lunes, 3 de julio de 2017

Siempre recibimos lo que damos

Si aquello que damos es bueno para la otra persona, la vida nos devolverá este gesto positivo. Por el contrario, si hacemos el mal, también lo experimentaremos en un futuro, aunque no sepamos cuándo

Aunque no seamos conscientes de ello, siempre recibimos lo que damos.

¿Por qué ahora todo el mundo nos deja solos? 

¿Qué ha pasado que, de repente, nos tropezamos con muchas decepciones?

Los resultados de nuestros actos no se perciben de forma inmediata. Pasa tiempo hasta que cosechamos todo lo que hemos sembrado.


Por eso, cuando lo hacemos nos hemos ya olvidado de lo que hemos hecho.

Algunos lo llaman justicia, otros, karma. Sea cual sea el nombre que deseemos ponerle, lo cierto es que es imprescindible centrarnos en lo que damos y en cómo lo damos.

Es el momento de mirar hacia el presente para sembrar frutos sanos que cosecharemos en un futuro, no sabemos cuándo.

¿Cuál es tu actitud ante la vida?

Aunque no lo creas, la actitud con la que enfrentas la vida, así como las decisiones que vas tomando van dándole forma a tu destino.

Por eso, es importante que te centres en hacer todo esto de la mejor manera, ya que siempre recibimos lo que damos.

Si huyes de tus miedos, ¿qué esperas recibir en el futuro? Más miedos… Si tomas decisiones al azar, sin pensarlas mucho porque crees que todo tiene solución, ¿de verdad crees que en el futuro esto no te será devuelto con creces?

Lo mejor de la vida es que a cada paso te indica lo que debes sanar, lo que debes reconducir de nuevo y aquello que tienes que solucionar.

Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, es más fácil sortear estos obstáculos que a veces son muy dolorosos.

No creas que vendrán tiempos mejores si no pones de tu parte en el momento presente. Cada hora que pasa tú estás manifestando una actitud y unas decisiones que repercutirán en tu destino.

Por eso, es importante hacer las cosas con miedo si es necesario, sentir ese vértigo que impulsa todo cambio y ser valiente para hacer lo que nunca habías pensado llevar a cabo.

El ahora es lo que importa. No tendrás otra oportunidad.

Aquí te dejamos un vídeo para que puedas reflexionar sobre esto y reconducir el curso que había tomado tu vida.

¿Estás dispuesto a centrarte en lo que estás dando, a cambiar tu actitud ante la vida y tomar decisiones de forma consciente?


Recibimos lo que damos, así que preocupémonos por dar

Aunque tengamos bien presente la frase de “dar sin esperar recibir nada a cambio” lo cierto es que cuando eso no ocurre nos sentimos muy mal, desdichados, poco valorados.

Llevar el significado de esta frase a nuestro día a día será necesario para no encontrarnos con frutos que no queremos recoger en el futuro.

Porque tenemos que centrarnos en el dar y olvidarnos por completo de lo que vamos a recibir.

Es posible que, muchas veces, seamos generosos y esto no nos sea recompensado, o estemos haciendo las cosas bien y la vida nos de uno de los golpes más duros que jamás hayamos experimentado.

No obstante, estas son pruebas. ¿Cuánto nos importa recibir lo que damos?

Si ante las adversidades dudamos de nuestras convicciones, clamamos “¡qué injusta es la vida!” y volvemos a nuestras actitudes pasadas, estaremos otra vez labrando un sendero que no nos gustará más adelante.
Tendemos a aferrarnos de forma obsesiva a cosas y también a personas.
Tenemos un miedo inmenso a perder, a soltar y a desprendernos.
Valoramos la independencia, pero queremos poseer a los demás.

Una vida en incoherencia será algo que nos será devuelto con creces.
Dejemos de resistirnos y empecemos a fluir

Es imprescindible que aprendamos a aceptar lo que suceda, a no aferrarnos a nada y a ser libres. Permitir que todo fluya y no resistirnos al cambio.

Hay algunas enseñanzas que podemos tener bien presentes para aplicarlas en nuestro día a día, ya que sintetizan muy bien todo lo mencionado hasta ahora:
Si siembras vientos, recogerás tempestades.
Todo aquello que te niegues a aceptar te seguirá ocurriendo.
Deja de preocuparte por cambiar a los demás y empieza a cambiar tú.
Todo lo malo que te sucede es un reflejo de lo que has hecho o pensado.
Cada paso, por insignificante que parezca, puede conducirte en una dirección diferente.

Presta atención, aplica todo esto a tu vida y empieza a fluir con ella. Abre bien los ojos, pues la vida te está indicando siempre lo mejor para ti, hacia dónde debes dirigirte.

Tan solo necesitas confiar y dejarte llevar, sin esforzarte ni resistirte. Siempre recibimos lo que damos, no te olvides.

Fotografía: Katharina Jung.
https://mejorconsalud.com/siempre-recibimos-lo-damos/

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