martes, 28 de marzo de 2017

La acertada enseñanza de los “tres monos sabios” que te hará reflexionar

Si combinamos la enseñanza de los tres monos sabios con los filtros de Sócrates aprenderemos a ser valorar en su justa medida cada cosa que decimos, oímos o vemos

La clásica historia de los “tres monos sabios” del santuario de Toshogu encierrauna sencilla enseñanza que nunca pasa de moda: debemos ser cuidadosos con lo que decimos, con aquello que escuchamos y también con lo que vemos.

Este santuario se encuentra en Japón, y la escultura que lo encumbra con los tres clásicos monos (uno tapándose la boca, otros los ojos y el último los oídos) data del 1636.



Pocas imágenes han traspasado tantas fronteras y tantas décadas para llegar hasta nosotros casi a modo de icono.

Y. como siempre ocurre con estas cosas, a menudo, se olvida un poco su significado para combinarse con otras ideas o explicaciones que poco tienen que ver con su raíz original.

Para los japoneses, por ejemplo, hace referencia a un código filosófico y de conducta donde ensalzar la necesidad de ser prudentes:

“No veas lo malvado, no escuches lo malvado, no hables con maldad”

Una enseñanza que proviene de las escrituras de Confucio y que, para muchos, ofrece cierta imagen de “rendición”.

Sin embargo, los historiadores ven en la imagen de los tres monos un paralelismo con el relato de los “tres filtros de Sócrates”.

Así, sin duda, nos trasmite un mensaje mucho más útil para nuestra vida moderna, alejada quizá del antiguo servilismo oriental donde se invitaba a la población a rendirse ante el sistema bajo la recomendación de no ver ni oír las injusticias.

Te proponemos reflexionar sobre estas enseñanzas.

Los 3 filtros de Sócrates

Para entender la similitud entre los 3 monos sabios y los 3 filtros de Sócrates, es interesante conocer primero la lección que el sabio ateniense quiso darle a un discípulo suyo cuando este llegó a su casa dispuesto a explicarle que alguien había estado criticándolo.

Antes de que el nervioso alumno abriese la boca, Sócrates le planteó estas trespreguntas, estos tres “filtros” en los que debía reflexionar antes de dirigirse a él.

Filtro de verdad: Lo que vas a decir ¿es realmente cierto? ¿Has contrastado con acierto, detenimiento y mesura cada cosa que vas a decirme para saber que todo es cierto?

El filtro de la bondad: ¿Lo que vas a decirme ahora es bueno?

El filtro de la necesidad: ¿Lo que vas comunicarme es imprescindible? ¿Es tan necesario que me lo digas?

Estos tres filtros nos guían, sin duda, a ser mucho más prudentes, cautos y exigentes con cada cosa que decimos.

Esta enseñanza, para muchos se relaciona con la de los 3 monos sabios del santuario de Toshogu.


La enseñanza de los 3 monos sabios

El mono que se tapa la boca: Iwazaru

Iwazaru es el pequeño mono que tenemos a la izquierda.

Para la filosofía nipona, esta figura representa la necesidad de no trasmitir el mal, e incluso ahora se relaciona también con la recomendación de no poner en voz alta el propio malestar o insatisfacción.

La prudencia, se relaciona también con no evidenciar demasiado el propio mundo emocional, con ser templado y, ante todo, comedido.

Por su parte, según la enseñanza de los tres filtros de Sócrates, tiene mucho que ver con la necesidad de no propagar chismes.

Y es que estos, no son siempre ciertos, ni son buenos ni tienen una necesidad práctica a la hora de ponerlos en voz alta.

El mono que se tapa los oídos: Kikazaru

Kikazaru es el mono que está en el centro y a la derecha del que guarda silencio o que se tapa la boca.

En Japón, se suele ver de forma muy negativa a las personas que suelen difundir críticas, rumores o noticias negativas.


De ahí, que prefieran taparse los oídos ante determinado tipo de informaciones para preservar su equilibrio.

Esta idea, de raíces tradicionales, puede chocarnos un poco en el mundo occidental, donde las noticias negativas, así como los chismes y las críticas, sobrevuelan nuestros entornos como algo común y siempre presente.

Si aplicamos en esta idea los 3 filtros de Sócrates nos daremos cuenta de que hay algunos matices:
A veces, aunque la información sea negativa es necesario trasmitirla porque es información útil (yo te informo de que tus clientes no están contentos y de que debes esforzarte para afianzarlos).

Si la información no es útil y, además, es dañina, lo recomendable es seguir la lección del mono Kikazaru: taparnos la boca.

El mono que se tapa los ojos: Mizaru

Para el código filosófico y moral santai, la injusticia es mejor no verla, no escucharla ni hablar de ella. Esta idea, en la actualidad, no se sostiene; lo sabemos.

Sin embargo, si enfocamos la imagen de este tercer mono desde la visión socrática, nos damos cuenta de que es una invitación directa a cerrar los ojosante lo que no sirve, ante lo que no es útil, ni bueno…

Lo recomendable es cerrar los ojos a la oscuridad para alzar nuestras miradas hacia ese lado más luminoso, más esperanzador y significativo.

Para concluir, la enseñanza que nos deja la imagen de los 3 monos, esa donde uno calla, el otro se tapa los oídos y el otro se cubre los ojos, tiene que ver con nuestras propias necesidades y con la recomendación de ser siempre cautos y prudentes:

“Cuida tus palabras, tapa tus oídos hacia lo que no te sirve o no te ayuda y cubre tu mirada ante lo que te hace daño para buscar solo lo que te confiere felicidad”.

https://mejorconsalud.com/ensenanza-de-los-tres-monos-sabios/

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