domingo, 31 de octubre de 2021

Lo que tu madre nunca te Dijo


LO QUE TU MADRE NUNCA TE DIJO


Solemos pensar que la vida es fácil, que no hay mayor complicación que los estudios, pero hasta que no formamos nuestras propias familias, no tomamos consciencia de todo lo que nuestros padres han hecho por nosotros.

En especial nuestras madres ya que ellas fueron las que nos llevaron dentro, nos dieron la vida y desde entonces cuidaron de nosotros, algo que de pequeños considerábamos que era su obligación.

Sin embargo, ahora que ya somos adultos abrimos los ojos y nos damos cuenta de que nuestras madres siempre se callaron nuestros desaires, jamás nos culparon de haber perdido su figura o de todas las desveladas que las hicimos pasar.

10 cosas que tu madre nunca te dijo

1. La hiciste llorar mucho

Lloró desde el primer momento en que se enteró que estaba embarazada. Lloró a la hora del parto, lloró cuando te vio por primera vez y te cargó entre sus brazos, Tu mamá lloró de alegría, lloró de miedo, lloró de tristeza, lloró de preocupación.

Mamá llora porque ella se siente profundamente unida a ti. Siente tu dolor y tu alegría como propios, comparte todas tus emociones, aunque algunas veces no te des cuenta.

2. Sintió dolor

Desde antes de nacer, cuando le dabas pataditas en las costillas desde su vientre, sintió dolor. Cada vez que ella te alimentaba y la mordías, sintió dolor. Cuando le jalabas del cabello de igual modo cuando le clavabas esas uñas que no te dejabas cortar, también sintió dolor.

3. Ella si quería ese último pedazo de pastel

Claro que ella quería ese último pedazo de pastel, pero cuando vio que tú lo mirabas, no pudo tomarlo. Sabía que la haría más feliz ver tu barriguita llena que llenar la suya.

4. Tuvo mucho miedo

Ella supo lo que era temor contigo. Desde el momento en que supo que estaba embarazada, sintió alegría, pero también miedo. Cuando naciste, le asustaba que alguien te cogiera en brazos y cuando comenzaste a dar los primeros pasos, le preocupaba que te cayeras y te hicieras daño. Siempre se preocupó por ti, en cualquier mal sueño o fiebre de medianoche.

Se desveló tantas noches para asegurar que llegaras a casa a salvo y se despertó temprano para ayudarte a tener todo listo para la escuela. En cada resbalón, en cada caída, ella estuvo ahí, siempre lista. Ella siempre preocupada por ti, porque estuvieras bien y no te haga falta nada,

5. Sabe que no es perfecta

Ella sabe que es imperfecta, y es su peor crítica. Y con el pasar de los años aprendió a conocerse, darse cuenta de sus fortalezas y también de sus debilidades, y se odió por ello, porque ella quiere ser perfecta para ti, pero es humana y también comete errores. Probablemente siga buscando cómo perdonarse. Ten en cuenta que hizo lo mejor que pudo.

6. Velaba tus sueños

Después de que te quedabas dormido, ella se quedaba unos minutos más a tu lado mirando tu rostro mientras experimentaba el amor más puro y grande que jamás haya sentido. Daba igual que estuviera cansada y que no hubiera dormido durante días, mirar tu rostro dormido era lo único que necesitaba en esos momentos.

7. Te cargó más de 9 meses

Después de nacer, ella siguió cobijándote en sus brazos mientras te alimentaba, mientras ella comía o limpiaba, cuando te dormías o por el simple hecho de abrazarte y darte protección. Te abrazó, mimó y te dio besos al jugar contigo, porque en sus brazos te sentías seguro y ella era feliz teniéndote cerca. No le importaba el dolor de espalda o el cansancio de sus brazos, te cargó mucho más que nueve meses.

8. Cuando tú te sentías triste, su corazón se partía

No existe sonido más triste, ni visión más dolorosa que la de las lágrimas sobre tus mejillas. Ella intentaba calmar tu llanto y cuando no lo conseguía se le rompía el corazón.

9. Siempre has sido su prioridad

Siempre priorizaba tus necesidades a las de ella. Pasaba todo el día cuidando de ti y al final del día estaba tan cansada que ya no tenía ganas de hacer nada. En más de una oportunidad se quedó sin comer, sin dormir o sin ducharse, y aunque ya no le quedaban energías, al día siguiente se levantaba y lo volvía hacer.

10. Haría todo de nuevo por ti

Ser madre es uno de los trabajos más difíciles. Cuando te conviertes en madre lloras, ríes, aprendes, vives momentos inolvidables, te equivocas e intentas siempre mejorar. Sin embargo, no cambiarías nada de lo vivido. Las alegrías y la felicidad que te aportan es algo inexplicable, por eso, a pesar de todo, tu madre volvería hacerlo de nuevo, porque tú vales la pena.

La próxima vez que vez a tu madre dale las gracias, jamás se cansará de escucharlo. Un te amo de tu boca jamás estará de sobra en los oídos de tu madre.

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