miércoles, 30 de septiembre de 2015

En qué fijarse al elegir unas zapatillas de «running»

Las lesiones avisan, no aparecen súbitamente, por ello es importante consultar a la mínima molestia con el especialistaIndependientemente del diseño y los materiales empleados, el calzado debe adaptarse siempre a la morfología del pie

ABC


La fiebre del «running» continúa. Salir a correr está de moda y es una forma de ejercitarse que puede resultar atractiva por lo aparentemente sencillo que parece convertirse en un «runner» profesional, pero los expertos recuerdan que a la hora de salir a correr no todo vale.Hablamos con los directores de Avanfi, Manuel Villanueva y Álvaro Iborra, que además de ser especialistas en traumatología, fisioterapia y podología deportiva, son maratonianos, y por ello entienden, más si cabe, las necesidades de todos aquellos que se inician en esta actividad deportiva. 

Los expertos inciden en la importancia de hacerse un chequeo médico si se tiene más de 40 años y nunca se ha corrido, o si se tienen factores de riesgo como obesidad, hipertensión, arritmias, etc., además insisten en la importancia de ser consciente de que esta práctica deportiva requiere de un correcto calentamiento previo y de una progresión muy paulatina en el tiempo. Haber descansado lo suficiente antes de aventurarse a acelerar las pulsaciones a golpe de zancada es también importante para que la actividad no suponga un esfuerzo desmesurado, al igual que no recurrir a esta actividad como medida compensatoria por excesos cometidos con la comida.
Claves de un buen calzado para correr

Debido al furor que despierta este deporte muchas marcas han aprovechado el tirón para brindar una amplísima oferta de modelos de zapatillas para correr. Las opciones son múltiples en cuanto a materiales que, buscan amortiguar, estabilizar e incluso favorecer la propulsión con modelos que difieren en función de factores como el tipo de pisada, el peso del corredor o el estilo de carrera,etc. Demasiadas opciones que hacen fácil dejarse seducir por el diseño que mejor se ajuste al «look» deportivo. Por ello, los expertos establecen los requisitos en los que debemos fijarnos a la hora de elegir una zapatilla y que se establecen a partir de tres zonas del pie: retropié, mediopié y antepié.

En el retropié o zona del talón, existen cuatro partes fundamentales, siendo el contrafuerte un elemento imprescindible para dar estabilidad al pie, cuando choca contra el suelo en el apoyo inicial de la carrera, evitando que supine o prone descontrolademente, pudiendo provocar por ejemplo, una tendinitis aquílea.

La segunda parte se sitúa en la suela, donde debe existir un sistema de amortiguación del talón. Dependiendo del peso del deportista y el estilo de la carrera deberá tener más o menos amortiguación. Un error común es pensar que cuanta más amortiguación es mejor la zapatilla, por ello hay que extrapolar y tomar como referencia el caso de los coches; si un coche tiene la amortiguación muy blanda pierde estabilidad, de igual manera, por tanto, ocurre con una zapatilla deportiva.

Otra de las zonas del retropié es el collar o cuello de la zapatilla, que es por donde entra el pie en la zapatilla, y debe quedar por debajo de los huesos del tobillo (maléolos).

En el mediopié o zona central del pie, se encuentra la lengüeta, de suma importancia para evitar que se deslice hacia delante dentro de la zapatilla, produciendo ampollas y lesiones en los dedos por el choque de éstos contra la puntera. Es el caso de las uñas encarnadas y hematomas en las misma. La función de la lengüeta se potencia con los cordones, y a su vez ésta protegerá el empeine de la presión de los mismos.

En la parte de la suela se pueden encontrar materiales de alta densidad para controlar la pronación, denominándose zapatilla con control de pronación. Si no existe este material la zapatilla se clasifica como neutra. La recomendación para utilizar una zapatilla con control de pronación será principalmente para el deportista que tenga un exceso de pronación, lo que se denomina hiperpronación, pero en ningún momento se aconsejara controlar la pronación fisiológica, ya que es un sistema natural del pie para amortiguar el peso del cuerpo.

En la zona del antepie, la zapatilla debe de adaptarse al ancho del pie y longitud de los dedos, evitando que se produzcan lesiones como la uña encarnada o neuroma de Morton. En esta región a nivel de la suela se aconsejara que la zapatilla tenga un sistema de amortiguación y propulsión, evitando la metatarsalgia y ayudando al despegue del pie en la carrera. Una mala elección de la suela puede provocar una pérdida de agarre y por lo tanto de tracción y potencia para avanzar en la carrera.
Si se elige mal pueden aparecer lesiones

Las tendinopatías, generalmente del tendón de Aquiles, la cintilla iliotibial, la fascitis plantar y las lesiones musculares son las más frecuentes y que aparecen como consecuencia de la elección de un calzado inapropiado para correr. Muchas de estas lesiones, en corredores que van ganando en resistencia y tiempo, avisan, no aparecen súbitamente y empiezan con una molestia que va intensificándose con el paso del tiempo, algo que provoca en muchos casos que los corredores pospongan el acudir al especialista. Es importante consultar tan pronto se note molestia, para determinar cuanto antes el origen del problema.

SONIA SÁNCHEZsnchez_sonia / MADRID
DÍA 29/09/2015 - 10.37H
http://www.abc.es/salud/saber-moverse/20150926/abci-zapatillas-running-lesiones-201509251617.html

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