miércoles, 4 de septiembre de 2019

5 Dietas que compiten con la Dieta Mediterránea tradicional


La dieta mediterránea tradicional es un referente de los patrones alimentarios saludables, pero no es el único. A continuación descubrimos otras dietas que no tienen nada que envidiarle. 

Vamos a presentar en este artículo cinco dietas que han resultado ser igual de saludables que la dieta mediterránea tradicional. Conozcamos sus características y sus beneficios para la salud. Entre ellas están:

Dieta nórdica.
Paleo.
Dieta japonesa.
Vegetariana.
El plato de Harvard.

Dieta nórdica

Recientemente, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha alabado los beneficios de la dieta nórdica como patrón alimentario saludable. Sus efectos positivos se centran en la reducción del riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, como el cáncer, la diabetes o diversos problemas cardiovasculares. 





Esta dieta se basa en alimentos que proceden de países situados en el norte de Europa: Islandia, Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca. A partir del año 2004, un grupo de chefs de estos países nórdicos se juntaron para desarrollar la denominada Nueva Dieta Nórdica.

Su objetivo es promover el consumo de ingredientes locales, silvestres y frescos para potenciar la salud, la gastronomía, la sostenibilidad y la identidad nórdica. Y, ¿cuáles son éstos alimentos? Básicamente: 

Vegetales de hoja verde.
Frutas y bayas.
Cereales enteros (centeno, cebada y avena) y legumbres.
Pescados grasos (arenque, caballa o salmón) varias veces a la semana.
Lácteos bajos en grasa.

Aceite de colza.

Dieta paleo

Cada vez es más habitual oír hablar de ella. Aunque poco a poco se está popularizando en nuestro país, esta es la dieta tradicional de algunos grupos que viven en la selva amazónica, en la sabana africana o en determinadas islas del Pacífico. 

La dieta paleo, o paleolítica, nos propone una forma de alimentarnos acorde con nuestra genética y evolución como especie. Se basa en comer de forma parecida a como lo hacían nuestros antepasados cazadores recolectores. Esta dieta incluye:

Vegetales.
Semillas y frutos secos.
Pescado y mariscos.
Carne y vísceras.
Huevos.
Frutas.

A su vez, se dejan de lado por completo los lácteos, el gluten y los granos. Estudios médicos han demostrado buenos resultados en:

Reducción de riesgo coronario.
Reducción en indicadores de inflamación.
Mayor pérdida de circunferencia abdominal.

Dieta japonesa

Las islas de Okinawa están situadas al sur de Japón. Destacan en el mapamundi no solo por la belleza de sus paisajes, sino por ser la zona del mundo con las personas más longevas y con un mejor estado de salud. 

Entre las múltiples razones de esta longevidad destaca, sin duda alguna, su dieta. Son muchos los científicos que la han estudiado, aunque faltan estudios para valorar los efectos que puede tener en personas no japonesas. Esta es, quizá, la mayor diferencia entre la dieta japonesa y la mediterránea o la nórdica. 

En el menú diario de los japoneses no faltan:

Los vegetales de hoja verde.
Pescado y cefalópodos, como el calamar o el pulpo, varios días a la semana.
La soja y sus derivados, como el tofu.
Cereales integrales y boniato.
El alga kombu. 

Otro aspecto característico de la dieta japonesa es que comen en pequeñas porciones, varias veces al día y con una gran variedad de ingredientes presentes en cada comida.

Dieta vegetariana

La Unión Vegetariana Internacional define la dieta vegetariana como “una alimentación basada en alimentos de origen vegetal, con o sin productos lácteos, huevos y/o miel”. 





Este aspecto la convierte en un patrón alimentario que puede variar un poco entre veganos, ovo vegetarianos, ovo-lácteo vegetarianos, etc., pero que se basa en su mayoría en alimentos de origen vegetal. El resultado es un aporte considerable de alimentos ricos en vitaminas, minerales, fibra y bajos en colesterol y grasas saturadas. 

Entre las bondades de este tipo de dieta, podemos observar buenos resultados en:
Reducción del riesgo de padecer hipertensión arterial.


Problemas cardiacos.

Método ‘el plato de Harvard’

El plato para comer saludable es una herramienta creada por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Púbica de Harvard. Pretende ser una guía para ayudar a la población americana a hacer mejores elecciones en relación con su alimentación.

Se trata de una herramienta muy visual que recomienda llenar la mitad del plato con frutas y verduras, un cuarto con alguna fuente de proteína y otro cuarto con fuentes de carbohidratos.

Además se centra también en la calidad de la dieta y no solo en las cantidades. Recomienda, por ejemplo, consumir cereales integrales en vez de harinas refinadas, beber agua en vez de bebidas gaseosas o energéticas y no hacer dietas bajas en grasas, sino elegir buenos aceites vegetales y frutos secos.

¿Qué pasa entonces con la dieta mediterránea tradicional?

Todas las dietas que hemos analizado han demostrado ser formas sanas de alimentarse. Como hemos podido comprobar, todas tienen puntos en común con la dieta mediterránea tradicional:
Se basan en el consumo de productos frescos y locales, ricos en fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos.

También tienen buenas fuentes de proteínas y grasas saludables. 

En ningún caso se recomienda el consumo de alimentos preparados, ricos en azúcares y harinas refinadas, ni grandes cantidades de carnes rojas o grasas saturadas. 

Por eso, podemos concluir que, en los países de la cuenca mediterránea, la dieta mediterránea tradicional es la mejor forma de alimentarse, aunque en cada sitio existen dietas similares perfectamente válidas. Debe ser una dieta bien planteada, adaptada a las necesidades de cada uno y basada en alimentos frescos y locales, como el aceite de oliva, las sardinas, las nueces o los garbanzos.

No debemos olvidarnos nunca que una dieta, para que funcione, debe ir siempre acompañada de hábitos de vida saludables, ¡no los abandones!


Este artículo fue redactado y avalado por la nutricionista Anna Vilarrasa
3 septiembre, 2019

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