recapitular o arreglar la jornada.
3) El estrés: permitía a nuestros ancestros pasar noches alerta y sin dormir cuando, por ejemplo, les perseguía un depredador. Si afrontamos las situaciones de la vida diaria como si estuviéramos en peligro, no vamos a poder dormir.
4) Cenar demasiado o demasiado tarde: no son recomendables porque tu cuerpo tendrá que realizar un gran esfuerzo para digerir, lo que te impide descansar correctamente. Mejor dale prioridad a los hidratos de carbono que son más fáciles de digerir.
5) Acostarse con hambre: es uno de los mejores estimulantes naturales y te mantendrá toda la noche en vela. Una dieta hipocalórica o desequilibrada te dejará sin energía y no podrás dormir bien.
6) No te has cansado físicamente: Si no le has dado a tu cuerpo la acción que necesita, probablemente te cueste dormirte. Después de un buen entrenamiento notarás que entras más fácilmente en un sueño profundo.
7) Estás demasiado cansado: El cansancio extremo, el agotamiento y el dolor muscular son enemigos del sueño. Si te cuesta dormirte, aflójale: recuerda que el insomnio es uno de los primeros síntomas de sobreentrenamiento.
Entrenar demasiado tarde: provoca gran respuesta metabólica, nos ayuda a quemar más grasas y aumenta los niveles de energía y rendimiento físico. Pero nuestro cuerpo no es una máquina que se pueda desconectar a voluntad. Si tienes problemas para dormir, no entrenes después de las 20 hs.
9) Has roto tu rutina: Nuestro cuerpo deja de recibir señales a las que está acostumbrado y nos cuesta dormirnos. Cuando realizamos viajes que implican grandes diferencias horarias o trabajamos de noche esos ritmos por lo que sientes sueño cuando debes permanecer despierto.
10) Problemas respiratorios: Basta un simple resfriado para que duermas mal, o problemas respiratorios crónicos. Para evitarlo, el cerebro realiza microdespertares, instantes en los que el sueño se interrumpe para que el cuerpo pueda recuperar el ritmo respiratorio.
11) Sustancias que afectan al sistema nervioso central: El café, el té, las bebidas de cola y el cacao pueden afectar al sueño aunque se tomen con mucha moderación si eres una persona sensible.
12) Una mala postura: Si duermes boca abajo y no tienes calidad de sueño, trata de cambiar ese hábito. El cuello permanece girado muchas horas y acabas por despertarte. También perjudica la respiración. Intenta dormir boca arriba o de lado con una pierna encima de la otra.
No existe un número de horas “reglamentarias”. Depende de muchos factores, como tu edad, actividad y, sobre todo, tus características personales. Pero podemos considerar que menos de 7 hs.es poco para un deportista. Pero aun más importante que dormir mucho, es dormir bien.
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