martes, 23 de diciembre de 2014

Telepatia en la Vida Cotidiana

La comunicación telepática parece haber sido muy común entre los llamados pueblos primitivos, utilizándose como medio de comunicación por los chamanes de algunas culturas, según indican numerosos testimonios. Pero sólo con la llegada del magnetismo, del espiritismo y de la investigación psíquica, comienza a observarse metódicamente la llamada sugestión mental que, a mediados del siglo XIX, ya es conocida popularmente como transmisión de pensamiento.

Para presentarlo como un fenómeno científicamente aceptable, diferenciándolo de la falsa lectura del pensamiento practicada por algunos ilusionistas, Frederick Myers, uno de los fundadores de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas (SPR), acuña el término telepatía. Ateniéndonos a su etimología griega, significaría algo que el psiquismo siente o experimenta (pathos) a distancia (tele); pero Myers la define como «la comunicación de cualquier clase de impresiones de una mente a otra, independientemente del canal de los sentidos».

Desde entonces se han realizado decenas de miles de pruebas, en numerosos laboratorios de todo el mundo y siguiendo diseños muy diversos, cuyo simple meta-análisis estadístico demuestra que la comunicación telepática ocasional es un fenómeno real y científicamente demostrado. Nos limitaremos a resumir aquí algunas de las más recientes y que hacen referencia más directa a nuestra vida diaria.

¿QUIÉN LLAMA POR TELÉFONO?

Un debate sobre la telepatía, celebrado en enero de 2004, en la Royal Society of Arts londinense, sintetiza el estado actual de la situación y algunos avances en este campo. Durante el mismo confrontan posiciones sus dos verdaderos pesos pesados.

El profesor Lewis Wolpert, biólogo de la Universidad de Londres y uno de los más conocidos portavoces de la ciencia establecida, argumenta que la telepatía es «ciencia patológica», basada en efectos débiles y no repetibles, apoyados en teorías fantásticas y en una respuesta estereotipada a las críticas; y afirma que no hay evidencias persuasivas de su existencia.

Para éste, «una mente abierta es algo muy malo, pues se enfrenta a todo». Y no soy yo quien extrae de su poco convincente discurso esta inmovilista aseveración, sino la conservadora revista científica Nature, cuya actitud hacia la parapsicología no es precisamente positiva, pero que se ve forzada a reconocer que «pocos miembros de la audiencia parecen inclinarse por los argumentos de Wolpert» y la mayoría le acusa de «no conocer la evidencia» y de «no ser científico».

Frente a él, el bioquímico de Cambridge Rupert Sheldrake presenta toda una serie de sólidos argumentos a favor de la telepatía, basados en sus numerosas investigaciones, que durante la última década han planteado un sólido desafío a la ciencia. He aquí algunos de los más interesantes:
Mucha gente dice saber en ocasiones quien va a llamarle por teléfono o de quién va a recibir un e-mail. Para comprobar si se trata de una experiencia tan frecuente como parece, los colaboradores de este biólogo realizan dos encuestas telefónicas en Londres y Bury (Gran Bretaña), y una tercera en Santa Cruz (California). Los resultados indican que la mitad de los entrevistados en ambas poblaciones inglesas aseguran haber sentido que una persona va a telefonearles justo antes de que lo haga (y el 47% de los californianos).

De los entrevistados en Bury, un 66% (un 78% de los californianos) dicen haber llamado a alguien que en ese momento está pensando en telefonearles, y un 45% (68% en California) han estado pensando en alguien que no ven hace tiempo y recibido una llamada suya ese mismo día. En las tres localidades hay mayor porcentaje de mujeres que de hombres entre quienes responden positivamente a estas preguntas.

Fuente: Año/Cero

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