jueves, 10 de septiembre de 2015

Mascotas, una cuestión dental

Aunque no lo crean, perros, gatos y algunos roedores necesitan también cuidados dentales. Una revisión a tiempo previene de enfermedades que pueden ser desde leves a graves

ABC

Sí, ellos también van al dentista. A partir de los dos años, los perros y los gatos pueden tener problemas dentales que oculten, incluso graves enfermedades. En el caso de perros y gatos todos tienen su aliento peculiar, pero si su fiel amigo les sorprende con un fuerte olor (más de lo normal) e incluso desagradable puede esconder el síntoma de un problema de salud. Este «tufillo» es la señal inequívoca de un padecimiento dental que, si no se trata a tiempo, puede producir graves enfermedades su querida mascota.

Normalmente la boca contiene bacterias, pero si estas crecen demasiado rápido tiende a formarse la placa. Como decimos, a partir de los dos años, la mayoría de los perros y los gatos ya pueden –si no se toman lasmedidas preventivas adecuadas– tener un serio problema dental.

Padecer una enfermedad periodontal a veces puede llegar a afectar principalmente al hígado, riñón y corazón. Nuestro consejo, el mismo de siempre: acudir al veterinario ante el primer síntoma. Más vale prevenir que luego lamentar. En la actualidad existen en el mercado –como prevención– determinados productos para facilitar la limpieza bucal de perros y gatos. Pastas de sabor agradable y que se aplican con una especie de dedal, colutorios en spray, incluso una amplia variedad de galletitas especiales que ayudan a prevenir y a desgastar el sarro. 

También se mantienen limpios y ayudan a fortalecer las encías –en este caso especialmente los perros– con huesos sintéticos de cuero o huesos de rodilla (de vaca) previamente hervido o juguetes de goma de divertidas formas. Cuando el problema es grave y el sarro por descuido ya acampa a sus anchas, la única solución es la eliminación de éste con una pequeña intervención en la que, con una sedación suave, el veterinario utiliza un pulidor dental para eliminar las impurezas que el animal tenga en la boca. Además, a modo de prevención, durante unos días, el perro o gato deberá tomar un pequeña dosis de antibiótico para evitar infecciones.

Síntomas a tener en cuenta

Usted debe concertar una cita con su veterinario si observa en su perro o gato alguno de estos síntomas: mal aliento, encías enrojecidas e inflamadas (gingivitis), sarro, pérdida de piezas dentales, dificultad al masticar o miedo a la hora de comer o babeo. 

También debe saber que un masaje en las encías contribuye a mantener sanos los dientes. Igual que en el cepillado del pelo, practique con su perro o gato para que no sienta miedo al tocarle la boca de la forma más suave posible. De esta manera, si el veterinario tiene que realizarle una exploración bucal le estará muy agradecido ya que el animal no extrañará esa actitud.

Dientes de conejo... y otros roedores

A la hora de la higiene bucal no podemos olvidarnos de algunos pequeños roedores (conejo, jerbo, hámster, cobayas, ratones blancos, chinchillas y conejillos de indias) también necesitan un control dental. Esas pequeñas mascotas son animales que desgastan mucho los dientes y la mayoría de estos son de crecimiento continuo. Casi todos ellos tienen como base de su dieta las semillas. Los incisivos –los conocidos popularmente como dientes conejeros– de estos animales están creciendo durante toda su vida, mientras que los premolares y molares dejan de crecer antes de la pubertad del animal. Por otra parte, conejos, cobayas y chinchillas, que se alimentan principalmente de heno y hierba, todos sus dientes crecen durante toda la vida y el desgaste, por tanto debe ser continuo. Por ello, la alimentación debe ser muy estricta. 

Así, si a nuestro hámster o ratón blanco le damos solo alimentación blanda (verdura y frutas) impedimos que sus incisivos no se desgasten y crecerán de manera exagerada. Esto hará que nuestro pequeño «colega» tenga serios y dolorosos problemas en su boca y aparato digestivo. Algo semejante sucede con las cobayas, conejos o chinchillas. Deben comer semillas, fruta y verdura, pero su dieta también debe contener heno y verduras de las llamadas fibrosas para mantener –nunca mejor dicho– sus dientes a raya.

Para evitar cualquier problema desde aquí les aconsejamos controlar de forma periódica los dientes del animal ya que un sobre crecimiento de los incisivos es fácil de detectar; pero sin embargo hay otras piezas como los premolares y molares, que están menos a la vista, que también crecen... y esto les puede producir, como decimos, serios problemas e incluso si no se coge a tiempo la muerte del animal.

Para que todo vaya bien y sin sobresaltos les recomendamos –según fuentes veterinarias especializadas en pequeños roedores– además de su pienso y fruta, el heno ayuda a desgastar los dientes de forma horizontal, evitando que estos crezcan de manera exagerada. Por otra parte, si el animal come muchas semillas, los dientes trituran en lugar de limarse, por lo que hace sufrir a la raíz del diente. El heno posee grandes cantidades de fibra que los necesitan para que su sistema digestivo esté en perfectas condiciones.


CARMEN ANIORTE / MADRID
Día 10/09/2015 - 01.36h
http://www.buenasalud.net/2015/09/09/ejercicios-para-el-dolor-de-espalda-y-cuello.html

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