jueves, 14 de agosto de 2014

Los plaguicidas rociados en parques y jardines relacionados con el cáncer


GREENWICH VILLAGE – Uno de los herbicidas utilizado por los Departamentos de Parques y Jardines en los espacios verdes de las ciudades puede estar relacionado con la aparición delinfoma no Hodgkin y con cáncer de mama, según los estudios científicos recientemente publicados, lo que ha generado preocupación por la situación de riesgo en que también se pone a los niños.

Se ha generalizado el uso del herbicida Roundup ( cuyo ingrediente activo es el glifosato) para matar las malas hierbas que crecen en los parques infantiles, y se suele colocar una advertencia de que no se utilice en las 24 horas posteriores a la pulvericación del producto.

“Con el fin de mantener a raya a las ratas debemos usar Roundup en los parques infantiles y en los zonas verdes públicas”, dijo un portavoz del Departamento de Parques, Phil Abramson. “No lo utilizamos en los patios escolares, pero sí en las zonas poco utilizadas de los patios exteriores, precisamente porque en esas malezas que se encuentran cerca de los parques infantiles se esconden las ratas”.

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Los expertos creen que esto supone un riesgo para los niños. El pasado mes de abril la Revista Internacional de Investigación del Medio Ambiente y Salud Pública publicó un estudio en el que se relaciona el ingrediente activo de Roundup, el glifosato, con la aparición del linfoma.

El Dr. Philip Landrigan, profesor de pediatría en el Hospital Monte Sinaí, afirmó que se trata de un estudio muy acreditado y cree que se debe tener en cuenta para el uso de esta sustancia química en las ciudades.

“Los trabajadores son los que presentan un mayor riesgo de exposición a estas sustancias químicas ya que se realiza día tras día”, dijo Landrigan. “Pero los niños son el segundo grupo de mayor riesgo, porque por sus patrones de juego son los que ponen en mayor contacto con los productos químicos. La exposición a cualquier cantidad de un carcinógeno químico supone un peligro, y si es de forma constante, el riesgo es mayor”.

También es motivo de preocupación por otro estudio publicado el año pasado y que plantea interrogantes sobre el efecto potencial del glifosato en las hormonas, lo que se relaciona con el cáncer de mama, dijo el toxicólogo Gary Ginsberg, autor del libro Qué es tóxico y cuál no.

Ginsberg cree que los carteles de advertencia de que se ha rociado Roundup deben mantenerse durante al menos 72 horas después de la fumigación, y no sólo las 24 horas actuales.

Pero Abramson dijo que en la ciudad se están tomando las suficientes precauciones mediante la colocación de carteles de precaución durante las 24 horas posteriores al rociado, porque “de acuerdo con la información del producto, es inerte a las 24 horas y se considera ya inofensivo en ese momento”.

El fabricante de Roundup, Monsanto, también defiende la seguridad de su producto:

“Los estudios toxicológicos exhaustivos realizados durante los últimos 40 años han demostrado una y otra vez que el glifosato… no causa cáncer, ni tiene efectos mutagénicos, ni afecta al sistema nervioso, ni tiene efectos sobre el sistema inmunológico, ni produce alteraciones endocrinas, ni defectos de nacimientos o problemas reproductivos”, dijo la portavoz de la Compañía, Charla Lord.


Del estudio sobre la relación de Roundup con el linfoma añadió: “Son afirmaciones hipotéticas no apoyadas por las evidencias de que disponemos”.

Las ciudades deciden qué productos químicos son seguros en su uso en base a la lista de las Agencias de Protección Ambiental, como la de Estados Unidos, que publica la relación de productos químicos que son posibles carcinógenos.

La Agencia de Protección Ambiental actualmente clasifica al glifosato como un no-cancerígeno, pero está revisando los últimos estudios para actualizar la lista de productos químicos, algo que hace anualmente, dijeron las autoridades:

“Revisamos los datos utilizando un marco de revisión por pares para establecer los vínculos entre el uso de los pesticidas y los efectos ambientales. Muchos de los estudios que muestran una correlación en realidad no establecen una relación causa-efecto, y la causa sigue siendo desconocida”.

Independientemente de la clasificación de la EPA, Ginsberg cuestiona el rociado de pesticidas en los campos de juego y parques, ya que los pesticidas pueden derivan hacia las áreas circundantes.

Los niños son los que particularmente tienen mayores riesgos, ya que ponen las manos en la hierba y luego se las llevan a la boca, lo que puede dar lugar a una exposición sustancial, dijo Ginsberg, profesor de la Universidad de Yale y de la Universidad de Connecticut.

“Los padres siempre deben lavar con frecuencia las manos de los niños, sobre todo antes de comer. Es buena idea utilizar un desinfectante en las manos después de haber ido al parque con los niños”,aconsejó Ginsberg.

Eso también es lo que piensa Michael Boskett, de 53 años de edad, que lleva a su hija Bianca de 2 años de edad:

“Lavamos las manos de nuestros hijos y, por supuesto, no les dejamos llevarse a la boca cualquier cosa que encuentren”, dijo Boskett mientras se encontraba en el parque infantil, donde un cartel apenas visible advertía de la aplicación en el parque de un rodenticida.

Algunos padres que se encontraban en el parque dijeron con los carteles de advertencia debían de ser mayores o que los Departamentos de Parques y Jardines debían dar mayor publicidad cuando utilizan los productos químicos, Pero muchos señalaron que es difícil que la experiencia en un parque de las ciudades sea verdaderamente sana:

“Si usted tratase de proteger a sus hijos de todo, entonces nunca se divertirían”, dijo Boskett.
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