El sujetador debe cumplir unos requisitos en función del deporte que se practica. De lo contrario, además de la caída de los senos, pueden producirse daños en los nervios de los brazos, problemas de cuello y espalda y mastalgia o dolor de mamas
La gravedad termina echándose encima, por inexistente que pareciera en las playas de Santa Mónica de los años 90. Porque los rítmicos y acompasados movimientos de los pechos de las vigilantes de la playa nada tienen que ver con el vaivén de los otorgados por la naturaleza. Estos no se mueven sólo de arriba abajo, y para que trabajen «en equipo» es necesaria una buena sujección que, a su vez, evita riesgos para los senos.
Así lo afirma Carlos Vázquez, presidente de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria. «Es necesaria una buena sujección para evitar que la mama esté péndula o colgante». Y esa es precisamente una de las grandes preocupaciones de la mujer, que caigan. «La mama no tiene musculatura y la piel va perdiendo elasticidad. Si el tamaño del seno es mediano y la persona corre, por ejemplo, puede que haya más caída con el paso del tiempo», matiza Vázquez.
De los nervios
Pero los problemas derivados de una mala elección del sostén van más allá. Según explica a este semanario Julie Steele, ex presidenta de la Sociedad Internacional de Biomecánica y directora del Laboratorio de Biomecánica de la Universidad de Wollongong (Australia), «los sujetadores mal elegidos y que no quedan bien ajustados pueden provocar daños en los nervios de la parte superior del brazo». Steele especifica que «puede darse un entumecimiento del dedo meñique de la mano debido a que el nervio braquial –que cruza el hombro para sujetar el brazo–, queda comprimido si los tirantes están demasiado apretados y dejan marca en el hombro». Otra de las consecuencias es una «mastalgia no cíclica» o dolor mamario, y dolor de cuello y espalda, según aclara la experta.
Estos síntomas llegan a ser tan severos que, aunque parezca exagerado, «pueden llevar a las féminas con pechos grandes a buscar la reducción mamaria o a dejar de practicar deporte».
Para no pasarse de ajustada ni quedarse corta, existen en el mercado multitud de modelos deportivos que varían en función del deporte que se practica, pues éste influye en la dirección del movimiento de los senos. Por ejemplo, se necesita mayor sujección «en actividades que implican movimientos verticales repetidos del tronco (como montar a caballo), y en particular, cuando los pies contactan con el suelo (como ocurre al correr)», dice Julie Steele. No obstante, se puede levantar un poco la mano en deportes menos intensos, como andar, o donde el movimiento del tronco es mínimo (caso del ciclismo).
En lo que se refiere a los deportes de contacto, es conveniente que la prenda esté acolchada.
Tallas
Caso especial es el de las mujeres que tienen pechos grandes, ya que éstas necesitan un sostén bien estructurado, que sea más de apoyo que de compresión. Así, «deberían buscar aquel que encapsule los senos (es decir, con cazuelas o aros en los que colocar cada pecho y que queden «encajados» para limitar el movimiento ascendente», comentan los expertos.
Para probar cuál es el que más conviene los expertos recomiendan «saltar» un poco para ver el movimiento que consigue.
Fuente: La Razon
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