martes, 4 de febrero de 2020

Coronavirus: «Precauciones por encima de lo necesario y en el límite superior máximo de seguridad», según Sanidad

¿Es posible convertir grandes ciudades como la de Wuhan, donde ha surgido el coronavirus 2019-nCOV, en espacios de total aislamiento? y ¿es efectivo? 

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Es lo que han intentado las autoridades chinas, la palabra clave es cuarentena. Esta es la acción de aislar o apartar a personas o animales durante un período de tiempo para evitar o limitar el riesgo de que se extienda una determinada enfermedad contagiosa.

No es necesario que sea durante cuarenta días. De hecho, las autoridades sanitarias españolas van a hacerlo con quienes vayan viniendo de la zona donde ha surgido este nuevo virus hasta 14 días, que es el periodo máximo de incubación del patógeno.

En los próximos días los españoles que sean repatriados de Wuhan pasarán la cuarentena recluidos en instalaciones que se están preparando en la actualidad en España. No sé cómo se siente uno en una «zona de conflicto» así, supongo que incluso lo que más contribuye al estado de miedo generalizado son las propias medidas de contención de la epidemia.

También entiendo que en un estado como el actual la gente a la que se le da la posibilidad de regresar a nuestro país esté encantada y se someta al protocolo al completo, que en ocasiones se parece mucho a intentar escapar de un campo de concentración o eso me inspira a mí.

Antes de salir de China pasarán un chequeo que establecen las autoridades chinas para evitar que salgan personas enfermas.

A su llegada a España serán evaluadas por equipos de Sanidad Exterior, como se hace en estas ocasiones y serán trasladadas a las instalaciones preparadas a estos efectos.

En unos medios de comunicación cuentan que dichas instalaciones no se van a revelar para preservar la privacidad de esas personas, sanas o en el peor de los peores casos infectadas, no moribundas. En otros dan por hecho que van al Gómez Ulla, hospital militar de Madrid (a la planta 22 ¿para que si llega el virus no tenga la tentación de bajar plantas haciendo de las suyas?).

Como explica el ministro de Sanidad, Salvador Illa:

Se repatría a personas sanas«.

También ha añadido a las agencias de información que «si no hay síntoma que justifique su aislamiento como pacientes se les pondrá en cuarentena en instalaciones que están preparando». «Es pronto para decir los lugares para no disturbar pero serán sitios perfectamente adecuados para pasar la cuarentena cómodos respetando todas las necesidades y podrán hacer, como personas sanas que son, vida normal dentro de la zona de cuarentena».

Así que para «escapar» de China sano tienes que superar los controles médicos de allí. Como tengas síntomas de la enfermedad, por cierto, muy comunes a enfermedades comunes valga la redundancia, allí que te quedas aunque no estés enfermo. Y si logras superar esa primera criba, te espera la revisión médica de aquí y si va bien la cosa pasas la cuarentena de dos semanas en un hospital.

He leído declaraciones de compatriotas en línea con

no tendríamos problema en pasar revisiones clínicas ni en hacer cuarentena. Más bien al contrario, nosotros encantados de que sea así».

Vamos que ha de ser guay estar todo ese tiempo encerrado en un hospital militar. Para gustos los colores. Los familiares que los visiten tendrán que ir con guantes y mascarilla, deberán evitar el contacto físico (¿nada de vis a vis como en las cárceles al menos?) y Sanidad les hará un seguimiento por si manifestasen síntomas.

Aquí, como en tantas ocasiones ocurre en el ámbito sanitario, lo que se dirime es el posible conflicto entre la libertad individual y la salud pública que como vemos con cada epidemia que sucede y van unas cuantas en los últimos años (gripes aviares y A, zika, ébola, SARS, etc). ¿Se pueden aplicar políticas de prevención sanitaria y de control de una posible epidemia respetando al máximo posible la libertad de las personas?

Está claro que los estados se «curan en salud» con medidas represivas vestidas con el ropaje del interés sanitario por la salud pública. Si no lo hiciesen lloverían las críticas por no haber hecho lo suficiente… a sabiendas que nunca va a ser suficiente pues es poco menos que imposible perseguir virus, seres invisibles que existen por billones de billones.

En Japón al menos lo que hacen es una cuarentena domiciliaria. Si queréis ver casi en directo cómo se vive en la zona donde ha surgido el asunto podéis hacerlo con este vídeo de una pareja hispano china en un pueblo cercano:

Llama la atención lo drástico de las medidas tomadas por el Gobierno chino y cómo al parecer la población está encantada y participa de la parte más represiva de las mismas. 

Como ha reconocido Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, refiriéndose a las decisiones que va a adoptar el Gobierno español (están coordinándose a nivel mundial), son:

Precauciones por encima de lo necesario con lo que se sabe de la enfermedad y en el límite superior máximo de seguridad”.

La buena noticia es que la neumonía de Wuhan tiene una tasa de mortalidad de poco más del 2%, casi siempre entre personas con patologías previas muy inferior a anteriores epidemias (podéis verlo en la gráfica que sigue).


Observad que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las epidemias anuales causan de tres a cinco millones de casos graves y entre 290.000 y 650.000 muertes.

Y a todo esto, ¿sirve para algo la cuarentena obligatoria? Según el especialista en salud pública, el médico Juan Gérvas:

En China se está intentando controlar el brote en Wuhan y su entorno con la cuarentena obligatoria de millones de personas, a través del ‘cierre’ de varias ciudades, cortando las conexiones por aire y tierra. 

Esta cuarentena obligatoria es expresión, al tiempo, de un estado dictatorial y de un sistema sanitario débil, especialmente en lo que se refiere al control de enfermedades infecciosas. En general, las cuarentenas obligatorias carecen de fundamento científico en estos casos».

Vaya que con mucha probabilidad no llega el fin del mundo con este coronavirus, no vamos a volver a morir todos los habitantes del planeta como nos advirtieron los interesados en el marketing del miedo en anteriores epidemias.

En cualquier caso, a los supervivientes siempre les quedará la amistad de Peanut, el robot que se encarga de llevar comida a las personas aisladas en cuarentena en un hotel chino con motivo del brote de coronavirus y cuya imagen podéis ver a la izquierda.

Por Miguel Jara  30 de enero de 2020

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