jueves, 6 de julio de 2017

¿Es recomendable operar las Amígdalas?

En el caso de extirpar las amígdalas debemos saber que, si bien son una barrera contra los gérmenes, habrá otros órganos que se encarguen de esta función

Desde hace muchas décadas se ha venido planteando la necesidad de operar lasamígdalas. En unos casos los especialistas lo han recomendado y en otros no.

Actualmente, la tendencia ya no está tan extendida y solo se procede a operar las amígdalas en supuestos muy concretos.

Amígdalas y amigdalitis



Las amígdalas son tejidos pequeños y redondos que se sitúan en la cavidad bucal, a ambos lados de la garganta. Entre otras funciones, son muy útiles a la hora de combatir las infecciones produciendo anticuerpos.

La conocida amigdalitis, o “anginas”, tiene lugar cuando las amígdalas se infectan y se inflaman.

Los síntomas de esta patología son muy diversos, en función de las causas de la infección. Se producen progresivamente o de forma súbita.

Entre estas señales están:

Dolores de garganta
Pérdida del apetito
Malestar general
Fiebre
Náuseas y vómitos
Malestar en el estómago
Dolor al tragar

Amigdalectomía, operar las amígdalas

Las causas o razones que aconsejan operar las amígdalas no están totalmente definidas, y los diferentes cirujanos y especialistas no se ponen de acuerdo.

Entre las razones más aceptadas para que exista la necesidad de operar las amígdalas, están:
Períodos de sueño con apnea.
Tumores en las fosas nasales o en la garganta.
Dificultades graves para tragar.
Hemorragias en las amígdalas de difícil detención.
Obstrucción de las fosas nasales.
¿Cómo es la operación de las amígdalas?

Lo más habitual para operar las amígdalas es que el niño o joven sea anestesiado en el quirófano y el cirujano extirpe las amígdalas y las adenoides a través de la boca.

Esto significa que no se realizará ninguna incisión cutánea.

En la realidad quirúrgica, la operación puede realizarse de dos formas diferentes:

Se puede extirpar toda la amígdala cuando las infecciones de garganta se repiten.
Se extirpan únicamente las partes protuberantes que bloquean las vías respiratorias.

Heridas y riesgos

El otorrinolaringólogo que va a operar decidirá qué operación es la más apropiada.

La herida que queda al extirpar las amígdalas suele quedar abierta y es lo habitual una pequeña pérdida de sangre. Tras la operación, el niño queda muy cansado y necesita dormir.

En cuanto a los posibles riesgos, cualquier tipo de cirugía tiene añadido algún riesgo.
En torno al 5% de estas operaciones presentan hemorragias en los primeros cinco a ocho días posteriores a la intervención y pueden requerir transfusiones.

También puede ser precisa una cirugía adicional.
Otro efecto secundario que podría producirse, aunque en muy pocos casos, es un leve cambio de sonido en la voz a causa de la intervención.
La cirugía también podría ocasionar infecciones posoperatorias, hemorragias internas o dificultades para respirar a causa de que se hinche la zona de la cirugía.
Cada caso particular

Cada caso de cada paciente será diferente y habrá que valorar los riesgos particulares.

Asimismo, es recomendable tener más de una opinión por parte de facultativos especialistas.
Una primera barrera

Se dice también que las amígdalas constituyen una primera barrera de protección inmunitaria de nuestro organismo, y de nuestra garganta.

La realidad es que, en efecto, las amígdalas son tejidos linfáticos y en su interior existen células de inmunidad.

No obstante, si se procede a operar las amígdalas, hay otros órganos que realizarán la función de defensa que se atribuye a las amígdalas.

El momento ideal para operar

En la actualidad sanitaria, la tendencia para operar las amígdalas es que se lleve a cabo únicamente cuando sea estrictamente necesario.

En los niños, la cirugía solo se prescribe para aquellos casos que presentan más de seis episodios repetidos de amigdalitis aguda causada por el germen durante un año.

También se considera necesario operar las amígdalas cuando se hayan sufrido más de cuatro episodios anuales durante los dos últimos años o dos anginas anuales en los últimos tres años.

En estos casos es necesario comprobar que realmente la inflamación es de origen bacteriano y ha sido tratada correctamente con fármacos.

Para un diagnóstico correcto, es preciso que existan estos síntomas:
La fiebre superior a 38,3 ºC.
Aparición de ganglios en la zona de la faringe, con un mínimo de dos centímetros.
Presencia de estreptococo.

En la actualidad, estas condiciones no se cumplen todas fácilmente. Por ello, las operaciones de amígdalas han ido disminuyendo en número.

Imagen principal cortesía de © wikiHow.com
https://mejorconsalud.com/recomendable-operar-las-amigdalas/

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