domingo, 14 de febrero de 2021

Inmunólogo: Las vacunas de Pfizer y Moderna podrían causar enfermedades crónicas a largo plazo

Traducido por el equipo de SOTT.net en español

En una nueva investigación publicada en Microbiology & Infectious Diseases, el inmunólogo J. Bart Classen advierte que la tecnología de ARNm utilizada en las vacunas Covid de Pfizer y Moderna podría crear "nuevos mecanismos potenciales" de efectos adversos que podrían tardar años en salir a la luz.


Ya en 1999, el Dr. Peter Patriarca, destacado funcionario de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), afirmó que los modernos avances en la tecnología de las vacunas estaban rápidamente "superando la capacidad de los investigadores para predecir los posibles efectos adversos relacionados con las mismas". Patriarca opinó que esto podría llevar a "una situación de resultados imprevistos e impredecibles de las vacunas".

En un nuevo artículo de investigación publicado en Microbiology & Infectious Diseases, el veterano inmunólogo J. Bart Classen expresa preocupaciones similares y escribe que "las vacunas Covid basadas en el ARN tienen el potencial de causar más enfermedades que la epidemia de Covid-19".

Durante décadas, Classen ha publicado trabajos en los que se explora cómo la vacunación puede dar lugar a enfermedades crónicas como la diabetes de tipo 1 y de tipo 2, pero no de inmediato, sino en los tres o cuatro años siguientes.

En este último trabajo, Classen advierte que la tecnología de las vacunas basadas en el ARN podría crear "nuevos mecanismos potenciales" de efectos adversos de las vacunas que podrían tardar años en salir a la luz.

El estudio de Classen establece la posibilidad de que las vacunas de ARN mensajero (ARNm) desarrolladas por Pfizer y Moderna activen proteínas humanas para que adopten "configuraciones patológicas", configuraciones asociadas a enfermedades neurológicas degenerativas crónicas. Aunque su interés específico se centra en las enfermedades priónicas (afecciones asociadas a versiones mal plegadas de las proteínas normales), Classen también esboza un puñado de otros mecanismos por los que las vacunas basadas en el ARN podrían dar lugar a "otros múltiples eventos adversos potencialmente mortales."

Garantizar que los pacientes comprendan claramente los riesgos (tanto los conocidos como los potenciales desconocidos) es un componente importante del proceso de consentimiento informado. Esto es aún más cierto cuando la intervención es experimental y carece de datos de seguridad a largo plazo, como es el caso de las vacunas de Pfizer y Moderna contra la Covid-19. La FDA autorizó las dos vacunas para su uso generalizado de emergencia basándose en sólo dos meses de datos de ensayos clínicos.

Por desgracia, no es raro que la comunicación de los riesgos por parte de los investigadores sea superficial. En octubre, investigadores de la Universidad de Nueva York y de Tulane reportaron que la información comunicada a los participantes en los ensayos clínicos de coronavirus acerca de un problema preocupante conocido como cebado patogénico estaba "suficientemente oscurecida" como para hacer "improbable la adecuada comprensión por parte de los pacientes" de los riesgos.

Sería interesante saber qué dirían esos investigadores sobre la contundente conclusión de Classen de que "aprobar una vacuna utilizando una tecnología novedosa de ARN sin realizar pruebas exhaustivas es extremadamente peligroso".

Quienes contemplan las inyecciones Covid pueden estar ignorando riesgos potenciales por su propia cuenta.

mar, 09 feb 2021 00:01 UTC

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