martes, 28 de octubre de 2014

Los sorprendentes cambios del cuerpo al dejar de tomar alcohol, azúcar y cafeína

¿Qué efecto cree que tendría sobre su cuerpo y estado de ánimo eliminar de la dieta el consumo de alcohol, cafeína o azúcar? Tres escritores hicieron el experimento y los resultados fueron asombrosos.

Dejar de consumir alcohol, cafeína o azúcar puede suponer todo un reto para muchos. Sin embargo, el abandono de estos vicios puede tener resultados sorprendentes sobre su organismo y su estado de ánimo. Así lo afirman tres autores de artículos que se publican en el diario británico ‘The Daily Mail‘ que se comprometieron a participar en un singular experimento que consistía en dejar sus adicciones durante tres meses.

Según indican, no solo es posible, sino que además vale la pena.

Alcohol

La escritora Angela Johnson, de 40 años, dejó de consumir alcohol.

“Después de seis semanas [...] mis amigos y colegas empezaron a decirme que tenía los ojos más claros, que la cara se me veía menos hinchada y que había perdido peso. Además, me di cuenta de que me sentía con más energía”, explicó.

Sin embargo, los médicos notaron que sus índices de colesterol se elevaron porque aumentó la ingesta de azúcar.

Angela reconoce que el desafío fue realmente duro y ha vuelto a beber alcohol de nuevo.

Azúcar

El valiente que dejó de tomar azúcar durante tres meses fue Chris Henry, de 42 años. Los resultados, afirma, fueron sorprendentes.

Cuando comenzó el experimento padecía dolores de cabeza y se sentía con poca energía, pero a medida que pasaron los días recobró fuerzas.

Además de bajar dos tallas de pantalón, disminuyeron sus índices de colesterol y su presión arterial mejoró. Por si eso fuera poco, Henry asegura también que tras el experimento ya no siente ansias por comer dulce.

Cafeína

Antonia Hoyle, de 36 años, reconoce que se sintió mal físicamente cuando dejó de consumir cafeína.

Al igual que Henry, el reto se hizo más fácil con el paso del tiempo y su estado de ánimo mejoró considerablemente. Su presión arterial se redujo, al igual que el colesterol.

De tomar cuatro cafés, tres tazas de té y dos refrescos al día, Antonia ha pasado a consumir únicamente una taza de café y de té diariamente.

¿El lado negativo? Que engordó. Eso sí, solo poco más de un kilo.

“Me siento más tranquila, pero estoy más gorda”, señaló.

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