Ese es el tiempo que nos requiere una buena masticación. Tragar la comida como un animal hambriento provoca una sensación de pesadez muy duradera.
• Comer en forma súper abundante. Los grandes banquetes, característicos en esta época del año, nos invitan a la glotonería. Pero debemos evitarla. Sólo hay que comer lo necesario, ni un bocado de más.
• Cenar muy tarde. Después de la última comida, conviene esperar, aunque sea una hora, antes de irse a dormir. Pero si cenamos muy tarde, no podremos tomarnos ese tiempo. Así, la digestión será más difícil y el sueño quedará entrecortado.
• No comprar alimentos frescos. Seguramente, las latas de conservas tienen su atractivo. Fáciles de preparar y transportar, muchos las eligen para evitarse el trastorno de cocinar. Pero los alimentos frescos tienen muchas virtudes que no podemos encontrar en las latas. Y así también reducimos los riesgos de sufrir intoxicaciones.
• No tomar agua. Como ya lo dijimos, el agua es un elemento esencial para el verano. No olvide llevar dos botellas grandes a la playa.
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