El dolor está presente en casi la totalidad de las patologías, por lo que los fármacos utilizados para paliarlo son muy utilizados.
Diferentes estudios señalan a éstos como uno de los subgrupos terapéuticos más consumidos y su consumo no para de incrementarse año tras año.
Diferentes estudios señalan a éstos como uno de los subgrupos terapéuticos más consumidos y su consumo no para de incrementarse año tras año.
Desde el punto de vista farmacológico, los analgésicos y antipiréticos comercializados en España se han venido clasificando tradicionalmente en: “derivados del ácido acetilsalicílico”, “pirazolonas”, “paracetamol y derivados” y “otros analgésicos y antipiréticos”.
De todos los analgésicos citados (dentro de este subgrupo no se incluyen los antiinflamatorios no esteroideos entre los que destaca el ibuprofeno que se tratará en un artículo a parte), unos pocos son los que suponen la mayor parte del consumo, en particular el paracetamol y, en menor medida, el metamizol.
El consumo de analgésicos se ha triplicado entre 1992 y 2006.
Este incremento se ha producido a expensas de la utilización de paracetamol, que ha pasado de representar el 50,9% de este subgrupo en 1992 a más del 75% en el año 2006.
El consumo de analgésicos se ha triplicado entre 1992 y 2006.
Este incremento se ha producido a expensas de la utilización de paracetamol, que ha pasado de representar el 50,9% de este subgrupo en 1992 a más del 75% en el año 2006.
¡Ojo! El paracetamol no es tan inocuo como pensamos
El paracetamol está indicado en el alivio sintomático del dolor ocasional leve o moderado, como dolor de cabeza, dental, muscular (contracturas) o de espalda (lumbalgia) y como antipirético en estados febriles.
Si lo comparamos con otros medicamentos para estas indicaciones, tiene un perfil de seguridad relativamente bueno a dosis normales lo que ha permitido su aprobación en muchos medicamentos de venta libre al público que pueden tomarse sin control médico.
Las reacciones adversas que más se han informado durante el periodo de utilización de paracetamol son: hepatotoxicidad, toxicidad renal, alteraciones en la fórmula sanguínea, hipoglucemia y dermatitis alérgica.
El paracetamol no deberá tomarse durante largos periodos de tiempo ni tampoco a dosis altas, ya que, aunque a dosis terapéuticas no suele presentar efectos tóxicos, tanto a dosis muy elevadas como en el uso prolongado continuo (normalmente a partir del año, pero en ocasiones desde la 3ª semana) puede causar toxicidad en el hígado.
Fuente: Doctisssimo / yahoo Salud
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