sábado, 7 de febrero de 2015

Comida chatarra que se mantiene invariable a través del tiempo

Una hamburguesa con queso y patatas fritas de McDonald’s, junto con un Taco Bell de pollo, han estado expuestos sin envolturas durante dos años. 

Para sorpresa de todos, 24 meses después, ambos platillos se han mantenido como si hubieran salido de la cocina recientemente; es decir, tal cual como el día en que fueron preparados… y es que ni los insectos se han acercado a ellos!

Para el profesor Yafan Zhang, de la Universidad de Wayne, y especialista en alimentos, la capacidad de la comida chatarra para lucir igual que hace dos años atrás se debe al hecho de que contienen altas dosis de preservantes.

La mayoría de las personas que cuidan su salud, saben que todos los alimentos frescos se deterioran luego de cierto tiempo. Por ejemplo, una lechuga se marchita, las manzanas se ablandan y oscurecen y el pepino se enmohece. En cambio, los alimentos con aditivos conservantes, pueden durar mucho tiempo sin descomponerse. Es por eso que los platos de comida rápida antes mencionados, exhibidos en una exposición en Michigan, ilustran la importancia de consumir alimentos saludables y evitar la comida chatarra. (1)

“Estos alimentos están prácticamente momificados; no presentan el característico olor de la descomposición”, comentó la doctora Jacqueline Vaughn, experta en salud alimentaria. “Se le puede dar vuelta a la hamburguesa. Incluso en el verano, cuando cunden los insectos, ni las hormigas se le acercan”. (2)

Los aditivos conservantes, como el propionato de calcio y de sodio, se utilizan para ayudar al crecimiento parejo de la harina durante el proceso de horneado, de manera que se mantenga firme. Bollos, pasteles, tortas, pizzas y biscochos suelen llevar este tipo de preservativos; causando estragos en el organismo de quienes los consumen.

Daños a la salud vinculados a los conservantes y aditivos alimentarios

Por ejemplo, el propionato de calcio y de sodio han sido relacionados con afectaciones al revestimiento estomacal, tales como gastritis y úlceras graves; las cuales ocurren por el consumo excesivo de dichos productos. También se les vincula con las migrañas y la fatiga. Un estudio mostró que la ingestión continua de propionato de calcio en los niños da lugar a cambios significativos en su comportamiento, tales como trastornos del sueño, inquietud e irritabilidad. Cuando esos niños dejan de comer este tipo de alimentos, se restituye su comportamiento a niveles normales. (3)

Otros aditivos y conservantes que ponen en peligro la salud, mantienen las carnes durante más tiempo en los anaqueles de supermercados y en los refrigeradores domésticos, retardando la aparición y la polución de bacterias y gérmenes patógenos. Para lograr esto, las carnes de aves se inyectan con nitratos, lactato de sodio, lactato de potasio, proteínas hidrolizadas, glutamato monosódico y papaína; mientras que la carne de res se muele con productos químicos aglutinantes, tales como la carragenina. Todas estas sustancias están asociadas con el cáncer de estómago, ademas de provocar reacciones alérgicas en los consumidores. (4)

No es desconocido que la comida chatarra no se descompone

El experimento de Michigan no es el primero que trata de explicar por qué la comida chatarra se mantiene inalterable a través del tiempo. Hace un par de años, un hombre de Utah llamado David Whipple, fue noticia cuando descubrió una hamburguesa McDonald’s olvidada en el bolsillo de un abrigo desde 1999. Apodada la “hamburguesa más antigua del mundo”, apenas mostraba señales de cambios en su aspecto ¡10 años más tarde! (5)

La idea de utilizar imágenes para exhibir alimentos no saludables ayuda a crear un mensaje impactante en el público. En varias instituciones de salud, escuelas y otras organizaciones se han mostrado refrescos y jugos embotellados, cuyo contenido de azúcar se ha fosilizado con el tiempo, ilustrando el contenido real en cada botella.

Esperemos que estas historias hagan que más gente lo piense dos veces antes de irse a comer a las cadenas de comida rápida, o se interesen más las etiquetas de los productos para evitar los nitratos, propionatos, la carragenina y los azúcares refinados.

Fuentes:



Por Jennifer Lilley / Natural News
Traducido por @dacha1953 para Periodismo Alternativo

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