lunes, 8 de julio de 2019

Cómo Prevenir Infecciones de Oído en verano

La mejor manera de prevenir las infecciones de oído durante el verano es llevando a cabo una limpieza adecuada, luego de ducharte o de realizar actividades en la piscina, en el mar o en cualquier medio acuático.
Para nadie es un secreto que las infecciones de oído se incrementan en verano. No es que la estación en sí genere este problema. 
Es la combinación entre las altas temperaturas y las actividades en el agua lo que termina dando como resultado este tipo de problemas en el oído.

El clima caluroso y la humedad presente en la atmósfera son el caldo de cultivo propicio para virus, bacterias y hongos.

Si a eso le sumamos los baños en la playa o en piscinas, y le agregamos una falta de cuidado en las prácticas de higiene, es muy probable que uno de los resultados sean las infecciones de oído.





Los más afectados por las infecciones de oído suelen ser los niños. 

Al fin y al cabo, ellos no tienen un criterio plenamente formado para llevar a cabo las acciones de prevención.

 Por eso es muy importante estar pendientes de ellos y evitar que terminen padeciendo estos males.

Las infecciones de oído y el verano

Las infecciones de oído aumentan durante el verano. La humedad, sumado al aumento de la temperatura, facilita el crecimiento de microorganismos infecciosos.

En el oído siempre hay una importante cantidad de microorganismos que están presentes sin causar ningún problema de salud. 

Conviven con el conducto auditivo, por así decirlo, en perfecta armonía. Sin embargo, si hay un incremento de la humedad, y esto se combina con altas temperaturas, el equilibrio se rompe.

Cuando la humedad se mantiene elevada, por un lapso más o menos prolongado, el pH del oído cambia. Esto hace que se produzca un incremento de hongos y bacterias. Al final, este factor es lo que termina propiciando las infecciones de oído.

Si a esto le sumamos que en las piscinas hay elementos químicos, el riesgo es mayor. El agua salada del mar, así como otros componentes que pueden estar presentes en la misma, también incrementan el peligro. Así mismo, en los lagos y ríos a veces hay bacterias que añaden un factor más de riesgo.

Los síntomas de la infección

El síntoma más característico de las infecciones de oído es la supuración.Sale un líquido de aspecto seroso, casi siempre amarillento. Si hay muchas bacterias, el líquido se torna de un color verdoso, a veces muy intenso.




El otro síntoma habitual son el dolor y las molestias en los oídos. Hay calor, hinchazón y enrojecimiento en la oreja, o detrás de ella.

A veces el dolor no es constante. Lo mejor es probar a presionar la parte de la oreja que cubre el orificio. Si hay molestia, es señal de infección.

Cuando la infección es de origen bacteriano, hay más dolor. Si lo que la causa es algún tipo de hongo, en lugar de dolor se siente un fuerte picor.

n los niños, sobre todo si son muy pequeños, uno de los síntomas habituales es que se tocan muy frecuentemente las orejas, como si sintieran incomodidad.

Prevenir las infecciones de oído

Una adecuada higiene del oído es clave para evitar las infecciones en el verano. Es primordial evitar el uso de métodos agresivos como introducir hisopos de algodón.

Las principales medidas a tomar para prevenir las infecciones de oído en el verano son las siguientes:

Uso de tapones para el agua. 

Los tapones son especialmente recomendados para quienes ya han tenido infecciones del oído en el pasado. Sin embargo, ningún tapón elimina totalmente el riesgo de infección.

Secar los oídos adecuadamente. 

No se recomienda el uso de hisopos y mucho menos si se usan con fortaleza. Lo más adecuado es emplear una toalla seca y limpia, pasándola suavemente por la cavidad auricular. Esto es recomendable también después de la ducha.

Evitar las zambullidas bruscas.

 Entrar al agua con un salto desde una altura considerable implica someter al oído a un cambio de presión súbito. Esto puede terminar causando lesiones y favoreciendo la aparición de alguna infección.

No hurgar, ni hacer maniobras para retirar el agua. 

Es usual que al salir de una piscina o del mar se sienta algo de molestia por el agua que queda en las orejas.

 Los niños, especialmente, muchas veces se hurgan o manipulan para extraer el fluido. Esto debe evitarse, ya que fácilmente causa lesiones.

Usar calor para terminar la limpieza. 





Al limpiar el oído con una toalla nunca se deben realizar maniobras para penetrar en el orificio. Si hay la sensación de que todavía queda agua, lo mejor es emplear un secador de cabello, apuntando hacia el oído, desde una distancia prudente.

Para terminar…

En caso de que se experimente dolor en los oídos, una buena opción es calentar una toalla en el microondas y ponerla sobre la oreja.

No es aconsejable automedicarse, incluso con gotas que ya se habían probado antes. Si hay sospecha de infección lo único responsable es acudir al médico inmediatamente.

Edith Sánchez · 7 julio, 2019

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