¿Se puede desarrollar la empatía? Nosotros creemos que sí y te proponemos unas claves para desarrollarla y potenciarla, porque es una de las claves para poder disfrutar de una convivencia plena con los demás a todos los niveles, porque ser empático te cambia.
La empatía es una de las cualidades más valoradas en el día a día, personas que son capaces de ponerse en el lugar del otro, de entender o intentar comprender qué es lo que le ocurre, de hacerle sentir menos solo y más acompañado cuando la alegría o el dolor aparecen en su vida.
LOS LÍMITES DE LA EMPATÍA
Tanto para los profesionales de la psicología como para aquellos que tienen una buena predisposición a escuchar a sus amigos, familiares o personas conocidas, éste punto de los límites de la empatía es fundamental.
En muchas ocasiones nos encontramos con personas o pacientes que nos cuentan sus problemas y estos se conectan con algo de nuestra propia experiencia en nuestra vida personal.
Un error muy común es que los límites de la empatía se pierden con la identificación con los problemas del otro, uno puede verse reflejado en sus dificultades y acaba perdiendo toda objetividad al decirle a la otra persona (paciente o quien sea) aquellas palabras que uno hubiera querido escuchar o le da el consejito que considera más correcto. Pero, atención, lo que realmente está ocurriendo es que uno se ha quedado enganchado en su propia historia en lugar de escuchar lo que dice el otro, y si queremos poder escuchar a la persona realmente, hay que tener especial cuidado en este punto.
Por esta misma razón, tenemos que tener en cuenta que cada persona es única y por tanto, la vivencia de un mismo hecho es absolutamente diferente en cada una.
Por lo que un mismo consejo no tiene porqué ser válido para todos ni deberíamos de ofrecerlos, pues cada uno tiene que llegar a su propia solución de un problema único y personal, lo que no impide que les acompañemos en el proceso de encontrar la propia respuesta desde una postura empática y neutral.
Como decía Fidencio Peña, “El mejor consejo, la peor bofetada”.
CLAVES PARA DESARROLLAR LA EMPATÍA
Pocas veces uno se para a pensar cómo está escuchando a los demás y si, la forma en que lo hace, resulta ser una invitación para el otro para seguir hablando o si se transmite que uno no puede tolerar sus dificultades cortándole rápidamente y haciendo alguna de las cosas que os comentamos aquí.
“NO TE PREOCUPES”
¿Alguna vez te has dado cuenta de que se suele decir con mucha frecuencia la frase “no te preocupes” cuando alguien cuenta un problema?
Cuando una persona ha conseguido romper sus tabúes y sus miedos para lanzarse a hablar con otro sobre lo que le pasa, escuchar un “no te preocupes” o “no pienses en ello” cuando está sumergido en su dolor o en su preocupación, la respuesta más frecuente es dejar de hablar.
El “no te preocupes” es todo lo contrario a una invitación a continuar hablando, y el no pensar tampoco sería una solución, hay que aprender a pensar de una manera más sana, enfocado a una solución y no a un pensamiento rumiativo que sólo implica remover las heridas.
Por tanto, cuando se escape un “no te preocupes” pregúntate cuánto te preocupa a ti lo que está contando, si te afecta, si eres capaz de tolerar la angustia que te está transmitiendo o qué te sucede con esa persona para necesitar cortarla rápidamente y no dejar que suelte todo lo que ha estado conteniendo.
OLVÍDATE DE LOS PREJUICIOS
Si realmente quieres escuchar al otro en todas sus complejidades y valorar el esfuerzo que hace por compartirlo, olvídate de los prejuicios.
No todo el mundo tiene los mismos valores morales ni la misma ética, por lo que hay que respetar la individualidad del otro y sus valores para poder hacer una escucha real. Si uno va con sus prejuicios por delante, se coloca en un lugar tan alejado de lo neutral que será imposible que el otro se sienta acogido.
Puede ser difícil en un principio pero simplemente es ejercitar el ponerse en el lugar de los demás. No importa que únicamente lo pienses y no lo digas, ya que inconscientemente va a cambiar tu manera de escucharle y responderle, por lo que eso va a influenciar en la conversación.
Si dejas a un lado esos juicios y escuchas a la persona por completo, lograrás comprender qué es lo que está ocurriendo, porqué hace lo que hace.
Para desarrollar una buena relación empática es importante que respetes los tiempos de la otra persona:, es decir, procura no interrumpir el discurso de la otra persona para escuchar todo lo que dice, no te quedes enganchado a una parte del discurso porque entonces no escucharás todo lo que tenga que decirte y no presiones.
Cada uno tiene unos tiempos psíquicos para contar determinadas cosas y es importante que se dé un espacio para que pueda llegar a ese momento en el que hablar sea algo que surja de manera natural, o con un poco de esfuerzo, pero sin sentir que está haciendo algo peligroso al abrirse a los demás.
Para los psicólogos, es importante estar atento a los mecanismos de defensa que está utilizando la otra persona, la solución no es atacar sus defensas es respetar que las está utilizando para poder sostenerse dentro de los problemas que tiene, para poder continuar.
RESPONDER EMPÁTICAMENTE
Lo mejor que podemos hacer en muchas ocasiones es contener – pero no quedarse – el dolor de la otra persona, escuchar y estar para esa persona. No sólo es estar en silencio, también es responder de una manera empática, demostrándole que la hemos escuchado y hemos comprendido por lo que está pasando.
Se puede hacer devolviendo el sentimiento principal que hemos captado, como “Entiendo que estás pasando por un momento muy difícil”, “Me imagino por lo que debes estar pasando”, “Veo tu tristeza y me imagino qué difícil tienen que ser para ti estos días”.
Este tipo de respuestas hace que la otra persona continúe hablando, se sienta comprendida y menos sola.
LENGUAJE NO VERBAL
El lenguaje no verbal es otra de las claves fundamentales para conseguir que una persona se sienta acogida, que tenga ganas de hablar y de compartir sus emociones con los demás.
Por ejemplo, no es lo mismo escuchar a una persona con los brazos cruzados sobre el pecho que mantener una actitud abierta también con el cuerpo; tampoco causa el mismo efecto escuchar a alguien mirándola a los ojos que mirando hacia otro lado.
FOMENTAR LA EMPATÍA EN NIÑOS
La empatía debería de trabajarse desde la infancia para poder comprender las consecuencias de las conductas a todos los niveles y no quedarse en la dicotomía de castigo o no castigo.
Es importante que los niños puedan comprender que los demás también tienen emociones, que a veces pueden ocasionar daño sin quererlo o que la amistad y las relaciones sanas se basan en un trabajo empático donde uno puede comprender al otro. Hasta ciertos límites.
Por ello, hemos creado un artículo exclusivamente sobre el tema para que podáis llevarlo a la práctica con los más pequeños:
¿Es fácil escuchar verdaderamente a los demás? Si partimos de que escuchar y oír no es lo mismo, que desarrollar la empatía tampoco es lo mismo, nos encontramos con un trabajo arduo, tanto en la vida profesional como en la diaria.
http://depsicologia.com/claves-para-desarrollar-la-empatia/
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