viernes, 31 de enero de 2014

Catalunya vacuna a embarazadas contra la tosferina con una vacuna en entredicho

Hace unos días una lectora catalana me escribió para preguntarme sobre cómo es posible que el Gobierno de Catalunya quiera vacunar a las mujeres embarazadas de latosferina. La Agencia de Salud Pública de Catalunya (Aspcat) ha anunciado que iniciará la vacunación sistemática de las embarazadas contra la tos ferina, ante el repunte detectado de la enfermedad en los últimos años. Pero esta enfermedad “repunta” por la baja eficacia de la vacuna.

La tosferina “rebrota” en el mundo y en España por la fragilidad de la cobertura que ofrece la vacuna ad hocy sus reacciones adversas (leed Diez bebés muertos por tosferina en el Reino Unido).

La tosferina vuelve no por efecto de los “antivacunas” (como suele decirse) sino por defectos y debilidades de la vacuna y por no considerar los cambios necesarios para adaptarla a la dinámica de la infección-vacunación-infección (los gérmenes evolucionan para superar el impacto de la vacuna y elsistema inmunitario humano también cambia).


La estrategia vacunal no debería ser “una y para siempre”, como explica elmédico Juan Gérvas en un citado artículo del Equipo Cesca.

La tosferina “rebrota” y termina afectando más a los más pequeños, a los recién nacidos. Pues bien, ante los fallos de la vacuna de la tosferina no se ha encontrado mejor solución que revacunar a la embarazada contra la tosferina “por el bien de su futuro hijo”. Es decir, no se remedia el problema (baja calidad de la vacuna de la tosferina, estrategia vacunal sin sentido) sino que se aplica el remedio fácil “aprovechando que la mujer está embarazada”.

Así se va a hacer en Cataluña, entre las semanas 27 y 36. Para complicar más el asunto, no se hará con la vacuna contra la tosferina, sino con una vacuna que lleva tres: difteria, tétanos y tosferina. Es lo que se ofrece, una triple vacuna para evitar una enfermedad en un tercero; la solución fácil, con un componente de “falsa ética” para que la mujer embarazada “entienda” que es por el bien de su futuro hijo.

El Grupo Médico por la Reflexión sobre Vacunas (GMRV, una organización de profesionales sanitarios a favor del derecho a elegir qué vacunas ponernos) ha elaborado a propósito de la noticia del Gobern un informe impactante, directo, muy crítico con la vacuna de la tosferina. En él destacan que:

Se utiliza minoritariamente en España desde 1956 y de manera masiva a partir de 1965. Su eficacia que no superaba el 36% desde el inicio, con una protección inferior a los dos años, vigilada por sus efectos adversos gravesy dudosa incluso por la baja de protección fue siempre puesta en tela de juicio entre los vacunalistas de la época.

Se observa desde hace tiempo que la mayor parte de la población que sufre tosferina ha sido anteriormente vacunada. La vacuna que se utiliza a partir de 1996, con una eficacia inferior al 36%, tampoco ha podido acallar las dudas inicialmente creadas tras los estudios realizados 20 años después y de ser presentada. Se sabe ahora años después de utilizar la vacuna tosferina entera que ésta llevaba substancias innecesarias y tóxicas para el organismo“.

En opinión de Gérvas, con las otras dos vacunas incluidas en esta triple que se ofrece en Catalunya, “hemos tardado más de 20 años en adoptar la pauta anti-tetánica lógica, de vacunar en infancia-adolescencia y no revacunar nunca más hasta los 65 años, única y última dosis de recuerdo; con ello se evitan los efectos adversos de la re-vacunación contra el tétanos“. Parece que no hemos aprendido mucho.

Un dato para criticar la conveniencia de esta vacuna, según el citado GMRV:

Actualmente desde finales de la década de los 80 en Cataluña no ha fallecido ninguna persona afectada por la tosferina“.

Como todo medicamento, especialmente los biológicos, las vacunas ofrecen reacciones adversas que se describen en las Fichas Técnicas. Podéis consultar la de Pentavac, vacuna que incluye tosferina fabricada por el laboratorio Sanofi Pasteur Merck, Sharp & Dohme (MSD), el mismo que produce la del papiloma.

Es de esperar que comuniquen todo esto a las mujeres embarazadas y que se pida su “consentimiento informado” (y no “puramente firmado”). La Agencia de Salud Pública de Cataluña, si persigue la mejor salud de la población catalana, ha de evitar la “solución vacunal” para los problemas creados por una vacuna fallida.

La mujer parece convertirse en propiedad pública en cuanto se embaraza, como si se convirtiese en un puro vientre reproductor por ser portadora de un embrión-feto. Es lógico que la mujer embarazada se cuide y que disfrute de esa fase tan especial de su vida. Hay que “apoyarla” sin “oprimirla”.

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