martes, 23 de mayo de 2023

Ácido linoleico - el ingrediente más destructivo en la dieta

Las grasas - que son moléculas biológicas insolubles en agua también conocidas como lípidos1 - son el bloque de construcción principal de sus membranas celulares. Esta es una de las razones por las que consumir los tipos adecuados de grasa es tan importante para la salud y la longevidad.

Lo que distingue una grasa de otra es la combinación específica de ácidos grasos que la componen, y las propiedades de las grasas y los ácidos grasos dependen de su saturación de hidrógeno y de la longitud de sus moléculas, también denominada "longitud de cadena".

Conceptos básicos de los ácidos grasos

Existen dos tipos básicos de ácidos grasos, según cuántos de sus enlaces de carbono están emparejados con hidrógeno:2

- Las grasas saturadas están totalmente cargadas de átomos de hidrógeno que forman cadenas rectas y suelen ser sólidas a temperatura ambiente (por ejemplo, la mantequilla y el aceite de coco).

- Las grasas no saturadas han perdido al menos uno de los pares de átomos de hidrógeno de su cadena de carbono y se presentan en dos variedades:

◦ Grasas monoinsaturadas, a las que les falta un par de átomos de hidrógeno.

◦ Grasas poliinsaturadas (PUFAs), a las que les falta más de un par de átomos de hidrógeno, de ahí el nombre "poli".

La pérdida de hidrógeno da lugar a moléculas que se retuercen o pliegan en cada doble enlace. Cuantos más pares de hidrógeno faltan, más se doblan las moléculas, lo que hace que ocupen más espacio. Esto es lo que hace que la grasa sea un aceite líquido a temperatura ambiente.

Además de los distintos niveles de saturación de hidrógeno, las grasas también varían en la longitud de sus cadenas de carbono, lo que da lugar a otro esquema de clasificación basado en su número de átomos de carbono:3Ácidos grasos de cadena corta (AGCC) - De dos a cuatro átomos de carbono
Ácidos grasos de cadena media (AGCM) - De seis a diez átomos de carbono
Ácidos grasos de cadena larga (AGCL) - De 12 a 26 átomos de carbono
Ácidos grasos de cadena muy larga4 (AGCML) - De 26 a 30 átomos de carbonoLa longitud de la cadena y el nivel de saturación de hidrógeno controlan el punto de fusión de una grasa. A medida que aumenta la longitud de la cadena, aumenta el punto de fusión. Del mismo modo, las grasas sólidas a temperatura ambiente (mantequilla, aceite de coco) tienen cadenas más largas que las grasas líquidas a temperatura ambiente (aceite de pescado, aceite de oliva). A igualdad de longitud de cadena, las grasas poliinsaturadas de los aceites de semillas tienen puntos de fusión más bajos que las grasas saturadas.

Conceptos básicos de Omega-3 y Omega-6

Los PUFA también pueden subdividirse en grasas omega-3 y omega-6. El extremo de la cadena del ácido graso opuesto al extremo del ácido es el "extremo omega". La ubicación del primer doble enlace a partir del extremo omega dicta si un ácido graso es un omega-3, omega-6, omega-9 (ácido oleico) u otro miembro de la familia omega.

La toxina más perniciosa de la dieta moderna, y la grasa cuyo consumo debe reducirse al mínimo, es la grasa omega-6 ácido linoleico (LA). El LA constituye entre el 60% y el 80% de las grasas omega-6 y es el principal contribuyente a las enfermedades crónicas.

Para ser claros, sólo es tóxico cuando se consume en cantidades excesivas, pero la gran mayoría de las personas hoy en día están consumiendo mucho más que las cantidades ideales. La historia de cómo los aceites de semillas acabaron sustituyendo a las grasas animales, mucho más saludables, se detalla en el vídeo anterior.

Muchos siguen creyendo que si se tiene una proporción distorsionada de omega-3 y omega-6, la solución es simplemente consumir más omega-3, pero ese es un grave error. Si bien es cierto que se necesita una cierta cantidad de omega-3 para gozar de buena salud, añadir omega-3 en exceso es una receta para el desastre, ya que el omega-3 también es un PUFA.

Por lo tanto, cuando se consume en cantidades excesivas, el omega-3 causará daños metabólicos similares a los del LA, ya que se descompone en metabolitos peligrosos conocidos como ALE (productos finales de lipoxidación avanzada).

También es importante destacar una grasa omega-3 de origen principalmente vegetal llamada ácido alfa linolénico (ALA). El ALA no debe confundirse con el LA, ya que son bastante diferentes desde un punto de vista biológico. El LA es una grasa omega-6 y el ALA es una grasa omega-3.

Tampoco hay que confundir el LA con el CLA (ácido linoleico conjugado). Aunque el CLA es una grasa omega-6 y la mayoría piensa que el CLA y el LA son intercambiables, no lo son. El CLA tiene muchos beneficios potentes para la salud y no causará los problemas que causa el LA.

El problema con los PUFA

Por regla general, los aceites vegetales y de semillas son ricos en PUFA y bajos en grasas saturadas, mientras que las grasas animales son lo contrario. El cuerpo utiliza más fácilmente las grasas saturadas y monoinsaturadas que los PUFA, por lo que las grasas animales suelen ser más saludables que los aceites de semillas.

Un problema importante de los PUFA es que son químicamente inestables, lo que los hace muy susceptibles a ser dañados por las especies de oxígeno generadas por la producción de energía en las células.

Dado que los tejidos se componen principalmente de grasas saturadas y monoinsaturadas, el cuerpo necesita más de ellas que de PUFA. Los principales PUFA de la dieta son los omega-3 y los omega-6, y aunque el cuerpo los necesita, lo hace en cantidades relativamente pequeñas.

Un problema importante de los PUFA es que son químicamente inestables, lo que los hace muy susceptibles de ser dañados por las especies de oxígeno generadas por la producción de energía en las células. Este daño hace que formen los ALE, que a su vez generan radicales libres peligrosos que dañan las membranas celulares, las mitocondrias, las proteínas y el ADN.

Y lo que es peor, los PUFA se integran en las membranas celulares y pueden permanecer así de cinco a siete años. La falta de átomos de hidrógeno también hace que los PUFA sean muy susceptibles a la oxidación, lo que provoca que la grasa se descomponga en metabolitos nocivos como los OXLAM (metabolitos oxidados del LA), que tienen un impacto profundamente negativo en su salud.

El LA no es una grasa "esencial"

"Ácidos grasos esenciales" (AGE) es un término que hace referencia a los PUFA que los científicos consideran cruciales para la salud y que el cuerpo no puede producir. Por lo tanto, hay que obtenerlos de la dieta. En la actualidad, sólo dos tipos de grasas se consideran "esenciales":Omega-3 (EPA, DHA, y ALA)
Omega-6 (LA)La inclusión de LA es desafortunada, ya que cantidades excesivas de LA realmente arruinan la función celular y mitocondrial. La realidad es que se necesitan cantidades muy pequeñas de LA y, dado que se encuentra en la mayoría de los alimentos, es prácticamente imposible sufrir una deficiencia. Además, la investigación moderna ha demostrado que hasta 10 generaciones de animales pueden ser criados sin ningún tipo de LA en su dieta y permanecer perfectamente sanos.

La investigación también ha demostrado que cuando se consume una gran cantidad de LA en la dieta, se inhibe una enzima llamada delta-desaturasa, que convierte la grasa omega-3 de origen vegetal, ALA, en las grasas de cadena larga DHA y EPA. Por lo tanto, consumir grandes cantidades de LA aumenta la dependencia en los mariscos como fuente de EPA y DHA preformados.

Esto es importante, ya que el DHA y el EPA son realmente esenciales y proporcionan una amplia gama de beneficios para la salud. Uno de los beneficios más importantes del DHA es la reducción de la inflamación, que es un factor en la mayoría de las enfermedades crónicas y degenerativas. Por su parte, el EPA es importante para la salud cardiaca y cardiovascular.5,6

Las evidencias de por qué la LA no es una grasa "esencial"

Sin embargo, la primera demostración de la necesidad esencial de LA en dietas animales se produjo en 1929-30. Las ratas que recibieron el casi inalcanzable fuera de un laboratorio 0,5% de las calorías totales de su dieta en forma de LA aumentaron un 30% su peso corporal en comparación con las ratas deficientes en grasa total y no desarrollaron lesiones cutáneas ni necrosis de la cola.7,8

Esto llevó a establecer el requisito de que el 1% de las calorías diarias totales fueran grasas omega-6, que posteriormente se amplió al 2% de la ingesta calórica diaria total en humanos para garantizar la suficiencia. Esto fue confirmado por dos estudios en los que se suprimieron los síntomas fisiológicos de la deficiencia de omega-6 en bebés humanos, tal y como se estableció mediante la descamación de la piel.9,10

Sin embargo, una revisión cuidadosa de los datos utilizados para establecer que el LA es esencial en la dieta revela que esta conclusión se estableció utilizando dietas de control que no sólo eran deficientes en ácidos grasos omega-6, sino también en ácidos grasos omega-3. Esta doble deficiencia en las dietas de control parece invalidar el establecimiento de un requisito de ácidos grasos omega-6.11

Estudios posteriores han demostrado que el ácido graso omega-3 de la dieta, el ácido alfa-linolénico (ALA), es capaz de disminuir los síntomas de la deficiencia de LA.12 Esto sugiere fuertemente que la ausencia de ALA en los estudios originales probablemente ha aumentado la importancia de los síntomas fisiológicos causados por la deficiencia de LA.

Parece que, al menos en el caso del modelo de las ratas, las necesidades nutricionales de LA se han sobrestimado considerablemente. Una estimación más precisa de las necesidades de LA probablemente se acerque más a una reducción del 75% o del 0,5% de la energía alimentaria en lugar del 2%.13

Esto pone en duda hasta qué punto el LA es realmente "esencial" en la dieta humana, sobre todo porque, fuera de un laboratorio de investigación o de la nutrición parenteral, es prácticamente imposible evitar obtener suficiente LA para satisfacer las necesidades fisiológicas. En la actualidad, la mayoría de los adultos consumen cantidades de LA muy superiores a las recomendadas.

Según el Instituto de Medicina (IOM), las directrices dietéticas para la ingesta de LA recomiendan un límite superior del 10%,14 que es mucho más alto que el nivel óptimo del 1-2%.15 A pesar de que las directrices dietéticas del IOM son menos que ideales, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) informa que la mayoría de los adultos siguen consumiendo mucho más que ese límite.16

Los aceites de semillas son la raíz de todas las enfermedades crónicas

El vídeo anterior revisa los riesgos para la salud asociados a los aceites vegetales y de semillas, que se encuentran en la mayoría de los alimentos procesados. Muestra cómo enfermedades crónicas como las cardiopatías empezaron a dispararse tras la introducción de estos aceites en el mercado.

Antes de 1866, el mundo occidental sólo consumía en su mayor parte grasas animales. El sebo, la manteca de cerdo y la mantequilla son ejemplos de estas grasas. Las sociedades orientales utilizaban grasas prensadas en frío, como el aceite de coco y de palma. Los aceites vegetales como los conocemos hoy en día simplemente no existían.

El mayor cambio en la dieta humana de toda la historia fue la introducción de los aceites de semillas procesados industrialmente alrededor de 1866.17 En aquella época, Procter & Gamble utilizó un proceso de hidrogenación recién inventado para convertir el excedente de semillas de algodón inservibles en un aceite de semillas sintético, que se vende hasta hoy con el nombre de Crisco.

Poco después se introdujo la margarina, elaborada a partir de aceites de semillas. En los últimos años, la empresa ha pasado en gran medida a utilizar aceite de palma, soja y canola para su Crisco, pero el aceite de semillas de algodón sigue siendo muy utilizado para cocinar, especialmente en los restaurantes para sus freidoras.18

Históricamente, podemos ver que el uso de aceite de semillas aumentó de aproximadamente 2 gramos al día en 1865, a 5 gramos al día en 1909, a 18 gramos al día en 1999. En 2008, el consumo medio era de 29 gramos al día. En términos de porcentajes, los aceites de semillas representaban aproximadamente una centésima parte del total de calorías en 1865 y aumentaron a más de una cuarta parte del total de calorías en 2010: ¡un aumento de 25 veces!

Los aceites de semillas son mucho peor que el azúcar

Aunque la mayoría de los expertos en nutrición achacan la epidemia de enfermedades crónicas al aumento del consumo de azúcar, el papel del azúcar es relativamente menor si se compara con el impacto de los aceites de semillas.

En 1822, el consumo medio de azúcar en Estados Unidos era de 2,5 kilos por persona y año. En 1999 se alcanzó un máximo de 490 kilos por persona y año.19 Esto supone un aumento de 17 veces, pero los aceites de semillas se multiplicaron por 25 durante el mismo periodo.

En las décadas de 1960 y 1970,20 el cardiólogo Dr. Robert Atkins fue el principal responsable del interés por las dietas bajas en carbohidratos (azúcar) que parecían funcionar para muchos. Sin embargo, al eliminar alimentos como las patatas fritas, las chips, los panes, la pasta, la pizza y los donuts, no sólo se eliminan los carbohidratos basados en el azúcar, sino también los aceites de semillas. No es intuitivamente obvio, pero los alimentos cargados de carbohidratos que su dieta eliminó también están cargados de peligrosos aceites de semillas refinados.

Los alimentos procesados suelen contener alrededor de un 21% de azúcar. Sin embargo, hasta el 50% o más de las calorías totales contenidas en la mayoría de los alimentos procesados provienen de aceites de semillas.21,22 La conexión se confirma aún más al observar el consumo de carbohidratos en Estados Unidos. Lleva disminuyendo desde 1997, pero la obesidad y la diabetes de tipo 2 no han dejado de aumentar. Curiosamente, este aumento continuado coincide con el auge del consumo de aceites de semillas.




Otra razón importante por la que los aceites de semillas son exponencialmente más perniciosos para la salud que el azúcar es que duran mucho más en el organismo. La vida media del LA es de unos 600 a 680 días, es decir, aproximadamente dos años. Esto significa que usted tardará unos seis años en sustituir el 95% del LA de su cuerpo por grasas saludables. Esta es la razón principal para mantener la ingesta de LA lo más baja posible.

Mientras tanto, las reservas de glucógeno se agotarán en uno o dos días. Así que si usted se da un atracón de azúcar, ese azúcar no se queda durante años destruyendo su salud como lo hace el LA de los aceites de semillas.

Cómo el consumo excesivo de LA puede destrozar su salud

La razón principal por la que el exceso de LA causa enfermedades es que impide que las mitocondrias funcionen bien. Las mitocondrias son orgánulos subcelulares responsables de producir la mayor parte de la energía celular en forma de ATP, y sin ATP, las células no pueden funcionar ni repararse normalmente.

Como ya se ha mencionado, los PUFA como el LA se dañan fácilmente con el oxígeno en un proceso llamado oxidación,23 que desencadena la creación de radicales libres dañinos.24 Estos, a su vez, dan lugar a los ALE25 y en el caso de las grasas omega-6, a los OXLAM.26,27

Estos ALE y OXLAM provocan disfunción mitocondrial, que es un rasgo distintivo de la mayoría de las enfermedades crónicas. Además de la oxidación, la inflamación y la disfunción mitocondrial, los aceites de semillas procesados también pueden:


La Importancia de la cardiolipina

La inhibición de la cardiolipina en la membrana interna de las mitocondrias explica gran parte del daño causado por la LA. Usted tiene entre 40 y 100 cuatrillones de mitocondrias en las células de su cuerpo. Las cristae de la membrana interna de las mitocondrias contienen una grasa llamada cardiolipina,28 y su función depende del tipo de grasa que usted obtenga de su dieta.

La cardiolipina es importante porque influye en la estructura de las cristae del interior de las mitocondrias, que es la zona donde se produce la energía. Si la cardiolipina está dañada, los complejos no estarán lo suficientemente juntos como para formar supercomplejos y, por lo tanto, la producción de energía mitocondrial se verá afectada.

La cardiolipina también funciona como un sistema de alarma celular que activa la apoptosis (muerte celular) mediante la señalización de la caspasa-3 cuando algo va mal en la célula. Si la cardiolipina está dañada por el estrés oxidativo debido a un exceso de LA, no puede señalar a la caspasa-3 y, por tanto, no se produce la apoptosis.

Como resultado, se permite que las células disfuncionales sigan creciendo, las cuales pueden convertirse en células cancerosas. El tipo de grasa alimentaria que promueve la cardiolipina saludable es la grasa omega-3, y el tipo que la destruye es la omega-6, especialmente la LA.

La imagen inferior ilustra una mitocondria típica a la izquierda. La figura C muestra cómo los pliegues hacen que la cardiolipina proporcione la curva en las cristae mitocondriales. El plegamiento hace que los supercomplejos de la cadena de transporte de electrones se acerquen y transfieran electrones de forma más eficiente para producir ATP.


La buena noticia es que los cambios en la dieta pueden mejorar la composición de las grasas de la cardiolipina en cuestión de semanas, o incluso de días. Por lo tanto, aunque tardará años en reducir la carga corporal total de LA, es probable que note mejoras mucho antes.

El LA contribuye a las enfermedades cardíacas y al cáncer

Las enfermedades cardíacas y el cáncer son dos de las principales causas de muerte en el mundo occidental, y el LA contribuye de forma significativa a estas dos condiciones letales. Una de las primeras cosas que ocurre en la aterosclerosis, precursora de las enfermedades cardiacas, es que los macrófagos (un tipo de glóbulo blanco) se convierten en células espumosas, es decir, macrófagos rellenos de grasa y colesterol.

La placa aterosclerótica es básicamente macrófagos muertos y otros tipos de células cargadas de colesterol y grasa. Por eso se culpa de las cardiopatías a las grasas saturadas y al colesterol. Sin embargo, los investigadores han descubierto que para que se formen células espumosas, el LDL (colesterol de lipoproteínas de baja densidad) debe oxidarse, y eso es precisamente lo que hacen los aceites de semillas.

Los aceites de semillas provocan la oxidación de las LDL, formando así células espumosas. Así pues, el LDL en sí mismo no inicia la aterosclerosis. La susceptibilidad de las LDL a este proceso oxidativo está controlada por el contenido de LA de la dieta. El exceso de PUFA también hace que las membranas celulares sean más frágiles, permitiendo que se dañen fácilmente por oxidación.29,30

Los aceites de semillas también contribuyen en gran medida al cáncer. De hecho, una forma segura de inducir el cáncer en muchos modelos animales es alimentarlos con aceites de semillas. Los animales suelen desarrollar cáncer una vez que el LA de su dieta alcanza entre el 4% y el 10% de su ingesta energética.

Y, como se ha mencionado, la mayoría de los estadounidenses obtienen aproximadamente el 25% de sus calorías diarias totales de los aceites de semillas, por lo que estamos muy por encima del umbral de seguridad para estas grasas - al menos basado en el trabajo de laboratorio en animales. Recuerde que nuestros antepasados normalmente obtenían menos del 2% de sus calorías en forma de omega-6.

Incluso hay pruebas que demuestran que eliminar los aceites de semillas de la dieta reducirá drásticamente el riesgo de quemaduras solares y el riesgo de cáncer de piel,31,32,33 ya que la susceptibilidad a los daños de la radiación UV está controlada por la cantidad de LA en la dieta.34,35

Qué alimentos evitar y cómo

Las principales fuentes de LA son los aceites de semillas utilizados en la cocina, los alimentos procesados y los alimentos de restaurante elaborados con aceites de semillas, los condimentos, las semillas y los frutos secos, la mayoría de los aceites de oliva y de aguacate (debido a la alta prevalencia de adulteración con aceites de semillas más baratos) y los alimentos de origen animal criados con cereales, como el pollo y el cerdo convencionales.

Lo ideal sería reducir el LA por debajo de 7 gramos al día, que se aproxima a lo que consumían nuestros antepasados. Si no está seguro de la cantidad que está ingiriendo, introduzca su ingesta de alimentos en Cronometer -un rastreador de nutrición en línea gratuito- y éste le proporcionará su ingesta total de LA.

Cronometer le dirá la cantidad de omega-6 que está obteniendo de sus alimentos hasta la décima parte de un gramo, y puede asumir que el 90% es LA. Todo lo que supere los 10 gramos de LA puede causar problemas. Los sustitutos saludables de las grasas incluyen el sebo, la mantequilla o el ghee, todos ellos excelentes para cocinar.

La tabla siguiente proporciona una lista bastante completa de los aceites más consumidos y su contenido aproximado de LA.36,37,38 En general, las grasas con menor contenido de LA -mantequilla y sebo de vacuno- serían las grasas de elección. Estas excelentes grasas para cocinar no sólo son las más bajas en LA, sino que también aportan las vitaminas liposolubles A, D y K2. El aceite de coco también es muy bajo en LA, pero no aporta las importantes vitaminas liposolubles que contienen la manteca y la mantequilla.



La gran mayoría de los aceites de oliva y aguacate están adulterados

La mayoría de las personas introducidas en el tema de la toxicidad del omega-6 tienen preguntas sobre el aceite de oliva y el aceite de aguacate. El consumo de aceite de oliva se ha multiplicado por más de 10 en los EE.UU. en los últimos 35 años.39 Las aceitunas y el aceite de oliva son bien conocidos por sus muchos beneficios para la salud, especialmente para el corazón, pero el uso de aceite de oliva adulterado no le hará ningún favor a su salud.

Las pruebas han revelado que entre el 60% y el 90% de los aceites de oliva que se venden en los supermercados y restaurantes estadounidenses están adulterados con aceites vegetales baratos, oxidados y con omega 6, como el aceite de girasol o el de cacahuete, o con aceites de oliva de calidad no alimentaria, que son perjudiciales para la salud de muchas maneras.40

Incluso en el caso del aceite de oliva "extra virgen", se añaden aceites de semillas baratos que no figuran en la etiqueta, y la mayoría de la gente no es capaz de discernir que su aceite de oliva no es 100% puro. Lo más probable es que lleve tanto tiempo consumiendo aceite de oliva de mala calidad -o que nunca haya probado un aceite de oliva puro y de alta calidad- que ni siquiera se dé cuenta de que hay algo que no está bien en él.

Lo mismo ocurre con el aceite de aguacate. Muchos creen que el aceite de aguacate es tan saludable como el aceite de oliva, pero simplemente no es así. Un estudio realizado en 2020 demostró que el 82% del aceite de aguacate está adulterado, mal etiquetado o es de mala calidad.41

En general, la gente cree que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. vigila y regula el fraude alimentario, pero no es así. Su principal cometido es asegurarse de que la etiqueta de los ingredientes es correcta y hacer un seguimiento de los brotes de enfermedades relacionadas con los alimentos.

La FDA hace poco por impedir que se vendan alimentos adulterados ilegalmente. Esto hace que discernir la calidad sea una tarea difícil, y a menos que de alguna manera pueda asegurarse de que está obteniendo aceite de oliva y/o aceite de aguacate 100% puros y no adulterados, es mejor que los evite por completo.

No se exceda con los frutos secos y las semillas

La mayoría de las personas interesadas en la salud creen que los frutos secos y las semillas son alimentos básicos "cardiosaludables".42 Sin embargo, como puede ver en la tabla siguiente, la mayoría de los frutos secos y semillas tienen un contenido excesivo de LA. Por ejemplo, el 50% de la grasa de las pacanas es LA.43 La única excepción son las nueces de macadamia.

Por lo tanto, aunque los frutos secos y las semillas no suelen estar procesados y son el mejor tipo de grasas omega-6 para consumir, contribuirán al contenido de LA de su dieta, y una vez que alcance los 5 gramos de LA al día, los dobles enlaces perecederos comenzarán a oxidarse y a generar peligrosos radicales libres que provocan problemas de salud.

Por lo tanto, los frutos secos y las semillas deben reducirse considerablemente o incluso eliminarse si se desea reducir el LA. Como ya se ha mencionado, la excepción a esta regla es la macadamia. Dado que sólo el 2% de su grasa es LA, puede consumir de 10 a 30 al día sin aumentar significativamente su nivel de LA.



LA en alimentos de origen animal

Aunque los aceites de semillas son una fuente primaria de LA, algunos alimentos de origen animal de los que quizá no sospeche también están cargados de esta grasa perjudicial. Los animales rumiantes como vacas, búfalos, ovejas, corderos, cabras, ciervos, alces y muchos otros animales de caza tienen un bajo contenido de LA en su leche y carne, independientemente de lo que coman, gracias a que tienen múltiples estómagos con bacterias que pueden convertir la grasa con alto contenido de LA que ingieren en grasas saturadas y monoinsaturadas.

En cambio, los animales con un solo estómago, como los pollos y los cerdos, no pueden realizar esta conversión. Por lo tanto, cuando se les alimenta con maíz y soja, que tienen un alto contenido en LA, su carne y sus huevos también tendrán un alto contenido en LA.44 La mayoría de los pollos y cerdos tienen más de un 25% de LA. Sin embargo, los huevos de gallina son aceptables, ya que cada huevo tiene menos de 1 gramo de LA, y eso suponiendo que se alimenten con piensos comerciales con alto contenido en LA.

Curiosamente, la diferencia de LA entre los rumiantes alimentados al 100% con pasto y los alimentados con maíz y soja es de sólo un 0,5%, por lo que, desde el punto de vista del LA, no hay mucha diferencia entre la carne de vacuno convencional y la alimentada exclusivamente con pasto. Dicho esto, la carne de vacuno alimentada con hierba sigue siendo preferible, ya que suele contener menos glifosato y hormonas.

Así que, en resumen, su mejor opción es obtener la mayor parte de su proteína animal de los rumiantes y evitar o limitar todo el pollo y el cerdo. Mis carnes favoritas son el bisonte y el cordero, pero cualquiera de las enumeradas arriba funcionará. Lo ideal es que sea orgánica y que los animales no sean alimentados con comida contaminada con glifosato u otros pesticidas.

LA en pescados y mariscos

Lo ideal sería obtener los omega-3 de pescados y mariscos sanos. Sin embargo, no todos los productos del mar contienen omega-3. Sólo los pescados grasos de agua fría los contienen. Algunos ejemplos son el salmón salvaje de Alaska, las sardinas, las anchoas, la caballa y el arenque.

El pescado de piscifactoría, especialmente el salmón de piscifactoría, es mejor evitarlo por completo debido al exagerado potencial de contaminación. A primera vista, el pescado de piscifactoría puede parecer una buena idea para ayudar a proteger a las poblaciones de especies marinas salvajes de la sobrepesca, pero en realidad, la industria está plagada de muchos de los mismos problemas que rodean a las operaciones concentradas de alimentación animal en tierra (CAFO, por sus siglas en inglés), como la contaminación, las enfermedades, la toxicidad y una calidad nutricional inferior.

La mayoría de los peces de piscifactoría son alimentados con maíz y soja transgénicos, que constituyen una dieta totalmente antinatural para la vida marina y están cargados de grasas omega-6 peligrosas. Otros son alimentados con harina de pescado, que se sabe que acumula sustancias químicas industriales como PCB y dioxinas.

Desde una perspectiva nutricional, el salmón de piscifactoría también tiene los inconvenientes de contener sólo la mitad de omega-3 que el salmón salvaje,45,46,47 y una cuarta parte de vitamina D,48 mientras que tiene más de 5,5 veces la cantidad de omega-6.49,50 El salmón de piscifactoría también está expuesto rutinariamente a antibióticos y pesticidas.

La carnosina puede ayudar a reducir el daño oxidativo inducido por el LA

Mientras que su cuerpo eliminará lentamente el LA almacenado con el tiempo, siempre y cuando usted reduzca su consumo, un suplemento peptídico llamado carnosina puede ayudar a reducir el daño oxidativo causado por el LA mientras su cuerpo se limpia.

La carnosina es un dipéptido que produce el cuerpo y que consiste en dos aminoácidos, beta-alanina e histidina. Sirve como un sumidero de sacrificio para las especies reactivas del oxígeno (ROS) y los ALE, lo que significa que deja que estas moléculas tan dañinas lo destruyan a él en lugar de a las mitocondrias, el ADN o las proteínas, como se muestra en la siguiente imagen.



La carnosina se encuentra en las carnes y se sabe que el consumo de proteínas animales aumenta eficazmente los niveles de carnosina.51 No se encuentra en ningún alimento vegetal. Como alternativa, puede utilizar un suplemento. En este caso, la beta-alanina es una opción superior, ya que es el aminoácido que limita la tasa de formación de carnosina y aumenta los niveles de carnosina de forma más eficaz. Además, es mucho más barata que la carnosina.

Resumen

Hágase un favor a usted mismo y a su familia y emprenda hoy mismo el viaje de eliminar todos los aceites de semillas de su dieta para prevenir prácticamente todas las enfermedades crónicas degenerativas. Esto significa evitar todos los aceites de semillas, e incluso los aceites de frutas como el aceite de oliva y los aceites de aguacate, ya que con frecuencia están adulterados con aceites de semillas baratos.

Cocine con ghee, mantequilla o manteca de vacuno, y evite todos los alimentos procesados, ya que suelen estar cargados de aceites de semillas. Evite también comer en restaurantes, ya que casi todos utilizan grandes cantidades de aceites de semillas para cocinar y añadir a sus salsas y aliños. Por último, evite el pollo y el cerdo, y limítese al bisonte y al cordero como principales fuentes de carne.

Fuentes y referencias

















































Dr. Joseph Mercola
lun, 08 mayo 2023 04:50 UTC


Traducido por el equipo de SOTT.net
https://es.sott.net/article/88048-Acido-linoleico-el-ingrediente-mas-destructivo-en-la-dieta

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