Determinados alimentos favorecen una producción óptima de leche materna. Incorpóralos a tu dieta, estarás cuidando a la vez tu salud y la de tu pequeño.
Uno de los principales beneficios de la lactancia es que transfiere al recién nacido sustancias beneficiosas y protectoras para su inmunidad y su salud general. La cantidad de leche se produce a demanda en función de las necesidades del bebé y su composición varía conforme va creciendo.
Si la nutrición durante el embarazo fue adecuada, no tiene que haber problemas para amamantar al recién nacido (según la OMS, la lactancia debería prolongarse un mínimo de 2 años).
La leche materna es un destilado de la sangre. Alimentos que la nutren son la alfalfa germinada, el sésamo, las algas o las almendras. Los alimentos galactogogos como la avena, las chufas, la levadura nutricional o la cebada favorecen la generación de leche.
No son convenientes los embutidos, las carnes rojas, los quesos curados, las grasas trans y los fritos. Limita los alimentos demasiado fríos (son muy yin) y antigalactogogos como la albahaca, el perejil, el apio o la salvia.
Come 5 veces al día. Toma segundo desayuno y merienda para estar bien nutrida. Al dar el pecho a tu bebé necesitas un aporte extra de 500 cal sobre tu dieta habitual.
1. Alfalfa germinada para alimentar la sangre
Todos los germinados son interesantes para la salud, pero los de alfalfa nutren especialmente la sangre y, en consecuencia, favorecen la segregación de leche.
Toma 1 puñado cada día.
2. Espirulina, el alga que mejora la sangre
Esta microalga es rica en aminoácidos y clorofila, compuestos que mejoran la composición de la sangre.
De 2 a 6 cápsulas al día.
Las verduras de hoja verde son muy densas nutricionalmente.
Además de clorofila, aportan vitaminas y minerales en dosis elevadas.
Cada día disfruta de un plato grande de diferentes verduras de hoja verde.
Según la medicina tradicional china, tonifica el bazo y el sistema digestivo para favorecer una correcta absorción de nutrientes.
Se puede usar tanto en recetas dulces como saladas, 3 veces a la semana.
5. Melocotón, rico en betacaroteno
El color naranja de esta fruta indica su riqueza en betacaroteno.
Tonifica el sistema digestivo y ayuda a una mejor formación y composición de la sangre y, por tanto, de la leche.
Toma 1 cada dos días.
Ayuda a formar leche materna. Rica en proteínas y en vitaminas del grupo B, hace que la leche resulte más nutritiva.
En la cocina se añade a cremas de verduras o para dar sabor a queso. La dosis ideal es 1 cucharada de levadura nutricional al día.
Es uno de los cereales más recomendados para la salud de la mujer. Junto con la avena, son los dos considerados galactogogos.
Lo mejor es prepararlos 3 veces a la semana en forma de porridge o crema dulce para hidratar el cuerpo y favorecer la correcta nutrición de la madre.
8. Horchata de chufa, deliciosa y rica en micronutrientes
Ayuda a generar leche porque nutre la sangre y, al tener mucha agua, hidrata. Es rica en micronutrientes, entre ellos minerales como fósforo, magnesio, potasio, calcio y hierro.
Disfruta de 1 vaso cada día.
El cerebro del bebé necesita grandes cantidades de ácidos grasos insaturados de cadena larga, es decir omega-3 y omega- 6.
Las semillas de cáñamo son fuentes ideales de omega-3.
Semillas ricas en omega-6 son las de girasol y las de sésamo.
Toma 2 cucharadas diarias.
Este tubérculo rojo y dulce es ideal para nutrir la sangre.
Rica en vitaminas y minerales, permite gran variedad de preparaciones en la cocina y, como todos los tubérculos, es rica en hidratos de carbono, que dan energía.
Consume remolacha 2 veces a la semana.
Martina Ferrer
17 DE JULIO DE 2019 · 09:00
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