jueves, 2 de febrero de 2017

El Panga: un pescado muy polémico

En los últimos años se ha escrito mucho sobre el panga, un pescado que ha estado rodeado de polémica desde que comenzó a importarse a España de forma masiva. Esta polémica, que cuestiona su salubridad y sus métodos de producción, se avivó en Internet el pasado jueves, cuando se publicó un artículo al respecto en el diario 20minutos

Casualmente (o no), ese mismo día la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) publicó una reseña sobre este pescado para informar y tranquilizar al consumidor. En definitiva, ¿es peligroso comer panga o es seguro? ¿Debemos reducir su consumo? ¿Quieres más información sobre ello? Pues como siempre, comencemos por el principio...



¿Qué es el panga?

El panga (cuyo nombre científico es Pangasius hypophthalmus) es un pescado blanco de agua dulce que en su fase adulta, generalmente, llega a medir unos 1,40 metros de longitud y a pesar en torno a 44 kilogramos.

Aquí puedes ver el nuevo prototipo de Seat. (Sí. Es un chiste muy malo. Lo sé, pero no he podido resistirlo...) (Fuente)

Este pez vive en ríos y lagos del sureste asiático (principalmente de Vietnam y Tailandia), en los que encuentra las condiciones necesarias para desarrollarse. Concretamente, es originario de los ríos Mekong y Chao Phraya, aunque en la actualidad esta especie se encuentra en muchos otros ríos en los que se ha introducido para su producción en acuicultura, especialmente en Vietnam, productor de 90% del panga que se consume en el mundo.

En esta imagen puedes ver las migraciones del panga en el Río Mekong. En la temporada de lluvias, cuando el caudal del río crece (entre mayo y julio), el pez asciende por su curso para desovar (en la zona rayada). Cuando cesa la temporada de lluvias y decrece el caudal (entre septiembre y diciembre), el pez regresa río abajo. (Fuente)

¿A qué se debe su popularidad en España? 

Este pescado se ha hecho muy popular en España (especialmente en hospitales, comedores de colegios y residencias de ancianos) por tres razones fundamentales: 
Es fácil de filetear, y por lo tanto, fácil de preparar, envasar y comercializar.
Los filetes de este pescado apenas tienen espinas, por lo que es fácil y cómodo de comer.
Su precio es muy reducido.
Estas tres razones explican el hecho de que su consumo haya aumentado de forma espectacular en España desde el año 2004, y de forma más vertiginosa aún desde el estallido de la crisis económica, hasta el punto de que se ha llegado a bautizar como "el pescado de la crisis".

He aquí un filete de panga. ¿Lo declaramos culpable o inocente? (Fuente)

LA POLÉMICA

Algunas personas apuntan que la polémica que rodea al panga no es más que una campaña de desprestigio orquestada por los sectores pesqueros de los países afectados (principalmente europeos, y particularmente españoles, ya que este país es el segundo importador mundial después de Rusia). Pero como podrás ver a lo largo de este artículo, el tema no es tan simple. Y es que los aspectos que han desatado esa polémica son muy numerosos y, en ocasiones, complejos. A continuación citaremos algunos de ellos, pero nos centraremos principalmente en los estrechamente relacionados con la alimentación.
Aspectos comerciales

Como ya habrás podido deducir, la comercialización de este pescado en nuestro país es algo que provoca un gran malestar entre los pescadores españoles, quienes acusan a los productores asiáticos de competencia desleal. Y es que el precio del panga es tan bajo que no hay forma de competir con él (si nos fijamos exclusivamente en el precio y no tenemos en cuenta otros aspectos, claro está). Pero, ¿por qué dicen que esa competencia es desleal? Y ¿por qué tratándose de una especie producida a miles de kilómetros de España su precio es tan reducido en este país? Las respuestas a estas preguntas podrás conocerlas a continuación, cuando veamos la forma en la que se produce este pescado en su país de origen. Y es que las condiciones de producción (y las laborales), los requisitos legales y los controles distan mucho (para mal) de los aplicados en la Unión Europea para otras especies explotadas en acuicultura.

Aspectos productivos y medioambientales

Como ya hemos mencionado, el panga está presente de forma natural en algunos ríos y lagos del sudeste asiático, pero generalmente se produce de forma intensiva en zonas delimitadas en las que se les engorda de manera rápida a base de harina de pescado, soja, mandioca y vitaminas. Este método de producción lleva asociados todos los inconvenientes propios de los sistemas intensivos, pero en este caso son aún más graves y más numerosos debido a la falta de controles. Una vez que el pescado alcanza el tamaño y peso deseados, se sacrifica, se filetea y se congela para exportarlo a otros países.

Como puedes ver en el siguiente vídeo (a partir del minuto 5:00), la densidad de población en estas granjas es muy elevada, lo que provoca (cuestiones éticas aparte) una grave contaminación de las aguas del medio en la que se producen estos peces, afectando negativamente a esta y a otras especies. Ten en cuenta que un elevado número de individuos en un espacio reducido produce, entre otras cosas, cuantiosas emisiones de excreciones y un excesivo consumo del oxígeno presente en el agua. Otros problemas relacionados con la producción del panga son la administración de hormonas (para definir el sexo de los animales y para conseguir que las hembras puedan desovar sin tener que remontar el río) y antibióticos. Finalmente, también podríamos destacar el consumo de recursos que implica el transporte de este pescado desde el otro extremo del planeta.

Como puedes imaginar, estas y otras cuestiones en las que no nos vamos a detener, han provocado continuas quejas por parte de diversos organismos y de organizaciones ecologistas, como WWF

Aspectos higiénico-sanitarios

Entre los aspectos más importantes que avivan la polémica en torno al panga, se encuentran los relacionados con la seguridad alimentaria. En este sentido, diversas fuentes apuntan a la presencia de numerosos contaminantes en las aguas de los ríos en las que se cultiva este pez (principalmente el Mekong), entre las que se encuentran sobre todo mercurio y pesticidas. En este sentido, laOrganización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó un estudio en el que se analizó la presencia de estos contaminantes en panga de diferentes marcas comerciales. Los resultados mostraron que:
había presencia de mercurio en 6 de las 29 muestras analizadas, aunque en todos los casos la cantidad se encontraba por debajo del límite fijado por la legislación. Es decir, su consumo no presentaría problemas en este sentido. (Ya hablamos anteriormente del mercurio y su importancia como contaminante en el pescado).
había presencia de plaguicidas (concretamente de trifluralina, un herbicida con efectos tóxicos) en 4 de las 29 muestras analizadas. No existen límites legales para la este plaguicida en el pescado, pero sí para vegetales, de modo que 2 de esas cuatro muestras los superaron.

El mercurio es curioso y divertido, pero muy tóxico. (Fuente)

Por otra parte, como indicábamos al comienzo de este artículo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) publicó la semana pasada una reseña en su web, en la que trataba los aspectos relacionados con estos contaminantes. A continuación puedes ver el texto de forma íntegra:


Los pescados importados que se comercializan en España, son controlados convenientemente por las autoridades sanitarias de los puestos de inspección fronterizos, donde se comprueba que los productos proceden de países y establecimientos autorizados por la Unión Europea así como el cumplimiento de la legislación europea. Estos controles incluyen controles físicos, realizando análisis de laboratorio. Si se detectan sustancias prohibidas o no autorizadas, además de rechazar inmediatamente el producto, se intensifican los controles de las siguientes expediciones de la misma procedencia y, en caso necesario, la UE puede adoptar medidas de salvaguardia, incluso con nuevas inspecciones sobre el terreno y en última instancia se pueden prohibir las importaciones. Además, sin perjuicio de los controles a que pueda ser sometido en frontera, las Comunidades Autónomas también pueden realizar controles cuando el pescado está ya en los canales de comercialización en España.

Por otra parte, en relación a los contaminantes, debemos aclarar varios aspectos:

Por una parte, en relación a la presencia de mercurio, teniendo en cuenta que el mercurio es uno de los contaminantes habituales en los alimentos, y que se encuentra en el mar como consecuencia de la contaminación industrial y medioambiental, no es de extrañar encontrar ciertos niveles. Sin embargo, los niveles comentados en la publicación son tranquilizadores, ya que no superan en ningún caso el límite legal. Estos niveles han sido fijados con los debidos márgenes de seguridad, teniendo en cuenta la ingesta semanal tolerable provisional adoptada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). En nuestra página Web se puede encontrar información relativa al mercurio en alimentos:

En cuanto a las recomendaciones al consumidor, cuando se considera necesario, la AESAN publica notas informativas, como ocurrió en mayo de 2008 con el mercurio en peces de gran tamaño:

Por otra parte, en relación a la presencia de residuos de trifluralina, hemos de comentar que es una sustancia activa con acción herbicida cuyos usos no están autorizados actualmente en la UE, no por cuestiones de seguridad al consumidor sino especialmente medioambientales, dada su persistencia en el medio marino, su bioacumulación y su toxicidad para los peces. Respecto a los peligros para los consumidores que pueda entrañar su presencia en el pescado, debemos decir que los expertos de la UE (EFSA) coinciden en que es una sustancia que no tiene efectos tóxicos preocupantes a corto plazo por su ingesta. Realizando una evaluación del riesgo asociada a la ingesta crónica de pescados con los residuos detectados en la publicación, y teniendo en cuenta la composición actual de nuestra dieta, se verifica que el consumo de pescado (todas las especies) con niveles hipotéticos de trifluralina al nivel más alto encontrado no supondría ni el 1% de la Ingesta Diaria Admisible para esta sustancia (es decir, la cantidad máxima de esa sustancia que se podría consumir a diario a lo largo de la vida sin que se aprecien efectos adversos sobre la salud). 

Así pues, desde la AESAN se puede concluir que no se identifican problemas de seguridad alimentaria para los consumidores, incluidos grupos vulnerables de la población como los niños.

Por otra parte, también hemos mencionado la utilización de hormonas yantibióticos en la producción del panga, sustancias que no tienen por qué afectar necesariamente a la salud del consumidor si se utilizan de forma adecuada. Es decir, si se administran al animal a su debido tiempo, estas sustancias son metabolizadas por su organismo, de manera que en el momento de su sacrificio no tienen por qué quedar residuos de las mismas. En este sentido, los análisis realizados por la OCU sobre 29 muestras de este pescado no detectaron la presencia de antibióticos.

Finalmente, algunas fuentes indican que las aguas en las que se crían estos peces contienen una gran concentración de diversos microorganismos patógenos que llegan hasta el consumidor final. ¿Es esto cierto? En el artículo de la OCU lo más destacable en este sentido es la presencia de Escherichia coli en 4 muestras de las 29 analizadas. Esto indica contaminación fecal, pero no nos asegura que la fuente de esta bacteria sea el agua donde crecieron los peces (podría deberse a una incorrecta manipulación del producto al cortarlo, al envasarlo, etc.).

Aspectos nutricionales
Otra de las cosas que se dice sobre el panga, es que apenas aporta nutrientes. ¿Es esto cierto?

Los aspectos nutricionales más destacables de cualquier pescado son principalmente su contenido en ácidos grasos insaturados (los famosos omega 3) y sus proteínas (además de vitaminas y minerales). Como sabrás, los pescados azules, como el atún, tienen una mayor cantidad de grasa, y por lo tanto de ácidos grasos omega 3, por lo que en este sentido son más apreciados que los pescados blancos como la merluza o el panga. 

Aprovecho para recordarte que si eres una persona sana y tu dieta es equilibrada, no necesitas tomar suplementos como los que aparecen en esta imagen. (Fuente)

Si comparamos el panga con otro pescado blanco, como la merluza, encontramos que, según el artículo de la OCU que ya hemos mencionado:
la proporción de proteínas de la merluza fue de 18,7 (g/100g), mientras que la del panga fue de 9,9 (g/100g). (Otras fuentes indican una cantidad de proteínas de entre 13 y 16 g/100g)
la proporción de ácido omega 3 en la merluza fue de 190 (mg/100g), mientras que en el panga fue de 76 (mg/100g). (Aquí puedes ver más información sobre la composición lipídica del panga).
Esta composición del panga se debe muy probablemente tanto a las características propias de la especie, como a la dieta y al método de producción.

CONCLUSIONES

Como acabamos de ver, la polémica que rodea al panga se debe a muchos motivos. Algunos de ellos están relacionados con el sector pesquero, otros con aspectos medioambientales, con aspectos higiénico-sanitarios y con aspectos nutricionales. Si nos centramos en estos dos últimos, que son los que más nos interesan en un blog como este, podemos decir, siguiendo los consejos de la OCU y de la AESAN, que:

- el panga puede presentar ciertos contaminantes, como mercurio o pesticidas, aunque en cantidades que no son preocupantes. Por ese motivo un adulto no debería consumirlo más de una vez por semana, mientras que un niño no debería consumirlo más de una vez cada dos semanas.

- el panga contiene muy poca cantidad de proteínas si lo comparamos con otros pescados, por lo que deberías alternar su consumo con el de otras especies más nutritivas.

Fuentes




http://www.gominolasdepetroleo.com/2012/05/el-panga-un-pescado-muy-polemico.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario