Científicos de la Universidad de Ohio han encontrado el mejor desodorante para evitar la halitosis después de comernos unas deliciosas patatas alioli o un pollo al ajillo .
El ajo, una hortaliza muy presente en nuestra gastronomía, con la que la mayoría mantiene una relación de amor-odio.
Realza el sabor de cualquier plato, pero es peligroso en las relaciones sociales por el característico olor con el que perfuma nuestro aliento.
Realza el sabor de cualquier plato, pero es peligroso en las relaciones sociales por el característico olor con el que perfuma nuestro aliento.
Un sabor que tarda horas en desaparecer de nuestra boca incluso después de cepillarnos los dientes.
Pero, ahora, científicos de la Universidad de Ohio han encontrado el mejor desodorante para evitar la halitosis después de comernos unas deliciosas patatas alioli o un pollo al ajillo: la leche.
Pero, ahora, científicos de la Universidad de Ohio han encontrado el mejor desodorante para evitar la halitosis después de comernos unas deliciosas patatas alioli o un pollo al ajillo: la leche.
Los principales compuestos volátiles responsables del aliento a ajo son el mercaptano alilo, el disulfuro de dialilo, el metil mercaptano y sulfuro de metilo alílico.
Los tres primeros se encuentran en una alta concentración en la respiración inmediatamente después de la ingestión del ajo, mientras que el sulfuro de metilo alílico predomina en la respiración hasta tres horas después de comer ya que no se puede romper durante la digestión, por lo que se libera del cuerpo en la respiración y el sudor.
Aunque otros estudios han demostrado que frutas y verduras como las ciruelas pasas, la albahaca, la berenjena o los champiñones pueden enmascarar el aliento a ajo, la leche demostró ser más eficaz para neutralizar los compuestos volátiles responsables del olor.
En pruebas realizadas con dientes de ajo crudos y cocinados, la leche "redujo significativamente" las concentraciones de las sustancias químicas que dan al ajo su sabor y aroma de larga duración.
De acuerdo a los resultados del estudio, publicados en la edición de agosto de «Journal of Food Science», beber un vaso de 200 mililitros de leche puede reducir la presencia de metilo alílico en la respiración en un 50 por ciento.
Además durante las pruebas con voluntarios se comprobó que la leche entera proporciona mejores resultados que la desnatada, por lo que los investigadores creen que la grasa suprime las propiedades sulfurosas del ajo. Para optimizar las propiedades desodorantes, los científicos recomiendan beber la leche durante la comida y no después.
A muchos en España les va a costar cambiar el vasito de vino por el de leche en las comidas, pero todo sea por acabar con el mal aliento... Sus amigos y su pareja se lo agradecerán.
Cristina garrido ABC
Cristina garrido ABC
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